25 ene 2021

Ávila Vázquez se suma al Movimiento Verde Cordobés

 


La Voz del Interior - Edición Electrónica (25/01/2021)
Ávila Vázquez: En Punilla hay que hacer cloacas, no la autovía

El referente de Médicos de Pueblos Fumigados tiene un nuevo partido que busca instalar una agenda ecológica en gobiernos locales.
El médico Medardo Ávila Vázquez retorna a la política partidaria de la mano del Movimiento Verde Cordobés, un incipiente partido provincial que pretende instalar una agenda ecológica y plantea revisar las políticas estatales desde el plano ambiental.
Afirma que “Córdoba está en emergencia ecológica” y que en proyectos como el de la autovía de Punilla prima una lógica mercantil sobre la situación del lago San Roque, el cual consideró que “se está pudriendo”.
“Tenemos que recuperar nuestros ríos, tener un plan de recuperación de esa agua, en Punilla hay que hacer las cloacas, no la autovía”, sugirió.
Pediatra y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Ávila Vázquez se inició políticamente con el retorno de la democracia en 1983 como presidente de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), pero más tarde destacó por su lucha ambiental junto a las madres de barrio Ituzaingó frenando las fumigaciones con agrotóxicos en esa zona. Coordina la Red de Médicos de Pueblos Fumigados y tuvo un breve paso por el Frente Cívico donde llegó a ser secretario de Salud del gobierno de Daniel Giacomino.
Ahora considera que el nuevo partido al que se asoció con Pablo Riveros, jefe comunal de Villa Ciudad Parque, tiene que ser “una herramienta” para “presentar candidaturas” que discutan el “reordenamiento territorial”.

-¿Por qué se lanzan a la política con este Movimiento Verde?
-Para pasar de la resistencia a la acción. Desde hace tiempo venimos viendo la necesidad con las luchas de las madres de Ituzaingó en el 2000, lo de Monsanto en Malvinas Argentinas, la lucha contra las leyes de desmonte de (Juan) Schiaretti y (José Manuel) De la sota, la lucha de la autovía; muchísimos lugares donde hay un desarrollo del movimiento ambiental que es un movimiento de resistencia. La gente se empieza a movilizar cuando se siente afectada en cuestiones ambientales que no respetan su derecho. Pero en estas luchas que son defensivas, que se han ido multiplicando, hoy necesitamos no quedarnos solamente en la resistencia sino pasar a disputar un espacio del poder del Estado para poder modificar las políticas que desarrollan los gobiernos tradicionales en Córdoba que han generado una crisis ecológica. Córdoba está en emergencia ecológica.

-¿A qué apunta con lo de “crisis”?
-Tenemos infinidad de problemas de agua. La crisis hídrica no es reconocida por los gobiernos ni por las distintas facciones políticas que en su discurso ni en su agenda están los problemas ambientales. La provincia es vulnerable en cuanto al problema hídrico en un marco de calentamiento global, se han destruido nuestros ríos a consecuencia de políticas erradas, sobre todo el desmonte, la explotación inmobiliaria, la explotación del agronegocio. La emergencia que existe en la provincia nos obliga a que pasemos del plano de las luchas sociales a arremangarnos y meternos en la pelea política, que es complicada, es muy traicionera, pero lo que pasó este año con los incendios con 300 mil hectáreas incendiadas, con una actitud muy negligente del Gobierno y de su programa de Manejo del Fuego, requiere que pasemos a acciones más concretas.

- ¿Estamos a tiempo en Córdoba de dar un volantazo y frenar la destrucción del ambiente?
Totalmente. Por ejemplo, la investigadora del Conicet, Sandra Díaz, presentó un informe sobre cambio climático y aportó propuestas de políticas ambientales para la provincia de Córdoba. Hay propuestas científicas, probadas, basadas en experiencias de otros países donde se pueden desarrollar acciones, pero se necesita un papel activo del Estado. El problema del agua en Córdoba, el dique San Roque y los Molinos, que le dan agua a 1,8 millones de personas, los dos pozos principales se están pudriendo y la salida para Hacemos por Córdoba es hacer un canal y traer agua del Paraná, hacer una obra y un negocio sacando agua de otro territorio y los cordobeses abandonar nuestras cuencas hídricas. Tenemos que recuperar nuestros ríos, tener un plan de recuperación de esa agua, hay que hacer las cloacas de Punilla, no la autovía.

-¿Qué se debe hacer con la basura en Córdoba, estamos en un punto crítico?
-La basura se la lee con una mirada neoliberal y de mercado, se genera un negocio alrededor de la basura y hay políticas para reducir la basura. Cuando la basura es un producto, una mercancía más, que hace más de 30 años se privatizó y se dejó en manos del negocio del manejo de la basura, no lo asume el Estado como una de sus cargas. Si el Estado tuviera que encargarse quizás se hubiera molestado en reducir la basura, pero como en realidad mientras más basura haya más van a ganar los operadores, entonces no tenemos una política de reducción de basura que es lo primero que tenemos que tener. En Córdoba no hay separación, somos una ciudad que genera una enorme cantidad de basura que hay que enterrar. Las comunidades se tienen que hacer cargo de reducir la basura, sino la provincia promueve resumideros donde distintas localidades tiran ahí la basura y así la basura se convierte en un problema de nadie. Para el vecino no es un problema, deja la basura en la puerta, alguien se la lleva y la llevan al pueblo de al lado que se convierte en un basural enorme. Entonces, tenemos que tener una actitud responsable, si sos un vecino que genera mucha basura tendrás que tener una tasa impositiva mucho más alta para poder manejar esa basura, el que la produce la tiene que pagar. Hay muchas políticas ambientales que no se aplican porque hay una visión mercantilizada y es un problema ecológico.  

-¿Cuál es la aspiración política del Movimiento Verde?
-Nosotros venimos de una experiencia de luchas ambientales muy de abajo, muy de los territorios, no lo vamos a cambiar. No pensamos en armar una disputa por arriba sino que esta pueda ser una herramienta política para los compañeros que quieran, tampoco queremos que el Movimiento Verde se convierta en el brazo político de las asambleas, no venimos a reemplazar la lucha social o el movimiento social por este plano político, sino que sea una herramienta más que pueda utilizarse en los pueblos para presentar candidaturas, para discutir el reordenamiento territorial a niveles locales. No somos el partido verde europeo, hay realidades muy diferentes, sobre todo porque las crisis ambientales generan mayor desigualdad social y nosotros estamos acá en América Latina donde los problemas de justicia social se agravan con la injusticia ambiental. Claramente los más afectados por la contaminación, por la degradación ambiental, son las poblaciones más vulnerables y que tienen menos posibilidades de defenderse. Nosotros que trabajamos y seguimos el tema de agrotóxicos somos los que más hemos podido verificarlo. Los empresarios sojeros, los productores, se enferman de cáncer igual que sus peones, pero claramente los trabajadores rurales se mueren de cáncer porque la inequidad en la atención médica es evidente, en cambio los patrones se atienden en los mejores hospitales y clínicas del país y muchos se curan. Nosotros buscamos que la justicia social no sea solamente limitada a los problemas socioeconómicos sino también al problema ambiental, y eso nos diferencia de los partidos europeos.

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