14 ago 2008

Dudas sobre las reservas de agua en Río III

La Voz del Interior (14/08/2008)
Dudas sobre las reservas de agua potable en las napas subterráneas que abastecen a Río Tercero



La Cooperativa encargará un estudio a la UNC. Las tres grandes industrias consumen más que toda la ciudad y la extraen de la misma fuente, pero la Provincia no les permite recurrir al río. ¿Hay alternativas?
Río Tercero. La ciudad de Río Tercero disfruta de un beneficio que la mayoría de las localidades del país, e incluso del mundo, envidian: extrae el agua para consumo humano de napas subterráneas de alta calidad que están bajo su suelo, a bajo costo. Ese capital, que se asume como vital, es un recurso agotable. Todos los especialistas advierten que el acceso al agua será uno de los bienes más preciados en el futuro. Sin embargo, Río Tercero no tiene certeza de cuánto tiempo más podrá disponer de ese beneficio. El plazo dependerá en buena parte del cuidado que se tenga para preservar ese recurso natural.
En este marco, aparece como vital la competencia por ese recurso que se plantea, ya que de las mismas napas que la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos extrae el agua para consumo humano, la toman también las tres principales industrias que en total consumirían un volumen superior al de los 50 mil habitantes de la ciudad.
Al menos la mitad de la reserva de agua potable que tiene la ciudad se va en uso industrial. El interrogante es si acaso no podría recurrirse para ese uso al río más caudaloso de la provincia que pasa pegado a las grandes fábricas, o al cercano lago Piedras Moras.
Si en 15, 30 ó 40 años se concluye que el agua de napas ya no alcanza, por no haberla preservado a tiempo, la ciudad debería a través del municipio y la Cooperativa invertir cifras millonarias para cambiar de sistema, creando una planta de potabilización del agua del río, que supondrá luego además un costo operativo mayor al actual y, encima, para obtener un agua de menor calidad. Algo así como una gran erogación, para un peor servicio.
Desde las empresas Atanor, Petroquímica y Fábrica Militar, sus voceros señalan que recurren a la extracción de las napas porque la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia (ex Dipas) no les autoriza otra alternativa, como la toma del cauce del río.
Algo pasó. El 9 de marzo pasado, en un informe especial, este diario planteó esta problemática bajo el título de “Hasta cuándo Río Tercero tendrá agua potable de las napas subterráneas”. Tras esa publicación, se generaron algunos hechos.
La legisladora provincial riotercerense María Alejandra Matar, presentó en marzo un pedido de informes en la Legislatura para que la ex Dipas detalle el cuadro de situación respecto de esta cuestión en Río Tercero y si se analizan alternativas para que el polo industrial deje de extraer agua para sus procesos de la misma fuente que la ciudad se abastece. Hasta ahora, pasados cinco meses, ese pedido no fue aprobado por el oficialismo justicialista en la Legislatura, por lo que no existe respuesta oficial alguna. El pedido descansa en la Comisión de Obras Públicas, que preside José Luis Scarlatto, legislador por Tercero Arriba.

Un estudio con la UNC
La Cooperativa de Obras y Servicios decidió en tanto, encarar un nuevo estudio sobre los recursos acuíferos subterráneos de la ciudad. El último fue realizado por un equipo de la Universidad Nacional de Córdoba, encabezado por el geólogo Héctor Frontera, hace unos 25 años. Aquel informe concluía que había disponibilidad de agua segura y de calidad bajo estos suelos para al menos 40 años. Pero han pasado 25 sin nuevos relevamientos.
En los últimos 25 años varias cosas han variado. Por ejemplo, que ya el agua para la red domiciliaria se extrae en su gran mayoría de la tercera napa (a 200 metros de profundidad). Es que la primera (a unos 40 metros) ya no tiene agua apta para consumo, por altos niveles de salinización y otros efectos de contaminación –como en casi todo el mundo– y la segunda (a unos 100 metros) también empezó a mostrar luces amarillas.
Es que –según marcan los especialistas– se registra también contaminación de napas de agua por nitratos, que la hacen no potable, cuando el ritmo de extracción es excesivo.
Hoy, de los 13 pozos de extracción de la Cooperativa de Obras para consumo humano, la mayoría está ya en el mar subterráneo de los 200 metros. Pero de esa misma fuente toman también una similar cantidad de pozos que, autorizados por la repartición provincial, tienen en funcionamiento las tres principales industrias locales.
Roberto Aliciardi, gerente de la Cooperativa local, señaló a este diario que en setiembre se firmará el contrato con el mismo equipo de la UNC que hizo aquel estudio hace 25 años. “Demandará un año de trabajo y relevará no sólo la cantidad de agua existente en las napas, desde la zona del lago Piedras Moras hasta acá, sino datos sobre cómo se realimenta, la calidad actual, la disponibilidad y hasta la antigüedad que tiene esa agua que hoy estamos consumiendo”, señaló Aliciardi a este diario.
Esa radiografía de la cuenca subterránea local estaría culminada en setiembre de 2009. “Vamos a informar a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia de esto, para que se involucre también”, adelantó ayer el gerente de la Cooperativa.

“Muy importante”
Aliciardi admitió que el tema del futuro del agua “es muy importante” para la ciudad, y que la entidad “está preocupada también por el futuro del servicio”. Respecto del uso industrial, señaló que estiman que podría ser hoy superior a la demanda urbana, aunque dijo que no cuentan con datos precisos.
“Si se compromete este recurso bajo tierra, deberían evaluarse alternativas, tanto para la ciudad como para las industrias, para ver de dónde se sacará. Lo razonable sería hacer algo para evitar llegar un día a ese nivel de compromiso”. opinó Aliciardi.

Desde el municipio
Carlos Siccardi es el director de Gestión Ambiental municipal. Tras la publicación de aquel informe, junto a otros temas vinculados al agua en esta ciudad, pidió una audiencia a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, concedida en julio pasado. “Les planteé inquietudes sobre controles al agua del río pero también por este tema de la preservación de las napas. La respuesta que tuve fue que no habría problemas en Río Tercero porque las industrias extraigan agua subterránea, que ellos tienen control sobre esto, que las reservas serían suficientes y que me enviarían de todos modos un informe por escrito, que estoy esperando”, señaló Siccardi ayer a este diario. “Si ese informe no llega, insistiremos”, acotó.
El funcionario municipal recalcó que el control sobre las aguas, tanto de ríos y lagos como subterráneas, es facultad de esa repartición provincial. “Pero como municipio nos debe inquietar si se piensa en garantizar el recurso para el futuro de la ciudad”, señaló.
Siccardi supuso que la Provincia no permitiría a las industrias riotercerenses, con el alto nivel de consumo que demandan, la toma de agua del río, dado que se bajará así su caudal, que en algunas épocas es reducido, y se podría comprometer a otras ciudades río abajo que se abastecen para consumo humano de su mismo cauce.

¿Caudal suficiente?
Según Siccardi, el río tiene a esta altura un caudal promedio de 27 a 30 metros cúbicos por segundo de agua, pero que en algunas semanas de sequía puede reducirse hasta los cinco metros por segundo.
A pesar de su alta demanda, cuando se consultó a directivos de empresas químicas locales si el caudal del río alcanzaría para sus necesidades industriales, se mostraron convencidos que sí.
También cabría, en todo caso, la posibilidad teórica de que tomen agua del río salvo en las semanas de muy bajo caudal, en las que se les permitiera apelar a las napas.
Mientras –según se conoció– el municipio le pidió a Fábrica Militar que incorpore caudalímetros para poder medir cuánta agua consume de las napas en sus cinco pozos d extracción, mientras que igual medida solicitaría Recursos Hídricos de Córdoba a las otras dos grandes empresas. Hasta ahora, el consumo que declaran y pagan a la Provincia es de acuerdo a una declaración jurada que las mismas firmas suscriben.

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50 mil habitantes: cuatro mil millones de litros por año

La Cooperativa de Obras y Servicios extrae actualmente más de cuatro mil millones de litros de agua por año de las napas subterráneas, para abastecer la red domiciliaria de Río Tercero. Hasta 2001, eran más de seis mil millones de litros anuales. La reducción se logró desde que empezó a cobrarse el agua según el consumo de cada usuario. De un promedio de unos 33 mil litros mensuales por familia se pasó a los actuales 20 mil.
Las tres más grandes industrias de la ciudad (Atanor, Petroquímica y Fábrica Militar) consumen en conjunto más agua en sus procesos que toda la ciudad y la extraen de las mismas napas subterráneas. Por su uso, le pagan un canon a la Provincia.

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Un privilegio que la ciudad no asume

La aparente fácil respuesta al interrogante de si resulta razonable que se use con fines industriales y en alta proporción una reserva de agua potable que un día la comunidad podría ya no tener para consumo humano, choca de frente con una realidad: las industrias requieren agua para sus procesos, tanto como energía, entre sus insumos absolutamente vitales. Sin agua, sencillamente, dejarían de funcionar. La cuestión es entonces si la ciudad y las industrias debieran competir acaso por la misma fuente para obtener ese recurso, como ocurre hoy.
Si la Provincia, que regula todo lo referido al uso de las aguas, considera que la que lleva el río no alcanza para abastecer a las grandes industrias riotercerenses sin comprometer otros usos a lo largo de su recorrido, puede que nos enfrentemos un día a un dilema más serio y casi sin solución: si esa agua no alcanza y a este ritmo la de las napas empieza a comprometerse, llegará el momento en que estarán en problemas tanto la ciudad (o las ciudades aguas abajo) como las industrias. Salvo que se suponga que las reservas de las napas son inagotables.
Si Río Tercero empieza a visualizar y atender los problemas importantes, y no sólo los urgentes, puede que esté a tiempo de estudiar, gestionar y encontrar salidas a este dilema. Quizá no haya aún suficiente conciencia entre la sociedad y la dirigencia respecto de que el agua potable se constituirá en un futuro (no tan lejano) en una riqueza de altísimo valor económico y estratégico, que no toda ciudad tendrá a mano. Río Tercero está a tiempo de darle valor a ese privilegio.

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