23 may 2022

Los límites del reciclado

 


La Voz del Interior (23/05/2022)
Los límites del reciclado: lo que queda por hacer en Córdoba

Un estudio completo de la UNC sobre la cadena de valor de diferentes materiales reciclables detectó la falta de empresas recuperadoras y deficiencias en la separación en origen como principales puntos de mejora.
Un mapeo de las cadenas de valor de materiales reciclables en la ciudad de Córdoba que está siendo realizado por un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) reveló que si bien crece la recuperación y la comercialización, el grueso de los compradores de estos insumos está en otras provincias y el balance medido en impacto de la huella de carbono aún es negativo por la necesidad de transporte de largas distancias.
Es por esto que una de las principales recomendaciones que hacen las investigadoras Celina Amato, Mónica Buraschi, María Florencia Peretti y Sofía González es “la promoción de la instalación de empresas de reciclaje de los distintos materiales en el territorio”, porque esto “tiene menor huella de carbono y además mejora los precios de venta puesto que no se adicionan costos de transporte”. De este modo, se apuntaría a un desarrollo local de la industria del reciclaje, agregan.
Esta oportunidad de mejora está acompañada de datos positivos de la evolución que viene mostrando la transición a la economía circular en las distintas instancias de las cadenas de valor de materiales reciclables en Córdoba.
El estudio en desarrollo, realizado a pedido del ente BioCórdoba al Instituto de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC, destaca el impacto de las ecosubastas implementadas por el ente Córdoba Obras y Servicios (COyS) para mejorar el precio de los materiales y disputar el poder que tenían concentrados para fijar los valores los grandes compradores, muchos de ellos monopólicos u oligopólicos.
“Se consiguió mejorar el valor económico de los materiales reciclables en un amplio porcentaje y ello repercute directamente en mejoras económicas y sociales hacia el interior de la cadena de valor. Los clientes de la economía circular de algunos materiales, configurados como empresas internacionales exportadoras, son quienes normalmente terminan fijando los precios de mercado de estas materias primas, existiendo algunos instrumentos públicos que pueden mejorar esta situación en mercados de tipo monopólicos u oligopólicos”, señala la especialista a cargo del estudio, doctora Celina Amato, docente, investigadora de Conicet y una “pionera” en economía circular en Córdoba, quien ya hace una década, para su tesis doctoral, analizó toda la cadena de valor de los envases plásticos de la industria del embotellado de gaseosas en Argentina, desde una perspectiva circular.
Se habla de oportunidades de mejora porque aún cuando falta mucho por hacer, la ciudad de Córdoba viene mostrando importantes avances. Lo dicen de este modo en la investigación: “Las tasas de reciclaje en Argentina aún son muy bajas (6% de los RSU en 2018) pero son superiores al promedio de América Latina; no obstante, se encuentran lejos de las de países de vanguardia que superan el 50%.
En la ciudad de Córdoba, los porcentajes actuales rondan el 12%, una tasa que tuvo un incremento considerable en el último tiempo a partir de las gestiones y promociones de actividades de economía circular por parte de la Municipalidad”.
El mapeo marcó la relevancia de las dos primeras actividades en la cadena de valor: la conciencia en los hábitos de consumo y generación de residuos sólidos urbanos y la correcta separación en origen y disposición inicial. “El precio de venta de los materiales reciclables depende en gran medida de su calidad y esto depende, a su vez, de una correcta separación en origen”, destacaron.
A su vez, se destaca “el impacto positivo de la injerencia del estado municipal como organismo de control de las normativas vigentes y las sanciones a los actores que no la cumplen, con la creación del Instituto de Protección Ambiental y Animal (IPA) y el control especial a los grandes generadores. Con estas acciones se obtiene mayor volumen de los materiales de la economía circular y conciencia normativa en cuanto a la importancia de su gestión”.
Por la desconfianza que existe sobre el sistema de recolección diferenciada, se valoran las distintas acciones que lleva adelante el COyS –ecopuntos, ecotachos, más centros verdes, actividades promocionales– y se sugiere integrar con mayor intensidad a los centros vecinales que por cercanía y credibilidad podrían conseguir más compromiso de los ciudadanos en los primeros eslabones de la cadena.
“Los centros vecinales tienen injerencia activa en la economía circular barrial, dado que muchos de ellos se encuentran trabajando con distintas ONG y empresas en campañas de recolección y reciclaje y tienen la llegada a los vecinos para informar correctamente sobre cómo separar los materiales, a dónde llevarlos, y sobre todo para incentivar estas prácticas. Podemos destacar la iniciativa de Eco Jornadas mensuales realizadas en el centro vecinal de barrio Ampliación San Pablo y la recolección realizada por Hub Recircular en colaboración los centros vecinales de barrio Juniors y General Paz”, entre otros.
Las investigadoras destacan que el impacto de la economía circular es ambiental, pero también social. Las cooperativas de recuperadores urbanos constituyen otro actor fundamental del proceso. Son, junto con los vecinos, la base del circuito de la economía circular. El relevamiento previo al mapeo encontró que existen 42 cooperativas de recuperadores activas en la provincia, 21 de ellas en Capital. Los últimos datos que tenía el municipio era de 15 organizaciones inscriptas.
Una proyección de la Federación Argentina de Carreros, Cartoneros y Recicladores estimó que en la Provincia de Córdoba son aproximadamente 4.500 los recuperadores informales, el grueso de ellos en la ciudad de Córdoba, donde se estiman más de 3.000.
Se identificó, además, otro actor local de relevancia: el grupo de los galponeros, intermediarios o acopiadores, polirrubros o especializados, que luego venden el material a la industria transformadora. La operación de estas empresas, en general, data de los años ‘80 y son de índole familiar. Crecieron exponencialmente en los últimos años con el aumento de las necesidades de algunos materiales reciclables, avanzando en la profesionalización y el acceso a certificaciones.
Otro punto que marca como problemático el estudio es la atomización de la logística de entrada a los puntos de acopio, con una multiplicidad de actores desorganizados. “Si bien es de esperar que sea así dado que la economía circular cordobesa se encuentra en etapa inicial, sería esperable que a futuro se cuente con un plan específico”, plantean las investigadoras.
También hay problemas por falta de información. “Se denota en algunas cadenas tanto la desinformación de los generadores y separadores en origen, como de los acopiadores a la hora de vender sus materiales o buscar mercado. Se nota un proceso de atomización general entre los diferentes actores, los cuales no están trabajando en red, que sería la forma más eficiente de trabajo en este tipo de economías”, marcan.
Una cosa parecida ven las investigadoras en el entorno emprendedor de la economía circular. “Existen una gran variedad y cantidad de mipymes y emprendimientos de base circular que se dedican, en menor escala, al procesamiento de estos materiales para utilizarlos como materias primas en su producción. La característica es la atomización: hay muchos, varios hacen lo mismo, están distribuidos en toda la ciudad, sin conocerse”.
El estudio se concentró en cuatro tipos de materiales: vidrio, TetraPak, metales y plásticos. Por estar más desarrollado y estudiado, se excluyó del análisis cartones y papeles.

Según el tipo de material
El estudio muestra que algunos materiales tienen un altísimo grado de reciclabilidad (como el vidrio, el aluminio y la hojalata), y otros tienen muchos problemas a la hora de su reciclado (como el Tetra Pak® y algunos tipos de plásticos).
En la cadena de valor del plástico, el mapeo detectó que no existen en la ciudad de Córdoba actores que trabajen con todos los procesos de valorización y variedades de todos los tipos de plásticos y no están las conexiones ni la logística, para poder insertar el material en el circuito productivo de algunos de ellos. Existen organizaciones para los dos primeros eslabones de la cadena (separación y acopio) y no están generadas las vinculaciones con los eslabones para el agregado de valor.
También se destacan problemas al momento de la logística de entrada al punto de acopio por dificultades en la separación en origen; por ejemplo: los ciudadanos que separan determinados plásticos y luego no se los reciben, como es el caso de las ecobotellas o ecoladrillos. Otra problemática detectada se da al momento de la venta y comercialización, puesto que varias cooperativas comentaron en las entrevistas que tuvieron que desistir de recolectar determinados tipos de plásticos por no encontrar dónde venderlos.
Sobre la cadena de valor del TetraPak el mapeo reveló que si bien la empresa generadora tiene creados circuitos de reciclaje en nuestro país, las organizaciones participantes no están en la provincia de Córdoba. Es por esto que los materiales que componen el envase (5% aluminio, 20% plástico y 75% celulosa) se venden por separado y no se reinsertan como TetraPak sino que se transforman en otros productos.
Otro problema que surgió es que la empresa no compra material post-consumo, algo que surgió del testimonio de varias empresas cordobesas que han intentado vender pallets de este material a Tetra Pak® y no han tenido suerte. “Esto nos lleva a pensar en que la empresa define que el producto es reciclable, el circuito de reciclaje y la forma de hacerlo, pero no está haciéndose cargo verdaderamente del reciclaje”, exponen las autoras de la investigación.
En el vidrio se destaca, a diferencia de otros materiales reciclables, por los altos porcentajes de reutilización de este material, particularmente en el caso de envases de cerveza y gaseosas. Aquí el problema central es que la industria de envases de vidrio se encuentra monopolizada por dos o tres grandes empresas. Esta situación genera problemáticas que se vinculan con la oferta y la demanda y, por lo tanto, con el poder en términos económicos que estas empresas ejercen sobre los compradores y productores de alimentos y bebidas fundamentalmente.
No hay empresas a nivel local que reciclen este material y esto juega en contra de la huella de carbono de esta cadena de valor. Es promisoria la aparición de una nueva línea de productos de la empresa Blangino Mosaicos que utiliza como materia prima vidrio reciclado, en un trabajo conjunto con la Municipalidad de La Para.
En metales, existen empresas locales que reciclan metales no ferrosos como Metal Veneta y Del Metal. Metal Veneta tiene como actividad principal la fabricación de aleaciones de aluminio a partir del reciclado de rezagos de la industria automotriz y de otros sectores que proveen chapas, perfiles, envases, envoltorios y virutas. Actualmente procesan más de 1.500 toneladas mensuales de rezagos. 

 

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