12 nov 2020

Incendios y el aire que respiramos

La Voz del Interior (12/11/2020)
Incendios: secuelas en el aire que respiramos

Los gobernantes y la población deben tomar conciencia de que la prevención y la prudencia podrán evitar nuevas devastaciones. Córdoba: detectan altos niveles de contaminación en el aire por los incendios
La provincia de Córdoba sumó en lo que va de 2020 cerca de 300 mil hectáreas afectadas por el fuego. Un penoso récord en relación con las dos últimas décadas.
Zonas serranas y de llanura fueron azotadas desde mediados de julio, cuando se anticipó la temporada de incendios, atizada por una sequía que no dejó vestigios de humedad en los suelos y por los vientos que aportan el resto.
Ahora bien: para dimensionar el daño que van provocando estos episodios no alcanza sólo con evaluar la cantidad de superficie quemada. Es decir, las secuelas son extendidas e igualmente graves.
Pero hay un factor que no debe ser pasado por alto bajo ningún concepto, pues atañe a la salud humana. Se ha constatado que las emisiones de los incendios forestales registrados en las sierras cordobesas en los últimos meses impactaron de modo negativo en la calidad del aire que respiramos, un elemento esencial para la vida humana y animal.
La contaminación ambiental viene degradada desde hace años por los efectos perniciosos del cambio climático y por la polución que genera el fenomenal crecimiento del parque automotor, sobre todo en las grandes ciudades.
También, por el impacto que deriva de los agroquímicos que se utilizan en algunas tareas primarias de sembradíos de campos.
No es para nada novedoso que el humo de los incendios forestales afecte la salud de las personas. Pero los indicadores llaman a tomar conciencia sobre la necesidad de prevenir estos episodios.
Al respecto, mediciones realizadas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) dan cuenta que entre el 1 de agosto y el 20 de octubre de 2020 se registraron altos niveles de contaminantes en el aire en comparación con el mismo período del año anterior.
Lo preocupante, a tenor del estudio, es que en algunas zonas del centro de la provincia de Córdoba se “triplicó” la cantidad de dióxido de nitrógeno, uno de los principales contaminantes medioambientales relacionados con el fuego.
Una muestra elocuente de esta invasión impensada se verificó en la ciudad de Córdoba en los días de fuego incontrolables en las Sierras. Por efecto de los vientos, el humo llegó hasta el Centro de la ciudad y a amplias franjas barriales, lo que causó que durante varios días la población respirara un aire viciado, cargado de cenizas y polvo.
“Detectamos un nivel de contaminación muy alto en los meses analizados y una importante degradación de la calidad del aire como consecuencia de la presencia de diversos aerosoles y de dióxido de nitrógeno a nivel de la tropósfera”, señaló Fernanda García, investigadora de la Conae.
Las instituciones responsables del monitoreo del aire están alertando que la degradación ambiental sigue en picada.
Si los incendios son uno de los causantes de ese deterioro, los gobernantes y la población deben tomar conciencia de que la prevención y la prudencia podrán evitar nuevas devastaciones.


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