2 ago 2009

Los Hornillos separa sus residuos

Día a Día (02/08/2009)
“Si la gente ve que los residuos secos se usan, adopta el sistema”

El que habla es Samuel Pikero, presidente de la cooperativa La Planta -en Los Hornillos-, quien nos cuenta su experiencia levantando residuos.
Los Hornillos es una comuna de dos mil habitantes del Valle de Traslasierra, ubicada a 170 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Integra, junto a un pequeño puñado de municipios en la Provincia, el grupo de localidades que implementaron y mantienen la práctica de la separación domiciliaria de residuos entre secos y húmedos. A pesar de la gran diferencia de escala con esta capital, su caso no deja de ser ilustrativo de lo que está por suceder en Córdoba.
Samuel Pirkero preside allí la cooperativa La Planta, el sitio donde seis personas clasifican y venden los residuos secos que la comuna levanta de los dos mil hogares de Los Hornillos (lo orgánico termina en el vertedero controlado de Villa Dolores). Además, participó desde el inicio en el diseño y aplicación de todo el sistema. Aquí relata su experiencia:

–¿Desde cuando separan los vecinos su basura?
–Todo comenzó en 2006, recibimos financiamientos de diferentes organismos y pudimos equipar a la cooperativa, armar y difundir el sistema.

–¿Qué aceptación ha tenido por parte de la gente?
–Hoy el 40 por ciento de los vecinos separa sus residuos. Sucede que el sistema funcionó con altibajos. El principal problema fue que en un momento comenzó a fallar la recolección diferenciada, perdió constancia, y eso hizo que mucha gente pierda la confianza y deje de colaborar.

–Es muy importante la regularidad…
–Es fundamental que el servicio de recolección funcione, y sea evidente que hay diferenciada. La persona que formó una conciencia y colabora está muy atenta a que sea el camión correcto el que retira sus residuos, quiere que sus residuos secos se usen, busca resultados. Desde febrero lo normalizamos y notamos que mucha gente volvió a separar.

–¿Cómo trabajaron con los vecinos en el arranque?
–Hicimos reuniones informativas, pegamos afiches, armamos mensajes radiales, pero lo central fue que visitamos cada domicilio explicando qué tenían que hacer en cada casa, por qué era importante, cómo funcionaba la planta, etc. Eso fue lo fundamental.

–El contacto cara a cara…
–Para nosotros y para Córdoba será igual: lo fundamental es visitar a la gente. En el domicilio lográs un ida y vuelta con el vecino que no se consigue de otra manera, hay que insistir en el trabajo territorial, acá estamos por hacer la tercera visita casa por casa.

– ¿Tuvieron mucha resistencia?
–Nuestra experiencia fue que varios de los que ofrecían resistencia, una vez explicado, empezaron a hacerlo aceptando que era más fácil y cómodo de lo que ellos pensaban al inicio. Además, de manera inconsciente la mayoría de la gente separa sus residuos.

–¿Cómo es eso?
–Las botellas, por ejemplo: uno las pone en la bolsa un segundo antes de sacarla o las coloca en una bolsa aparte. Por eso es más fácil promover que la gente disponga concientemente aparte esa clase de residuos, de mayor volumen.

–Otra condición para que el sistema perdure es que la venta de residuos genera ingresos como para contener a los cartoneros que se insertan, ¿dan los márgenes?
–En Córdoba, al inicio, los márgenes serán ajustados. Creo que los cartoneros del centro van a autosustentarse más fácilmente porque ya recolectan gran volumen. Ésa es la clave, conseguir volumen, allí aparece el margen. Y en la ciudad eso se puede lograr.

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