1 dic 2008

El nuevo sistema de control ambiental de Río III

La Voz del Interior (01/12/2008)
Qué se hizo y qué falta hacer para el nuevo sistema de control ambiental



El municipio presentará hoy la flamante estación de monitoreo móvil. ¿Qué avance hay con la sala permanente, las sirenas comunitarias y el plan de concientización?
Mariela Martínez y Fernando Colautti
Río Tercero. En la Municipalidad de Río Tercero se anunciará hoy la puesta en marcha del nuevo sistema de seguridad ambiental, relacionado con el control al sector industrial. El paso que hoy se dará, en realidad, será la habilitación de la nueva aparatología para monitoreo del ambiente.
El equipamiento que ya se podrá empezar a utilizar desde esta semana es el adquirido por el municipio con los fondos gestionados ante la Secretaría de Ambiente de la Nación. Con 1.358.00 pesos se adquirió instrumental de última generación para montar la estación de monitoreo móvil, que montada sobre un vehículo permitirá tomar muestras del aire, del suelo y del agua, para controles periódicos de rutina o antes casos de derrames o escapes.
Ese aporte, junto a otros que no llegaron, fue gestionado ante la Nación por el municipio el año pasado, luego de una sucesión de hechos graves en las industrias químicas, entre los que sobresalió la muerte, por primera vez en la historia local, de operarios de una planta industrial por un escape tóxico.
Esa situación, que tuvo impacto nacional, derivó en la movilización de parte de la sociedad local y en la agilización de las gestiones y de las respuestas, por primera vez, desde el área ambiental nacional.

Cuadro de situación
El siguiente es un cuadro de situación, entre lo anunciado y lo concretado, del plan de mejora de los sistema de seguridad y control ambiental en Río Tercero.
Estación móvil y “shelter”. Los equipos para la estación de monitoreo móvil que se habilita hoy permitirán controlar la calidad de aire y detectar eventuales situaciones de contaminación, mediante sensores de diversos productos. También dispondrá de una estación meteorológica que medirán velocidad del viento, temperatura, humedad, presión atmosférica y radiación solar, de utilidad por ejemplo en casos de escapes químicos para evaluar la evolución del problema. Los datos del monitoreo son receptados en tiempo real. Ese equipo está montado en un “shelter”, que es un recinto blindado instalado sobre un tráiler que contiene en su interior ese equipamiento.
Otro instrumental también incorporado quedó montado sobre el vehículo utilitario Renault Trafic (que el año pasado aportó la Provincia) y que representa un laboratorio móvil con instrumental como un cromatógrafo para mediciones de alta precisión, cámaras de video, analizadores portátiles de aire y agua, más un delibelímetro (para testear niveles de ruido) y equipos que sirven para medir el particulado del aire, útiles por ejemplo para controlar el aire en los alrededores de los acopios de cereales, entre otros usos.
Sala de monitoreo permanente. Aún no está habilitada. En el tercer piso del edificio municipal se están terminando las tareas para que funcione la sala de monitoreo y comunicaciones, otro apéndice del nuevo esquema. Allí está previsto que se recepten en monitores de computación las señales que durante las 24 horas emitan los sensores colocados por las tres principales industrias químicas en sus perímetros, para medir la presencia en el aire de los productos de mayor peligrosidad que almacenan o producen. Las señales enviadas se verán en tiempo real en los monitores. También se instalan cámaras de video en las industrias para permitir una observación en vivo de la situación en cada una.
Los sensores detectarán la presencia de cloro en los casos de Atanor y Petroquímica y de amoníaco para Fábrica Militar. Esos productos (sobre todo el cloro) son los de mayor riesgo para la salud en casos de escapes. Los demás que se manipulan son de riesgo menor. Sin embargo, no está contemplado sumar sensores de fosgeno en Petroquímica, siendo que se trata de un gas altamente peligroso (fue el que provocó la muerte de los dos operarios en 2007). El argumento es que ese químico no se almacena y sólo recorre un circuito cerrado, y que por su cantidad, no podría representar un riesgo hacia afuera del predio de la industria.
Dentro de Petroquímica, sí se exigió a la empresa (y ya lo hizo) la colocación de varios sensores de fosgeno, pero que, al menos hasta ahora, no estarían conectados al sistema de la sala de monitoreo municipal.
Contratación de personal. En la nueva sala de monitoreo ambiental ejercerá el control personal especializado que en los últimos días se fue incorporando. Allí deberá haber operadores las 24 horas. En una sala contigua a la de los operadores, separada por una zona vidriada, estará ubicada el área en la que se atenderán los llamados telefónicos del 103 (Defensa Civil), que tendrá ahora tres líneas a los fines de evitar congestionamiento. Se suman los sistemas de radio frecuencia entre funcionarios municipales vinculados al rubro seguridad, directivos de las firmas químicas ligados a ese rubro, los jefes de bomberos, el hospital y la empresa de emergencias médicas.
Ese personal para monitoreo será contratado con los fondos que también envió con ese fin la Secretaría de Ambiente de la Nación. Aunque el municipio gestionó más de 1.000.000 de pesos para contratar personal especializado por tres años, el subsidio desembolsado con este fin fue de 360 mil pesos, que permitirá sostener los sueldos de ese equipo de trabajo por un año. Las incorporaciones son ocho: además de los operadores de sala, se contrató a dos técnicos universitarios en Ambiente (egresados del instituto local Ides). Mientras, dos ingenieros químicos concursados serán incorporados en pocos días más, para reforzar las tareas de control. Se admite en éste último punto, alguna dificultad ante las cifras remunerativas ofrecidas, que estarían por debajo de las que se ofrece en la órbita privada. Mientras, un ingeniero electrónico que ya trabajaba para el municipio para mantener el equipamiento se incorpora ahora a través de este nuevo esquema.
Luego del primero año en el que se tienen los fondos para ese equipo de trabajo, para los siguientes la idea del municipio es sostenerlos mediante la creación de una “tasa ambiental” que paguen las industrias locales.
Sirenas comunitarias. Otro punto anunciado del esquema, y que resta concretar, es la instalación de tres sirenas comunitarias, para ser utilizadas ante una situación de emergencia grave por escapes químicos. La sirena marcará que hay una situación grave y que la gente debe permanecer en lugares cerrados. Para eso se requerirá una tarea de educación.
Dos de las sirenas fueron adquiridas en Estados Unidos, compradas por Atanor y Petroquímica. Se trata de grandes unidades (de 300 kilos), de moderna tecnología y con alcance estimado en 1.200 metros. Una se ubicará frente a la estación de servicio YPF de barrio Monte Grande y otra en cercanías de la Escuela de Comercio, en barrio Las Violetas. Una tercera ya está colocada: es una unidad menor, que ya tenía el municipio, instalada en barrio Cerino.
La decisión de la activación o no de las sirenas reposará en un funcionario del área responsable, al evaluar la gravedad del suceso. En casos de mayor urgencia, estarán habilitados a hacerlo en forma excepcional directamente los operadores de la sala de monitoreo.
Capacitación y educación. Un punto complejo del sistema es el de la concientización a la población respecto de qué corresponde hacer ante un siniestro químico grave. La actitud natural es la de evacuarse cuando en realidad se recomienda lo contrario; hacer “protección bajo cubierta”, encerrándose cada uno en el sitio donde encuentre, para evitar contacto directo con el aire exterior.
Los intentos de capacitación han sido casi frustrantes hasta ahora: poca respuesta de la sociedad a cada reunión organizada. Sobre todo se dedicaron a esa tarea los bomberos voluntarios. Ahora, el cuartel local recibió 45 mil pesos del municipio (son parte de los fondos enviados por la Nación) para fortalecer la tarea de concientización ciudadana.
Además, hasta que la comunidad no tenga información, no se podrían usar las sirenas comunitarias, porque podrían generar un efecto contrario al buscado.
El subsidio que no llega. Entre todos los subsidios pedidos por el municipio tras los sucesos de 2007, el de mayor monto es el que no llegó. Se trata de los 4.500.000 pesos, que en su momento el Ministerio de Planificación Federal se comprometió a enviar. La idea era destinarlo a la compra de un camión en el que montar una sala de control y monitoreo móvil (como la que se instala en el municipio, pero en un camión), para que pueda ubicarse según el requerimiento de cada emergencia. Además era para construir un centro cerca del polo fabril para uso de bomberos, Defensa Civil y otros, más la compra de equipamiento de control adicional. De ese subsidio, no hay noticias. Para algunos, habría que empezar a descartarlo.

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Comunicar bien y rápido a la sociedad: un punto vital

Un punto clave a aceitar aún, y que a diferencia de otros no dependen de una inversión económica, es el modo en que se comunica un episodio que pueda generar alarma a la población a través de los medios radiales. Desde el punto de vista psicosocial es vital que la comunidad pase a tener confianza en que se le dirá en forma rápida y creíble qué está sucediendo cuando percibe que algo puede ser grave.
Según se ha planificado ahora, un funcionario municipal del área responsable será el que encargado de salir por las radios locales a explicar el hecho. La práctica del sistema no parece aún suficientemente aceitada. En agosto de 2007, se demoró eternos 40 minutos para que una voz oficial anunciara en una radio qué estaba pasando en Fábrica Militar, cuando ya miles de vecinos habían decidido autoevacuarse tras una ruidosa explosión en una caldera. Entre medio, cada radio iba anunciado diferentes versiones de lo que estaría sucediendo. Si hubiera habido un escape tóxico, la evacuación masiva era exactamente la actitud contraria a la recomendable para cuidar a la población. Se asume que esa situación no podría repetirse.
La Cooperativa de Obras activó ahora 12 líneas especiales de emergencias: se trata de un servicio especial al que no pueden acceder terceros y por el cual están unidos el municipio, las industrias químicas, la empresa de emergencias médicas, las clínicas y el hospital, Bomberos Voluntarios y las radios. Ese esquema asegura una intercomunicación entre los actores clave, que en episodios anteriores se vio comprometida por la congestión de las líneas telefónicas. El municipio se hace cargo del gasto por estas líneas, calculado en unos 25 pesos mensuales por cada una.
El tema de la inmediatez de la información para la población en caso de eventuales emergencias sigue siendo un tema relevante, pero pendiente de mejorar.
En un caso grave, será clave evitar que cada radio pueda dar diferentes versiones o supuestas primicias sobre lo que pasa, sino que todas puedan ofrecer información unificada, coordinada, segura y creíble, pero a la vez rápida. Y esa responsabilidad no podrá reposar en un eventual locutor de turno. Ya no se trata de noticias sino de servicios vitales.
La mejor forma debiera ser ponerlo en práctica, para generar confianza, cada vez que un episodio que pueda generar inquietud en la población suceda, aunque no sea grave. La información en tiempo y forma ante cada incidente, aun cuando sea menor, debiera ser interpretado como parte esencial del sistema que está dirigido para una sociedad sensibilizada y desconfiada.

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