13 feb 2022

La fauna endémica de Córdoba y en el peligro

 






La Voz del Interior (13/02/2022)
Desde un caracol a un tuco-tuco: animales únicos de Córdoba que pueden desaparecer

La geografía provincial esconde especies que no viven en otras partes del mundo y que están en riesgo de desaparecer por efectos de las actividades humanas.
En algunos rincones de los paisajes cordobeses, escondidos y agonizando, habitan animales únicos para el mundo. Son especies que solo viven en Córdoba, pero que están por desaparecer o su estado de conservación es incierto.
Tuco tuco de Reig
Hace unos 300 años, el roedor Ctenomys viarapaensis se extinguió. “Los pueblos originarios lo empezaron a cazar porque ya no había más guanacos ni ciervos. Luego llegaron los españoles, que comenzaron a incendiar el bosque y a erosionar el suelo. Eso provocó su desaparición”, asegura Luis Volkmann, naturalista fundador de la ONG Ecosistemas Argentinos y autor del libro El arca. 92 especies en peligro de conservación de Argentina central.
Ctenomys osvaldoreigi, o tuco tuco de Reig, puede correr la misma suerte. Habita los pastizales serranos a más de 2.000 metros de altura. Es de color oscuro, con cuatro grandes dientes amarillos y mide unos 20 centímetros. Construye cuevas en el suelo. Los tuco tuco se llaman así por el ruido que realizan.
Los mamíferos son los animales que la gente más identifica con extinción debido a la caza y pérdida de hábitat por desmonte.
Daniela Tamburini y Ricardo Torres, biólogos de la Universidad Nacional de Córdoba, determinaron que un tercio de los que habitan en la provincia están en peligro de extinción. Muchos de ellos (aguará guazú, guanaco, pecarí, etc.) viven en otras partes de Argentina y de América, pero el tuco tuco de Reig, no.

Se busca un caracol
Austroborus cordillerae, o Borus enano, es un caracol que solo habita las sierras de Córdoba. El último reporte científico de un ejemplar vivo es de hace casi un siglo. Para muchos científicos es una especie virtualmente extinta. Sin embargo, Sandra Gordillo no se resigna y lo sigue buscando.
Ella es experta en caracoles del Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor, de la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet). Hace un par de año encontró una concha vacía en la zona del Ongamira.
“No sabemos con certeza si está extinta. Creemos que podría haber una pequeña población relictual. Tenemos algunas pistas”, asegura y pide ayuda a la comunidad. Mide unos 4 centímetros y su concha es de amarillo intenso a naranja. Cualquier información, pueden escribir al museo de Ongamira.
Según la experta, la especie habitó buena parte de las sierras. Su retracción se debe a cambios en el uso de suelo, extracción para el coleccionismo, turistas que pisotean los ecosistemas y los incendios. “Estos caracoles fueron muy valiosos para los pueblos originarios, ya que hay mucha documentación en el registro arqueológico provincial”, señala.
Y agrega: “Encontrarlo sería un momento de muchísima emoción. Sería un punto de inflexión en mi trabajo como científica. El comienzo de una nueva etapa en la que habría que evaluar la incorporación de otras estrategias ecológicas, como la conservación ‘ex situ’”.

Las ranas “primas”
Pleurodema cordobae es una rana que solo vive en un rinconcito de las Sierras Grandes. Se la identificó como especie hace pocos años, pero ya se presume que su estado de conservación es crítico.
La ranita de cuatro ojos de Achala (Pleurodema kregii) es su prima genética y también está en estado crítico. Las dos especies (con ejemplares de no más de 4 centímetros) son idénticas pero, para su desgracia, una tiene cuatro cromosomas y la otra ocho, por lo que no pueden cruzarse para su reproducción.
Los machos se pueden escuchar durante la noche de Achala. Las hembras ponen huevos en la vegetación semisumergida de los arroyos. La presión ganadera y la presencia de especies acuáticas invasoras que depredan sus huevos son las principales amenazas, además de la pérdida de hábitat.

Mariposa de Capilla del Monte
En las inmediaciones de Capilla del Monte, y quizás en ningún otro lado del mundo, vuela la mariposa Synale sylvanus o Cocotera panza amarilla. Cuerpo negro y manchas amarillas, y alas oscuras con detalles pasteles. Mide menos cinco centímetros.
El último reporte es de 2008 y fue detectada solo tres veces en los últimos 20 años. Los lugares donde se la observó ahora están urbanizados. Se cree que se alimenta de palmeras Caranday, una especie muy maltratada por los incendios en los últimos años.
“Los invertebrados no tienen una línea de base con los mamíferos, reptiles y aves. Si no sabemos las especies que hay, tampoco sabemos lo que estamos perdiendo. Son especies claves para los ecosistemas, por ejemplo, para polinizar la flora autóctona”, remarca Volkmann, quien se ha especializado en el estudio de mariposas.

Loro hablador y otras aves
El loro hablador (Amazona aestiva) es una especie que habita en buena parte de América del Sur. Aunque no es endémica de Córdoba, sí está en riesgo de desaparecer de esta región central.
“Los pueblos originarios lo valoraban por su belleza. Félix de Azara ya relata cómo criaban a esta ave y el conocimiento que tenían para que tuviera más colores. Participaba en los trueques de objetos valiosos, pero iba a parar a la olla cuando el hambre apremiaba”, relata Volkmann.
El naturalista asegura que en tiempos modernos sufrió una “masacre” por el tráfico de fauna. Las poblaciones mejor conservadas están en el Parque Nacional Pinas, que todavía no abrió al público. Pero aún hoy Policía Ambiental sigue recuperando ejemplares capturados para la venta ilegal.
El rey del bosque y el cardenal amarillo, dos emblemas del avifauna argentina, también están en riesgo de extinción para Córdoba debido al tráfico de fauna. Mientras que el estado de la remolinera serrana (Cinclodes comechingonus) es vulnerable. Es una especie que solo vive en las sierras cordobesas y de San Luis. En invierno migra a Tucumán y Santiago del Estero.
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