11 ago 2008

Laboulaye: vivir con miedo al agua

La Voz del Interior (11/08/2008)
Laboulaye: vivir con miedo al agua



Laboulaye. No sólo pasa en el Chaco. Sucede en el centro geográfico de la Argentina. Como en la época de la colonia, los 22 mil habitantes de Laboulaye dependen de los aljibes para tener agua. Hace más de 90 años que se sabe que las napas presentan naturalmente arsénico, elemento tóxico y cancerígeno. Acaso cabe mencionar el nombre de la pedanía en la que la ciudad está enclavada: La Amarga.
“Es complicado, la napa es mala, el agua no sirve ni para lavar porque no hace espuma”, admite la intendenta, Alicia Pregno.
Recoger el agua de lluvia de los techos, esperar el turno por las camionadas de agua, vivir entre bidones, es parte de la rutina cotidiana. Años atrás, el pueblo tuvo un respiro al repensar cómo sobrevivían sus antepasados aborígenes. En la zona de los llamados “médanos de los indios ranqueles”, al sur del poblado, se halló una cuenca de donde es posible sacar agua dulce. Es clorada y periódicamente el municipio le hace análisis. La comuna la vende: siete mil litros por 41 pesos, por el gasto de flete.
Al norte, una empresa privada también halló agua sin arsénico. Su servicio es mucho más ágil que el de la Municipalidad, pero tener lleno el tanque con esta alternativa implica, para una familia tipo, un gasto de 500 pesos mensuales. En barrios humildes hay picos públicos de agua de pozo. Nadie garantiza que nadie se enferme. También el piletón municipal se llena con agua subterránea, advierten médicos de la localidad.
Mientras, en ciudades como Río Cuarto, el agua potabilizada se utiliza para regar, para lavar coches y veredas. Hay quejas cuando la presión baja en verano, cuando se llegan a gastar 550 litros por habitante por día, más del doble que lo aconsejable a nivel internacional.
Cáncer de piel. Según el censo 2001, sólo un 12 por ciento de los habitantes del departamento Roque Sáenz Peña tiene agua potable. Últimamente, algunos pueblos han instalado plantas de ósmosis inversa. Pero en la mayoría de las localidades, y especialmente en Laboulaye, los vecinos temen usar el agua de la canilla hasta para bañarse, porque aunque se carece de estadísticas, aparentemente los cánceres de piel son cada vez más frecuentes.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer menciona al arsénico inorgánico en su clasificación más alta de sustancias cancerígenas y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) lo ubica entre los primeros cuatro de los 54 químicos productores de cáncer.
“Estamos ansiosos de que el agua llegue, sabemos que el arsénico está relacionado con tumores de piel, pero no tenemos estudios suficientes para confirmar la causa de los tumores que se dan en Laboulaye. Llama la atención que el cáncer de piel sea importante entre nosotros, tal vez pueda estar relacionado con el tema del agua, no tenemos estudios para afirmarlo”, resume el director del hospital, Néstor Renaudo.
Según una de las pocas investigaciones con que se cuenta, una tesis sobre datos de salud pública y privada, “en el departamento, entre 2001 y 2004, predominan los tumores de piel, siguen los de aparato digestivo, mamas y útero”.
“Analizando la morbilidad por tumores, el más frecuente es el de piel. En lo que se refiere a la mortalidad, cambia: los tumores de aparato digestivo, pulmones y bronquios predominan sobre los demás, representando el 69 por ciento de las muertes”, precisa Renaudo. Detalla que los tumores producen entre un 9 y 10 por ciento de muertes entre los 15 y 64 años de edad y aumentan como causa de mortalidad después de los 65 años.

Jóvenes enfermos
Oncólogos de Río Cuarto que atienden a pacientes del sur provincial no arriesgan hipótesis sobre las causas de la afección, pero admiten que les llama la atención recibir “a enfermos cada vez más jóvenes”.
El director del hospital de Laboulaye agrega: “Existe un porcentaje muy importante de habitantes que toma agua de pozo sin tratamiento. Análisis privados y públicos arrojan que muchas veces está contaminada, por lo general los pozos tienen alto contenido en sales, sulfatos y, en algunas zonas, altas concentraciones de arsénico y flúor, no aptas para consumo humano. Los análisis microbiológicos reflejan la presencia de bacterias en concentraciones patológicas”. Señala, no obstante, que el cáncer no distingue condiciones socioeconómicas.
Huérfanos de certezas, los vecinos comentan atemorizados casos de leucemia y también empiezan a mirar con desconfianza a los agroquímicos y las fumigaciones. Renaudo señala que mientras en el país el cáncer de pulmón es el que más fallecimientos provoca, en el Roque Sáenz Peña la cantidad de casos de cáncer del aparato digestivo supera a los de pulmón.

Ver Noticia On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs