30 may 2022

Lo que falta para que la energía distribuída despegue

 


La Voz del Interior (30/05/2022)
Generar electricidad en casa cuánto conviene instalar paneles solares

Los usuarios reconocen ahorros de hasta un 50% en la factura, aunque con una inversión alta. Epec paga muy poco por la energía producida en el hogar. La apuesta es el autoconsumo.
“Me alcanza para una coca”, bromea Nicolás sobre lo que Epec le paga por la energía que genera con los paneles solares que instaló en su casa.
En febrero inyectó al sistema 143 kilovatios y le pagaron 274 pesos. A su vez, consumió 116 kilovatios por los que Epec le cobró 899 pesos. Esa diferencia entre lo que paga y lo que cobra Epec por cada kilovatio es uno de los obstáculos por los que más gente no se suma a la generación distribuida.
Sin embargo, Nicolás advierte que hay un ahorro que no muestra la factura: “El ahorro real es no consumir la energía de Epec. Utilizar la energía en el momento en que los paneles la están generando, cuando hay más sol. Gracias a eso, ahora pagamos 1.800 pesos por mes de los 4.000 que pagábamos antes”, asegura.
Sergio Mansur, secretario de Biocombustibles y Energías Renovables del Gobierno de Córdoba, asegura que la apuesta de la generación distribuida en los usuarios residenciales es el autoconsumo. “Puede haber hasta un ahorro del 25% de la energía consumida. Y el retorno de la inversión se logra entre los 8 a 11 años”, asegura.
La inversión inicial es el otro obstáculo. Dependiendo del tamaño y tipo de equipamiento, instalar paneles solares puede costar entre 2.000 y 4.000 dólares.
Sobre esto, Mansur explica que las personas pueden acceder a préstamos especiales de Bancor, como “Dale Eco”, que tiene una tasa de interés del 44%, frente al 66% para cualquier otro crédito. “Además, el usuario obtiene hasta un 20% de descuento en el impuesto inmobiliario por cinco años”, agrega.

Córdoba, líder en generación distribuida en el país
Córdoba lidera el país con 460 usuarios generadores y una potencia instalada de cerca 8 megavatios. Son el 60% de todos los kilovatios de generación distribuida que hay en Argentina y el 55% de los usuarios inscriptos.
La ventaja con otros distritos es abrumadora. En segundo lugar está Buenos Aires con 211 usuarios y solo 1,3 megavatios.
En Córdoba, 245 son residenciales, hogares que decidieron apostar por la energía solar. Aunque en el sector industrial y comercial hay menos usuarios, tiene el 75% de la potencia instalada.
Mansur explica que el liderazgo cordobés se debe a varios elementos: “Tuvimos la decisión política de avanzar con una adhesión plena rápidamente. También tenemos una reglamentación completa, con un manual de instrucciones sobre cómo proceder y gestionar los beneficios tributarios. Hay una hoja de ruta muy clara en la web. Ser usuario generador es una tarea fácil en Córdoba”.
A su vez, menciona que existe un programa enfocado en que las Pymes avancen con la eficiencia energética y las renovables. Y finalmente, señala que existen instrumentos para financiar estos proyectos, además de beneficios fiscales.

Otras ventajas de generar energía en casa
Más allá del ahorro económico, producir energía en el hogar con fuentes renovables garantiza la provisión del servicio al usuario en tiempos de cortes de luz. También ayuda a estabilizar la red de distribución, además de evitar los costos por esta tarea a la red eléctrica.
Y contribuyen a luchar contra el cambio climático. Una instalación hogareña de paneles solares estándar puede ahorrar la emisión de más de una tonelada de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del calentamiento global. Para comparar, un auto que realiza 15 mil kilómetros por año emite 2,2 toneladas de CO2.
Mansur asegura que a fin de año Córdoba llegará a 16 megavatios, lo que equivale al 1% de toda la electricidad que demanda la provincia. “El crecimiento será exponencial por varios años, sobre todo cuando se incorporen proyectos de generación distribuida comunitaria”, pronostica.
Testimonios de usuarios
Alejandra, madre con dos hijas de barrio Alto Verde, invirtió 5.000 dólares en paneles fotovoltaicos y un termotanque solar en 2018, pero no se arrepiente. “A la larga el ahorro llega. Se lo sigo aconsejando a mi familia”, dice.
La instalación no le permite inyectar el excedente de lo que genera a la red, pero asegura que redujo sus facturas de energía a la mitad. “Recuperaré la inversión en menos tiempo del que había calculado”, sostiene.
Los paneles solares producen energía de día, por lo que en la noche debe tomarla de la red. Pero Alejandra adaptó su consumo para sacar el máximo jugo al sol: programa el lavavajillas, lavarropas y secarropas para que funcionen a la siesta. Compró un aire acondicionado frío-calor para aprovechar aún más sus paneles.
Reconoce que no tuvo en cuenta el impacto ambiental a la hora de comprar los paneles. “Lo pensé como una forma de ahorro y comodidad”, dice.
Gonzalo Peralta, vecino del extremo sur de la Capital, se cansó de los cortes de luz y decidió instalar paneles solares con baterías. Invirtió 3.000 dólares en octubre del año pasado.
“La cuestión ambiental no fue la prioridad. Buscaba comodidad. Tengo una oficina en casa. En mi barrio la luz se corta seguido y por muchas horas por diferentes motivos. Primero probé con un generador, pero no funcionó”, explica.
Asegura que ahorra el 30 por ciento de la energía que consume. Tampoco está conectado a la red para inyectar el sobrante, aunque podría. “En estos días tengo prendidos los dos aires acondicionados tipo inverter para calefaccionar la casa y consumo el 80 por ciento de lo que genero. Es decir, que podría inyectar el 20 por ciento restante”, ejemplifica.
Sin embargo, le conviene almacenarlo en las baterías para consumirla en la noche y garantizar electricidad si sucede algún corte.
Matías Cuenca Acuña tiene una “casa inteligente” con paneles solares desde hace años. En todo 2021 consumió 4.751 kilovatios y generó 572, es decir, el 12% de la demanda. “Si me anoto como usuario generador, no me cambia en nada porque justamente mi casa apuesta por el autoconsumo”, asegura.
Además, señala que lo que paga Epec es muy poco, por lo que no conviene la inversión para cambiar el equipamiento. “En otros países donde fomentan la generación distribuida, pagan un valor extra por lo que generan los hogares”, asegura.


Lo que viene en generación distribuida: emprendimientos comunitarios y bonos verdes “tokenizados”

El Gobierno de Córdoba quiere promover la asociación entre usuarios para producir energía limpia y utilizar “blockchain” para monetizar esa generación y su reducción de la huella ambiental.
Sergio Mansur, secretario de Biocombustibles y Energías Renovables, cree que la generación distribuida va a explotar gracias a los emprendimientos comunitarios.
“La ley nacional prevé que varios usuarios puedan crear una única fuente de energía renovable, instalarla de forma remota (no en su hogar o empresa). Cada inversor es dueño de una parte de la energía generada y puede deducirla de lo que consume en su hogar o empresa”, explica.
Eso tiene dos ventajas. La primera es que bajan los costos. “Con la misma inversión se puede instalar el doble de potencia”, asegura.
La segunda es que pasan a ser considerados grandes generadores por lo que el precio que le pagan por kilovatio generado es mucho más alto. Hoy Epec paga 2,4 pesos por cada kilovatio que inyecta a la red un usuario generador. Un gran generador puede recibir hasta cuatro veces más ese valor.
De esta manera, un particular que participe de un emprendimiento comunitario podría obtener un ahorro mayor en su factura y lograr el retorno de la inversión a los 5 años.
“Es una idea que va a movilizar a los desarrollistas inmobiliarios. Por ejemplo, cada dueño de departamentos de un edificio con 60 departamentos puede participar en un parque comunitario que se instale en un lugar del interior de Córdoba donde conviene más por el valor de la tierra”, detalla Mansur.

“Tokens” de energía y carbono
Además, en un futuro todo esto estará “tokenizado” con tecnología blockchain, para representar de manera digital ese activo físico. Luego ese token irá a una billetera virtual con la que se puede pagar el consumo eléctrico particular.
Pero además, Mansur explica que la idea es generar otro token por los bonos de carbono, de acuerdo con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se evitan por producir energía con fuentes que no son combustibles fósiles.
Los bonos de carbono deben estar certificados por un organismo para poder comercializarse en el mercado internacional. En Europa cada tonelada de carbono se puede negociar por unos 80 dólares y los precios irán en alza, asegura el funcionario.
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