4 ago 2008

Villa Warcalde todavía espera el agua potable

La Voz del Interior (04/08/2008)
Villa Warcalde todavía espera el agua potable

El imparable desarrollo urbano del noroeste de la ciudad de Córdoba tiene sus contrastes. Enormes emprendimientos inmobiliarios multiplicaron la población de algunos sectores, en los que la infraestructura y los servicios públicos fueron sobrepasados y saturados, lo que provoca enormes inconvenientes a sus vecinos.
Un claro ejemplo es lo que sucede en Villa Warcalde y Alto Hermoso, ubicados al límite del ejido urbano. Allí se multiplicaron los countries y barrios privados, aumentaron los habitantes, y, con ello, la demanda de mejores servicios públicos.
Al sector se accede por un puente sobre el río Suquía, emplazado a metros de la avenida Recta Martinoli y Manuel de Falla. Se trata de una estructura antiquísima, que data de la década de 1930 y cuyo ancho supera por poco los cuatro metros.
Sin embargo, por allí circulan ómnibus del transporte urbano de pasajeros, camiones y cientos de automóviles. Lógicamente, cuando pasa un vehículo de gran porte, se genera un verdadero caos, ya que sólo queda habilitada una sola mano.
“El puente está colapsado. Lo utilizamos los que vivimos en los barrios y los que están en los countries. Además, es un camino alternativo para quienes quieren sortear el peaje de La Calera”, comentó el economista Ramón Frediani, vecino del lugar.
El tránsito por la zona es incesante, y los vecinos, que recibieron a La Voz del Interior para expresar sus reclamos, vienen pidiendo desde hace ocho años que se construya un nuevo puente. “Pero no tenemos mucha esperanza. En la crecida del verano de 2000, un tronco destruyó una baranda y todavía no la repararon. Así que creo que menos van a construir un nuevo paso”, afirmó Marcelo Mure, otro habitante del sector.
El problema se agrava los días en que hay actividad deportiva en alguno de los varios clubes ubicados en la zona. Esos días, el tránsito colapsa por la poca capacidad del puente.
El drama del agua. Pese a que Villa Warcalde y Alto Hermoso son barrios residenciales, no tienen servicio de agua potable. “En la ciudad hay 37 barrios sin agua potable. Pero este es el más antiguo y el único residencial que no tiene el servicio”, indicó Beatriz Ruiz, vecina del sector.
Años atrás, los residentes extraían el agua de pozos, pero ahora se encuentran contaminados. “Sin embargo, los seguimos usando para bañarnos, y eso pone en riesgo nuestra salud”, agregó la mujer.
La otra alternativa que tienen es la compra de agua a granel, que es transportada por camiones cisterna. “Pero es muy cara, los seis mil litros cuestan 50 pesos, y necesitamos al menos tres cargas mensuales”, explicó la vecina Diana Baer.
En la zona viven unas cuatro mil personas, y la población sigue en aumento. “Hace años que nos vienen prometiendo la obra de la red de agua, pero siempre se terminan lavando las manos”, destacó Baer.
La situación se agrava más con los frecuentes cortes de energía eléctrica que sufren. “Cuando se corta la luz, dejan de funcionar las bombas y directamente nos quedamos sin agua”, manifestó Silvia Cussó, también residente del sector.
Falta de todo. En Villa Warcalde y Alto Hermoso predomina el color verde. Los añosos árboles son todavía refugio de varias especies de pájaros, y el río Suquía corona un paisaje que debería ser un ejemplo para la ciudad. Pero las costas del curso de agua están tapadas de basura y en todo el sector no hay una sola plaza.
Además de la limpieza, también escasean las calles pavimentadas y, sobre todo, es muy difícil encontrar focos del alumbrado que enciendan.

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