6 ago 2009

Flamencos rosados en Villa María

El Puntal de Villa María (06/08/2009)
Flamencos rosados llegaron al río en busca de agua y alimento

Eran seis, pero ayer se veían sólo tres. Habrían venido empujados por la sequía de la laguna de Mar Chiquita. También se observan otras especies que buscan en el cauce local su lugar
Empujados por la sequía histórica que afecta a la laguna de Mar Chiquita o por otras razones vinculadas a la falta de lluvias, el desmonte y la desertificación, flamencos rosados recalaron en el lago villamariense y se ubicaron en el medio del espejo artificial que se forma con el cauce del río Ctalamochita.
Desde hace varios días se los puede ver frente a la remozada costanera, son casi el atractivo excluyente en estas tardes en que el frío cedió lugar a temperaturas un tanto más benignas. Eran seis en un principio, pero desde ayer sólo se ven tres, tratando de alimentarse a partir de las posibilidades que les da el agua.
No están solos, la mano del hombre, la desaparición del monte nativo y el avance de la frontera agropecuaria complotaron para que otras especies de aves, como gaviotas de distinto tipo (cocinera, capucho café) o gallaretas, también elijan este río para vivir.
“Se ha ampliado el rango de distribución de estas aves, pero debido a la gran sequía que hay estas aves que tienen una vida semiacuática buscan ojos de agua donde poder vivir y alimentarse”, explicó ayer Leticia Martí, bióloga, quien también se desempeña en la Subsecretaría de Ambiente y Calidad de Vida de la Municipalidad.
Los flamencos rosados tienen una vida casi acuática, se alimentan casi exclusivamente de artemia salina (que es la que les da ese color rosado), y si bien su capacidad de adaptación es limitada “pueden vivir de comer otras cosas, levantan el barro y filtran, lo que queda se lo comen. Y si no les queda otra se adaptan”. Igual, Martí no cree que se queden.
Y agregó: “Tenemos suerte que acá tengamos agua y estas aves puedan sobrevivir en este hábitat”. También anticipó que se verán “todo tipo de aves buscando sobrevivir porque se les están terminando los hábitat y esto es consecuencia del desmonte, la desertificación y el cambio climático”.
Otras que llegaron al Ctalamochita son las gaviotas, “que son más oportunistas y pueden vivir en otros lados”, gallaretas, biguás y garzas.
Muchas quizá están de paso, y si no encuentran acá el hábitat que necesitan se irán, pero otras se adaptarán. No todas las aves tienen la misma capacidad migratoria, por eso las que no puedan soportarlo morirán en el intento.

En busca de un lugar para vivir
Los flamencos están acá buscando alimento. “Viven en un hábitat asociado al agua, sus nidos son de barro, y si hay sequía no pueden hacer nido. Son muy sensibles a los cambios, viven en comunidades, ponen sus huevos, pero ante cualquier cambio o situación que pueda asustarlos o espantarlos se van y abandonan el nido con huevos y todo, y no vuelven y así sí se van perdiendo”, detalló Leticia.
Gaviotas, gallaretas y garzas, por su parte poseen mayor capacidad de vuelo y de adaptación.
El daño al ambiente y al hábitat natural de estas especies es responsabilidad exclusiva de los hombres, por eso es tan grande la responsabilidad de cuidarlos en esta instancia, no sólo a los flamencos sino a todas los animales que buscan en el Ctalamochita su hogar: “No hay que molestarlos, evitar que los molesten los perros, no tirar basura porque por ejemplo las gaviotas comen cualquier cosa y se comerán la basura y se van a morir, y evitar tirar bolsas de plástico”.
Y añadió: “Ya que se están quedando sin hábitat, si encontraron este lugar tratemos de darles la oportunidad de que puedan vivir acá y tener una vida. No ensuciar ni arruinar este lugar nuevo que han encontrado, no perjudicarlos más”.
El gran riesgo es la pérdida de las especies y, en consecuencia, la pérdida de diversidad biológica con lo que eso significará para la vida del planeta y de quienes lo habitan.
“El tema es el gran desmonte y desertificación, no hay más hábitat, los animales se quedan sin hábitat, no tienen dónde estar ni vivir, imaginá que vienen a parar al medio del río Ctalamochita que es un mundo de gente. No tienen dónde ir, dónde desarrollar su vida y tener descendencia, el objetivo del animal es dejar descendencia y ya no tienen dónde, ni dónde vivir ni de qué alimentarse”, concluyó Martí.

Ver Noticia On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs