4 dic 2011

Los Molinos, la solución a la crisis hídrica

La Voz del Interior (04/12/2011)
Los Molinos, la solución a la crisis hídrica



Tiene más caudal y almacena más agua, pero el dique está desaprovechado. Se necesitan obras para conducir el agua desde esta cuenca a la Capital y para ampliar la planta potabilizadora.
A pesar de las lluvias, la crisis hídrica no terminará a menos que se hagan obras que aseguren la provisión del servicio para los próximos años.
¿Cómo captar y distribuir más agua para una población que crece y en una región con un recurso escaso? Primero, entender a la provincia como un conjunto integrado y no aplicar soluciones puntuales.
En este sentido, los estudios realizados por especialistas coinciden en que la mejor opción para asegurar el recurso en Córdoba, Punilla y Sierras Chicas es interconectar los sistemas. Esto permitirá ampliar la provisión a la Capital desde el dique Los Molinos y aliviar el San Roque para que abastezca a Punilla y Sierras Chicas.
Es el caso de la tesis de maestría en Recursos Hídricos de Gonzalo Moya, la cual analiza las alternativas posibles para mejorar el sistema.
En la actualidad, 70 por ciento de la ciudad de Córdoba recibe agua del dique San Roque a través de la planta potabilizadora Suquía. El resto se provee de Los Molinos a través de la planta que está en Bouwer.
Ocurre que del San Roque y la cuenca Suquía también se abastecen las localidades aledañas al río San Antonio (Carlos Paz, San Antonio e Icho Cruz), La Calera y parte de las Sierras Chicas (Saldán, Unquillo, Villa Allende y Mendiolaza) e importantes localidades del norte de Punilla como Cosquín y La Falda, además del agua para riego del Cinturón Verde Norte.
La demanda de toda la cuenca es de 6,57 metros cúbicos por segundo (m3/s). En tanto, se calcula que ingresan 10,9 m3/s a la cuenca. Hay diferencia a favor, pero hay que pensar en el caudal ecológico, el agua que necesita la naturaleza para no romper su equilibrio.
También que estos caudales, tanto de ingreso como de demanda, son estacionales, variables y escasos por años. De allí la necesidad de hacer diques.
Por su parte, la cuenca del Xanaes, donde está el dique Los Molinos, tiene una demanda de 3,5 m3/s entre lo que consume la Capital y el Cinturón Verde Sur, mientras que el caudal que ingresa es de 10,3.
Esto significa que hay mucho más agua disponible que se desaprovecha. A su vez, el dique Los Molinos tiene capacidad para almacenar más. Son 307 hectómetros cúbicos (hm3), contra los 201 hm3 del San Roque.
Y potencialmente podría almacenar mucha más. Ocurre que la presa está instalada sobre el río Los Molinos, uno de los dos afluentes del río Segundo. El otro, el río Anisacate, fluye directo. Estudios teóricos indican que su cuenca alta se podría construir un dique de 150 hm3.
Claro que de nada sirve almacenar agua si no se puede transportar hacia el lugar de consumo. Para ello varias obras serían necesarias. Primero un canal que la conduzca desde el dique al canal Los Molinos.
Luego, mejorar la capacidad de este canal. Esta obra ya está en proceso de licitación y debería haber comenzado su construcción este año, pero hay demoras desde la Nación. Costará 113 millones de dólares.
El proyecto recibió críticas de expertos, quienes señalaron que de nada sirve tener un canal más grande si todavía no está la infraestructura para potabilizarla y distribuirla.
Para ello, se necesitan otras obras como duplicar la capacidad de la planta potabilizadora Los Molinos que ahora puede procesar 2 m3/s.
Pero antes de eso es necesario conectar la planta a la ciudad. Por ejemplo, una interconexión y estación de bombeo para distribuir agua al sector noreste de la Capital.
Otra opción es reconducir el agua cruda que viene desde Los Molinos hacia la planta potabilizadora Suquía a través de un acueducto de 1,5 m3/s.
Cualquiera de las opciones no sólo mejorarían la cantidad de recurso disponible, sino también le darían confiabilidad al sistema ya que el agua se podría captar de las distintas cuencas según su situación.
Lo que es más importante es que al abastecer buena parte de la ciudad de Córdoba con Los Molinos, se liberaría el San Roque y su cuenca para asegurar el abastecimiento de Punilla y parte de Sierras Chicas.
Sierras Chicas. Esta región es la más crítica. El acueducto y la ampliación de la planta de La Calera (puesta en funcionamiento a pleno a fines de marzo pasado) que ahora abastece también a Villa Allende, Mendiolaza y Unquillo alivió el dique La Quebrada.
No obstante, en momentos de sequía, la presa tampoco alcanzaría para proveer a Río Ceballos. La Cooperativa de Agua de esta ciudad inició obras que mejorarán la situación.
La Provincia aportó 1,3 millón de pesos para instalar un sistema de bombeo que permitirá proveer agua al 75 por ciento de Río Ceballos desde Unquillo, a partir del agua que viene de la planta de La Calera.
Desde la cooperativa entienden que este sistema no puede sumar más localidades. Algunos especialistas creen que el acueducto de las Sierras Chicas debería extenderse hacia La Granja y Salsipuedes.
Esta última es la localidad que peor está, ya que sus pozos están secos y reciben agua con camiones cisternas desde poblaciones vecinas.
Para solucionar el problema, la Provincia decidió realizar un acueducto desde el río Carnero, cerca de Colonia Caroya.
Para aliviar la situación, el municipio culminó esta semana una perforación para proveer unos 35 mil litros/hora.
Carlos Paz. La perla de Punilla siempre está en alerta naranja. Para mejorar el abastecimiento en esta ciudad y localidades sobre el río San Antonio, la solución sería construir un dique en Cuesta Blanca. Los cálculos teóricos indican que la presa almacenaría 34 hm3, nueve veces más que La Quebrada.

La provincia apuesta por el Paraná
Acuerdo. La Provincia ya firmó un acuerdo con Santa Fe para avanzar en la construcción de un acueducto desde el Paraná. La obra abastecería a 800 mil cordobesas y tendría un costo de 800 millones de dólares.
Alternativa. El gobernador Juan Schiaretti calificó al proyecto como “la única alternativa seria para garantizar el agua potable en el futuro”. Los especialistas entienden que primero hay que aprovechar los recursos locales.

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Riego y consumo más eficientes también son claves

Junto con las grandes obras, se necesitan acciones para hacer más eficientes los consumos humano y para riego.
En un informe técnico, Santiago Reyna, especialista en recursos hídricos de la Universidad Nacional de Córdoba, propone dos medidas que no implican grandes obras. Riego. En toda la provincia el riego se lleva 60 m3/s de agua. Reyna cree que es posible que sólo se consuman entre 20 y 35 m3/s. Destaca que los canales de riego de la provincia están abandonados, lo que provoca derroches.
Además, los métodos de riego en las parcelas no son eficientes. El cinturón verde consume casi tanta agua como la ciudad de Córdoba. Agua potable. Con la colocación de medidores se podría llegar a disminuciones de un 20 por ciento sobre los 13 m3/s que se consumen en toda la provincia, según Reyna.
A fin de año, Aguas Cordobesas habrá instalado medidores en el 40 por ciento de los usuarios medibles de la ciudad de Córdoba. El 32 por ciento de los usuarios no pueden medirse porque viven en edificios donde la normativa de edificación no prevé la colocación de los dispositivos.
Las localidades de Sierras Chicas y Punilla están todas micromedidas.

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