13 dic 2011

Denuncian local de agroquímicos en Río Cuarto

El Puntal de Río Cuarto (13/12/2011)
Vecinos de un local de agroquímicos dicen vivir “como si los estuvieran fumigando

”Es en Quintitas Golf, donde hubo problemas por las pulverizaciones. Ahora, a la vera de la ruta 30, la gente se queja por las emanaciones, los derrames y el ruido que genera un comercio del ramo
Los vecinos de un depósito de agroquímicos ubicado a la vera de la ruta 30, en el barrio Quintitas Golf, dicen vivir “como si los estuvieran fumigando”, a raíz de las constantes emanaciones que salen del local. Aseguran que es común que haya derrames de herbicidas en la vía pública, y que no consiguen respuestas de las autoridades. Además, son constantes los ruidos de camiones que cargan y descargan mercadería, que además de ser “un peligro”, producen vibraciones y el agrietamiento de las viviendas.
Miguel Ángel Maraschi vive en la casa contigua al depósito de Inagro desde hace 16 años, 4 años antes de que la firma empezara a funcionar en ese local a la vera de la ruta 30.
Para él, el principal problema “son los químicos” que almacenan en los galpones. “Yo vivo pegado a los dos galpones, que tienen tres bocas (de ventilación), y cuando llueve no se aguanta el olor”.
Maraschi asegura que las emanaciones se hacen más fuertes -o más perceptibles- cuando sopla el viento norte. Entonces -dice- se siente patente el olor que despiden los bidones de agroquímicos y el movimiento de los cereales. “Es como si nos estuvieran fumigando, y más cuando sale el sol después que llueve”, señala el vecino.
Para ser más gráfico, el hombre recurre a una anécdota que ilustra bien lo que pasa en el barrio, sobre todo en la manzana que queda a la vera de la ruta, entre Río Deseado y Martín Fierro, que es donde está Inagro.
“Antes, mi hijo tenía un barcito en el frente de mi casa, y muchos de los clientes eran del campo”, cuenta. Y agrega: “Cuando entraban, lo primero que le preguntaban era si vendía herbicidas, por el olor que había”.

Derrames
En ese sector del Quintitas Golf, otro Proxy-Connection: keep-alive Cache-Control: max-age=0 oblema son los derrames de productos químicos en la calle. Es que, según relatan los vecinos, es una práctica habitual que se descarguen los bidones de agroquímicos en la vía pública.
Maraschi comenta que, en varias oportunidades, dio aviso a la dirección Medioambiente del Edecom, pero que hasta ahora no obtuvieron respuestas.
“Tienen una playita, la llenan de bidones, y están todo un día ahí afuera, cuando deberían hacerlo adentro de los galpones. Si se llega a romper alguno de los bidones -que varias veces pasó- ese veneno queda; no se va ni con la lluvia”, sostiene.
Y amplía: “Acá se caen los herbicidas, la urea, fósforo; todo en la calle. Mirá que nacen las plantas de maíz entre los escombros”.
Por otra parte, recuerda que hace aproximadamente un año, la empresa había colocado un tanque con agroquímicos “que chorreaba y quemaba todo el pasto”, pero después el problema fue solucionado cuando ordenó retirar el depósito.

Ruidos y alto tránsito
Juan Zabala es otro de los vecinos de la cuadra, y también tiene problemas a raíz de vivir cerca del comercio de insumos para el campo. Sin embargo, no tienen que ver con la contaminación, sino con el ruido y el continuo paso de vehículos hasta el comercio.
“Entran los camiones para cargar y descargar mercadería, pero ya me tiraron dos veces un paredón. Además, hacen maniobras acá en la vereda, donde tengo el pozo negro, los caños del agua, los caños del gas”.
Además, recuerda que la camioneta de un cliente de Inagro atropelló a su madre al hacer una maniobra imprudente frente a su casa.
Por otro lado, señaló que usan el jardín de su casa como estacionamiento, y dejan los camiones en marcha a cualquier hora: “no te dejan dormir”, asegura. “También lo usan de estacionamiento los que vienen a comprarle a Inagro, no les importa molestar a los vecinos”, agrega.
Tal es el tránsito de los camiones que cargan y descargan en el comercio, que hasta las viviendas lo sufren. Como la casa de Juan, donde una de las habitaciones está rajada por las vibraciones de los vehículos.
“Son semiejes grandes, que traen 700 bolsas de 50 kilos; sacá la cuenta del peso que llevan”, señala.
Zabala asegura que recurrió a todas las instancias donde podía reclamar soluciones, pero que no consiguió respuestas. “Vas a la Municipalidad, y te dicen que tenés que ir a Medioambiente, y de ahí te mandan a Bromatología y de ahí a Tránsito. Todos se lavan las manos”.
Según el vecino, el problema se originó cuando abrieron la calle paralela a la ruta 30, “que no figura ni siquiera en Catastro”. “La hicieron porque los camiones no se pueden estacionar en la banquina”, pero a partir de allí se sucedieron los problemas.
Por su parte, la presidenta de la vecinal Quintitas Golf, Verónica Flores, se hizo eco del reclamo de los vecinos y le reclamó al Municipio que obligue a la firma a irse a un lugar adecuado.
Asimismo, dijo que elevarán una nota al Concejo Deliberante para pedir que le denieguen una eventual prórroga a la empresa, que podría solicitarla para no verse obligada a dejar el lugar. En este sentido, hay una ordenanza que fija que en mayo de 2012 todos los lugares de acopio de agroquímicos deberán estar lejos de las zonas pobladas.

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