7 nov 2007

Daños de los agroquímicos

El Puntal de Villa María (07/11/2007)
“Han aumentado los casos de dermatitis, pero no todos se deben a los agroquímicos”

Marcos Dubois es médico del Trabajo en empresas del campo y cerealeras de la zona. Habló con este matutino de los riesgos reales en el uso de agroquímicos y del efecto alérgico en el polvillo del cereal
La tarde cae rojiza por la ventana del consultorio del doctor Marcos Dubois. Cae lenta y con una luz de brasas que se apagan en el campo; con ese pálido fulgor a la hora en que los campesinos van terminando su faena. Y es como si la tarde le pusiera un telón de fondo al tema de esta entrevista: los riesgos y las enfermedades producidas por el uso de agroquímicos. Justo en el preciso momento en que los fumigadores se quitan su traje especial de trabajo y se meten bajo la ducha fría.
“Agroquímico es un término muy general que se le da a un montón de sustancias” comenta Marcos. “Agroquímico le llamamos a los herbicidas, a los raticidas, a los fertilizantes, pero a su vez hay, por ejemplo, 15 ó 20 tipos distintos de órganos fosforados. Y cada uno tiene su presentación y su vida media, dependiendo de qué plaga se quiera matar o en qué lugar se vaya a usar. No es lo mismo utilizarlos en un galpón para tratar granos que a cielo abierto para fumigar plantas. Con esto te digo que hay muchísimos líquidos y cada uno con su efecto en la salud”.
-¿Podría profundizar al respecto?
-Los agroquímicos no son sustancias inocuas. Todos tienen un grado de toxicidad para el ser humano. Pero a la vez son producidos bajo entes de control. Si analizamos la cantidad de toneladas de agroquímicos que se utilizan en el país y en el mundo, tendría que haber ya miles de personas intoxicadas y por consiguiente estarían prohibidos en el mundo. Sobre todo estarían muy afectados quienes aplican estos líquidos de manera directa. Y uno que trabaja para muchas empresas agropecuarias no ve que éste sea el caso.
-¿Los insecticidas tienen un mayor grado de toxicidad que los demás productos?
-Sí, pero cada uno está rotulado de acuerdo a su toxicidad. En general, los que se venden para distribución son más suaves. En el tema puntual de los insecticidas, depende la dosis que uno maneje. No es lo mismo manipular el producto formulado que está en el bidón en altísimas concentraciones, que el producto ya diluido. En este punto hay que tomar muchísimas precauciones.
-Se dice que hay infecciones muy frecuentes derivadas del uso de los agroquímicos, entre ellas algunas alergias y dermatitis ¿Qué podría decir al respecto?
-Uno ve que ha aumentado la cantidad de casos de dermatitis y las reacciones alérgicas sobre todo en las vías respiratorias. Pero no se puede echarle la culpa solamente a los líquidos. Quizás los agroquímicos tengan una influencia en esto, pero también tiene una gran influencia la polución ambiental o la quema de combustibles, tanto en la ciudad como en el campo. Sobre todo en el campo.
-¿A raíz de la intensa producción?
-Sí. Y porque se está arando, removiendo la tierra, y a esto se le suman las cerealeras, que al procesar las semillas desprenden nubes de polvillo de todo lo que sería la pelecha de los granos. Este polvillo suele generar alergia también; ya que uno está mucho más expuesto a los alergenos.
-Este es un gran problema para aquellas poblaciones, cuyos silos o molinos están cerca de los cascos urbanos...
-Sí, pero no te olvidés que también pasó que muchas de esas ciudades han ido creciendo alrededor de un molino, como pasó en Villa María con el Molino Fénix. Ahora está “en el medio de la ciudad”, pero antes estaba en la periferia. De todas formas, es un problema que los núcleos humanos se avecinen a estas actividades que despiden agentes alérgicos como el polen o el polvillo.
-¿Todas las personas están igualmente expuestas a estas alergias?
-No. Las más expuestas son las personas llamadas “atópicas”, que son gente con predisposición a ciertas alergias. Hay gente que tiene rinitis alérgica estacionaria debido a cierto polen flotando en cierta estación del año. En este caso, la alergia que viene del polvillo y que puede derivar en un asma bronquial, suele ser estacionaria también. Pero este polvillo no le va a causar alergia a cada persona. Muy por el contrario, será a una pequeña minoría susceptible a estos alergenos. Todas estas alergias son tratables.
-Hay algunos que hacen una apología de las cerealeras, mientras que otros las condenan o reprueban...
-Las cerealeras, las fundiciones o la misma industria automotriz, generan una cierta contaminación ambiental; eso es cierto. Pero también es cierto que generan el crecimiento económico de una región, como es el caso nuestro con la soja, o de General Deheza con el maní. La fuente de trabajo de la gente en los pequeños lugares del interior está basado en las cerealeras casi de manera exclusiva.
-Volviendo a los agroquímicos, ¿qué significa el término “carencia”?
-Los agroquímicos que están autorizados tienen una vida media llamada “carencia”, que es el tiempo en que el agroquímico está activo y produce una cierta toxicidad. En general, estos tiempos suelen ser muy breves. Algunos campesinos utilizan agroquímicos prohibidos como son los órganos clorados (el “Gamexán”) que no se regeneran nunca.
-Sin embargo, dicen que no es recomendable realizar durante muchos años la actividad de la fumigación...
-Los que trabajan con órganos fosforados, a lo largo de 20 ó 30 años de estar fumigando pueden tener algún daño neurológico crónico; como pueden ser temblores o incoordinación de los movimientos. Pero no la población en general. Por eso uno trata que la gente que fumiga no lo haga por más de cuatro o cinco años. Uno sabe que está administrando venenos y que puede tener incidencias en la salud. Aunque estos daños aún no están muy claros.
-Algunos dicen que los agroquímicos producen cáncer...
-Pero esto aún no está demostrado científicamente. Es cierto que han aumentado los casos cancerígenos en el mundo; pero las causas son múltiples y aún desconocidas.
-¿Hay gente que manipula estos productos y que carece de información o formación necesarias?
-Muchísima gente que hace estos trabajos rurales es gente con bajo nivel educativo. Algunos no saben ni leer y los mandan a fumigar. A veces no se les explica bien. Otras veces se les explica bien y son ellos quienes no entienden. Y otras veces, estos mismos trabajadores subestiman el riesgo de operar con agroquímicos. Se piensan que son como agua mineral. Pero insisto en esto: tomando las medidas de precaución necesarias y trabajando con los elementos adecuados, los agroquímicos no deberían causar problema alguno.

Ver Nota On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs