18 sept 2023

El tabaquillo, símbolo de reforestación en Pampa de Achala

 


La Voz del Interior (18/09/2023)
El tabaquillo: un árbol como símbolo de una cruzada que une a América Latina para proteger el planeta

Pampa de Achala fue el escenario de un encuentro de restauradores de bosques nativos. El trabajo con las comunidades como modelo para exportar a otras regiones.
Tras un viaje de poco más de una hora y media desde la ciudad de Córdoba, en el kilómetro 42 de la ruta 34 un cartel con letras negras sobre un fondo amarillo permite leer “La Posta”. En lo alto, un edificio rústico es actualmente un hotel de montaña en medio de las Altas Cumbres, pero anteriormente la zona fue un espacio de relevo de caballerizas.
La fuerza e ímpetu de los equinos bien podría servir de inspiración para un grupo de más de 40 conservacionistas de cinco países del continente (Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina) que se tomaron unos días de inyección de energía en la Pampa de Achala para participar del Encuentro Anual de Líderes de Acción Andina –una iniciativa regional integrada por 15 proyectos de restauración y conservación de un millón de hectáreas de bosques de tabaquillos y humedales altoandinos–.
Pero en el lenguaje coloquial del Río de la Plata también decimos que algo es “posta” para significar que es ‘de buena calidad, verdadero, legítimo’ o que una persona es ‘confiable, auténtica’ o también que una noticia es ‘segura’.
La suma de todos esos calificativos se me vinieron a la mente cuando comencé a conversar con cada uno de los referentes, comprometidos por acciones efectivas contra la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático. Lo único que tenía en claro es que de ahí me iba a ir con mucho más conocimientos en biología, pero ellos redoblaron la apuesta: los restauradores no plantan únicamente árboles. Se comprometen y llevan adelante iniciativas retribuibles con comunidades y autoridades locales para ayudar a solucionar sus problemas y potenciar sus fortalezas.

Un mismo idioma
En el comedor se producen reencuentros de algunas personas que se conocieron virtualmente y ahora son rostros conocidos que comparten saberes y experiencias. Pero sobre todo comparten un mismo idioma. Más allá del castellano, hablan el idioma de la conservación. Fueron cuatro días de trabajo colectivo para alcanzar nuevas metas.
Entre todos los participantes se destaca Constantino “Tino” Aucca Chutas, un biólogo peruano galardonado con el premio Campeón de la Tierra 2022 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep) en la categoría Inspiración y Acción. En el año 2000 junto a otros colegas fundó la Asociación Ecosistemas Andinos (Ecoan) y empezó la titánica tarea de proteger al polylepis –tabaquillo en Argentina y queñoa en otros países–.
El tabaquillo tiene la capacidad de proteger a los suelos de la erosión, captar la neblina aumentando las precipitaciones y formar suelos esponjosos que almacenan el agua proveyéndola a los ríos durante los meses con escasas precipitaciones.
Pero sin dudas el mayor acierto de “Tino” fue comprometer a las comunidades campesinas andinas en la tarea y poder replicar ese modelo en el resto de los proyectos de Acción Andina. Desde 2018 el modelo de reforestación comunitaria de la organización sumó a la ONG Global Forest Generation (GFG) para darle una estrategia completa y ser el nexo principal para conseguir los fondos de financiamiento.
Florent Kaiser es el CEO de GFG y todos lo apodan “El Gringo”. En un perfecto castellano –reside en Lima– me contó que una invitación de “Tino” a conocer el trabajo en Cusco “le rompió la cabeza” y desde ese momento todos sus esfuerzos está en potenciar este modelo y sus resultados que serán replicados en otras biosferas del planeta.
“Un árbol nos está uniendo por la manera en el que trabajamos para un propósito emblemático”, aseguró Kaiser quien ya observa la semilla de lo que podría ser un movimiento social.
Las experiencias y logros en territorio son diversos según las necesidades y proyectos. Además del objetivo anual de reforestación de tabaquillos, una de las iniciativas de Ecuador promovió la capacitación de bomberos comunitarios, en Chile se logró un acuerdo con la Corporación Nacional Forestal (Conaf) dependiente del ministerio de Agricultura trasandino y en Córdoba ya se dan los primeros pasos de trabajo colectivo con las comunidades descendientes de comechingones en Pocho, Bialet Massé y Villa de Soto.
En Acción Andina trabajan cerca de 30 mil personas en diferentes proyectos y sus beneficiarios indirectos son incalculables. Aucca y Kaiser coincidieron en que los “ismos” no importan y que el legado es para “los hijos de nuestros hijos”. “El agua ya está volviendo en algunos sitios, es una luz para todo el mundo. Contra la crisis global, nosotros podemos enseñar una manera de sanar al planeta porque ya lo estamos haciendo en regiones enteras”, agregó Kaiser.
Además de GFG y Ecoan, de Acción Andina participan la Fundación de Actividades Biosféricas (Córdoba), Fundación Bosquizar (Córdoba y Jujuy), Árbol y Vida (Jujuy), Germinar (Tucumán), Aves y Conservación (Ecuador), Fonag (Ecuador), Andean Adventures (Ecuador) Fondo de Paramos Tungurahua, Armonía (Bolivia), Faunagua (Bolivia), Conservación Amazónica (Perú) y Fundación Bosques y Vida (Chile).

Siembra para las nuevas generaciones
Marlene Mamani transmite mucha paz en su mirada y su modo de hablar. Nació en el campo y de niña aprendió de su abuela a agradecer a la madre naturaleza y a observar lo que está sucediendo en el medioambiente. Tras un tiempo en la investigación, actualmente es la coordinadora de campo de Cusco de Conservación Amazónica (Acca) y se dedica de lleno a la restauración de los ecosistemas andinos y a las relaciones comunitarias. “Todo se me abrió por hablar el idioma quechua”, reconoció.
Una de las comunidades donde trabaja Mamani es Japu, considerado el último bastión inca. Sus habitantes viven de la siembra de tubérculos y la pesca y no tienen temor por la falta de recursos naturales, pues almacenan constantemente. Sin embargo “sí les importan las necesidades de los demás, porque para ellos todo es parte de todo”.
Ezequiel Medina coordina el proyecto Árbol y Vida y llegó a Córdoba junto a su mujer y a su pequeña hija. “Es un proyecto en el que trabajamos juntos porque queremos que ella aprenda a cuidar la naturaleza”, afirmó. En Jujuy los ayudan decenas de voluntarios jóvenes.
Mamani tiene dos niños que conocen su profesión. “En una ocasión mi hija dibujó el planeta tierra con una línea partida y cuando le pregunté por qué lo había hecho así me dijo que la tierra estaba enferma y que se debía curar y que si no lo hacíamos se iba a partir más”.
“Hay más conciencia del cuidado de la naturaleza. Los niños están atentos a si el agua se está desperdiciando o se ponen tristes si se quema un cerro”, finalizó.
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