17 ago 2009

Río de pájaros en Villa María

El Diario de Villa María (17/08/2009)
“Río de pájaros”: un privilegio que exige nuestra responsabilidad



Tengo el privilegio de vivir en Villa María y de poder disfrutar del balneario. Este hecho me acerca a los afortunados londinenses que gozan del Hyde Park de su ciudad o de los ciudadanos de Nueva York que disfrutan de su famoso Central Park. ¿Por qué debería sentirme menos que esas personas? Soy afortunado como cualquier habitante privilegiado del mundo y vivo en Villa María.
¿Cuántas personas pueden gozar del maravilloso espectáculo de ver una gran variedad de aves en el lago de la ciudad? Además, ¿cuántas ciudades del mundo cuentan con lagos como el nuestro en el que se pueden ver los atardeceres maravillosos con distintos matices del color rojo en esta época del año? Seguramente las hay, pero no sucede en todas las ciudades del mundo. Sin embargo, Villa María es una de esas ciudades bendecidas de nuestro planeta.
El lago ha convocado a aves migratorias que han llegado en gran cantidad. Aves que nunca antes vimos y creo que todos desearíamos tener el gusto de poder seguir viendo (se entiende que "viendo" significa observarlas sin perturbarlas, que es lo que hacen los birdwatchers de todo el mundo: "No interfiriendo en su apacible existencia", "no molestarlas", y ni hablar de permitir a los posibles cazadores de pacíficas aves acuáticas que las puedan matar sólo por el narcisista propósito de probar qué tal anda su puntería).
¿Qué aves han llegado a nuestro lago? Gaviotas de distintas variedades como las capucho café, biguás secándose con las alas abiertas al sol, gallaretas, cisnes comiendo lo que los niños les tiran desde la orilla del lago, y últimamente también flamencos rosados llegados desde Mar Chiquita debido a la sequía y al descenso de sus aguas. También hay otras variedades para seguir investigando y disfrutando de su diversidad y belleza. ¡Todo un privilegio!
No sé si todos los habitantes de nuestra ciudad estamos conscientes del privilegio que significa tener el honor de hospedar a tan distinguidos visitantes. Sólo nos queda tener la suficiente humildad y gratitud para cuidar de ellas y esperar que se sientan cómodas y bienvenidas y por eso deseen continuar hospedándose en nuestro lago.
El nombre que los antiguos habitantes de estas tierras pusieron al río Tercero es Ctalamochita. Cierta vez escuché que este nombre en su lengua significa "Río de pájaros".
Si es verdad que ése era el significado ¿le estaremos haciendo honor al nombre que nos legaron nuestros antepasados -ya sean diaguitas, sanavirones o comechingones- dejando vivir en paz y creando las condiciones para que las aves se instalen y procreen? ¿Dejaremos que nuestro río recupere el sentido etimológico de su nombre Ctalamochita albergando multitud de pájaros? ¿Lo cuidaremos evitando contaminar las aguas para que las aves no emigren y nos dejen solos y tristes observando un lago vacío de aves y, en vez de ello, lleno de bolsitas de nailon y botellas de plástico flotando a la deriva?

Ricardo Zandrino

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