13 oct 2008

Biodiesel en la UNVM

El Puntal de Villa María (13/10/2008)
Ya obtienen plantines de jatropha curca para hacer biodiesel

Se trata de un emprendimiento conjunto entre la Universidad Nacional de Villa María y una fundación española. Las semillas de este arbusto fueron compradas en Paraguay a razón de 500 dólares el kilo
Hace pocos días, este matutino publicaba una entrevista con el ingeniero Roger Illanes, docente de la UTN local. De esta manera, PUNTAL VILLA MARIA se hacía eco de un proyecto que parecía tan original como innovador: la posible plantación de plantas de jatropha curca en terrenos del basural municipal para la producción de biocombustible.
La jatropha curca es un arbusto que crece en la región ecuatorial del planeta, tanto en Africa y Asia como en Centroamérica y que incluso llega hasta Brasil, Paraguay y el norte argentino. A pesar de que su fruto no es comestible para ninguna especie (mucho menos la humana), este árbol tiene dos grandes cualidades. La primera: su fruto procesado genera una gran cantidad de aceite (un 50%, óptimo para la fabricación de biocombustible). La segunda: se adapta a condiciones climáticas casi desérticas, necesitando muy poco agua y pudiendo germinar en suelos sin nutrientes.
De ahí la muy buena idea de la gente de la UTN local, que dijeron tener entre manos un proyecto para plantar este arbusto en sitios del basural para revalorizar terrenos inútiles.
Pero lo que no dijo la gente de la UTN local es que esta experiencia ya se había empezado a implementar en la ciudad, incluso entre algunos colegas.
Se trata del grupo de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM, quienes en colaboración con la Fundación española ProDTI (Fundación para la promoción de la Investigación y el Desarrollo Tecnológico Industrial), sección de Córdoba, no sólo construyeron un invernadero en medio del Campus, sino que en el mismo sembraron varias muestras del arbolito obteniendo los primeros plantines.
La ingeniera Laura Prato, de Ciencias Básicas y aplicadas de la UNVM, cuenta la génesis de este proyecto que se aprobó en marzo de 2008 y que hoy ya es una realidad palpable.

Cómo llega la jaropha curca a la UNVM

“Todo empieza con Marta Rodríguez, una agrónoma cordobesa que llega a la UNVM por medio del ingeniero Mario Pierantonelli. Este la contacta para dar una charla sobre ambiente y energía renovable y ella cuenta del tema del biodiesel y de lo conveniente que sería la plantación de jatropha curca para extraer aceite. Luego seguimos en contacto con Marta, que además es delegada del ProDTI. Se firmó un convenio entre la Universidad y la Fundación para trabajos en agronomía, biodiesel, energías alternativas y medioambientes”.

-¿Y cómo es que se comienza con la siembra de la planta?
-A fines del año pasado se aprobó un proyecto de la Secretaría de Políticas Universitarias que es para capacitación y formación en energías alternativas, cuyo último objetivo es la producción de biodiesel a partir de aceite vegetal usado. Este es un proyecto en el cual no sólo participa Marta Rodríguez sino también la DEMES (Dirección de Educación Media, Especial y Superior) y la Municipalidad de Villa María.

-¿Por qué la DEMES?
-Porque la capacitación se hará fundamentalmente en las escuelas de nivel primario y medio.

-¿Se trata del aceite de cocina usado?
-Exactamente.
-¿Y cómo lo van a conseguir?
-Solicitándole a la gente que lo entregue, tanto a las familias como a los restaurantes. Y por eso es que vamos a ir a las escuelas, para tratar de recolectar aceite viejo mediante los chicos. Incluso ya están listos los afiches para la campaña.

-¿Y qué lugar ocupa en todo esto la jatropha curca?
-Este es un proyecto interno que está subsidiando la Universidad y por ahora se está estudiando la semilla, plantándola en invernaderos en forma de plantines y existe la idea de hacer una plantación directa sobre media hectárea de campo que ya tenemos destinada.

-¿Dónde compraron las semillas?
-Las compramos en Paraguay y costaron 500 dólares el kilo; mucho menos de lo que costaba si la traíamos de otros países. Hace dos meses que hemos hecho el invernadero.
Y entonces, para constatar este hecho, la ingeniera Laura Prato nos conduce hasta el invernadero.

En el vivero

Allí, emplasticado en nylon opaco, centenares de macetas duermen alineadas de acuerdo al tamaño de la plantita que contienen. Una chica rubia las está revisando una por una y les echa pequeñas dosis de arena con un vasito. Se trata de Luciana Fontanini, ingeniera agrónoma cordobesa, que es parte de este proyecto.
“Llegué invitada por Marta Rodríguez a participar de este proyecto de investigación”, comenta Luciana con sus guantes de goma todavía puestos. “Es la primera vez que trabajamos con estas plantas. Estamos viendo si esta planta se adapta a la zona; no para utilizar la tierra fértil sino las zonas marginales, y así evitar el monocultivo de la soja. Si este proyecto funciona, sería una muy buena posibilidad para generar fuentes de trabajo cuidando el medioambiente y generando mano de obra”.

-¿Mano de obra de cuántas personas?
-Desde un equipo grande hasta una unidad familiar chica. Y es que la cosecha del fruto de esta planta debe hacerse a mano. El fruto de la jaropha es del tamaño de una nuez muy aceitosa, de unos 5 centímetros de largo por 2 de ancho, y nace en forma de ramillete. Cuando madura toma un color entre amarillo y naranja, y ese es el momento de la cosecha, que es escalonada, ya que no maduran todas las plantas a la vez.

-¿Qué otra utilidad tiene este fruto además del aceite?
-Se puede utilizar para hacer lombricompuestos o materia orgánica. Si mediante un proceso químico se elimina la toxicidad de la planta se puede sacar una harina con la cual fabricar un tipo de speller para alimentar al ganado.

-¿Usted se encargó de la siembra y de los plantines?
-Somos un grupo de ingenieras agrónomas de Córdoba y empezamos a sembar hace un mes y medio. Estamos viendo el poder germinativo en las condiciones de Villa María. Usamos el 50% de arena y el otro 50% de lombricompuestos.

-¿No hay ningún proyecto en la ciudad de Córdoba con esta planta?
-En Córdoba capital todavía no; en otros lugares de la Argentina, como en el norte, sí, pero en Villa María, esta experiencia de la UNVM está siendo la primera.

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“Hay que recolectar el aceite usado de la gente que perjudica el medioambiente”

La agrónoma cordobesa, delegada de la Fundación ProDTI, habló de las ventajas sociales, tecnológicas e industriales de obtener biocombustible en base a aceite vegetal usado
Un grupo de investigadores cordobeses y villamarienses presentó a fines de 2007 un proyecto. El mismo estaba dirigido a la UNVM, a la Fundación ProDTI y a la DEMES. Se trataba de una capacitación y formación en energías productivas alternativas en desarrollo social y fue aprobado.
Este matutino, dialogó con Marta Rodríguez, ingeniera agrónoma de Córdoba y una de las responsables de este emprendimiento: “Durante tres años, un grupo de agrónomos de la ciudad de Córdoba estuvimos investigando, desde la Fundación ProDTI, la producción de biocombustibles (específicamente biodiesel) a través del aceite vegetal usado. Teníamos una planta en las afueras de la ciudad de Córdoba, en Chacra de la Merced, donde durante tres años hemos estado produciendo biocombustible en base a esos aceites. Después de tres años de experiencia y de una publicación de nuestros trabajos en 2007, empezamos a juntarnos con la UNVM para hacer la transferencia de conocimientos. Tuvimos eco en el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas, presentamos un proyecto el año pasado, y en marzo de este año fue aprobado”.
El proyecto consta de dos partes. La primera parte es la transferencia para la producción de biodiesel a través del aceite vegetal usado; y la segunda, la obtención de biodiesel en base a un vegetal plantado y cosechado en la misma universidad. “Los proyectos ya se están poniendo en marcha”, remarca Marta.

-¿Y en qué consiste esta primera parte del proyecto?
-Será una campaña de concientización de la población. Por eso está involucrada la DEMES. Ya tenemos nuestro logo, que es un maíz llamado “Bio”. Después va a venir la compañía de Bio que es un girasol. Nosotros empezamos en Córdoba recolectando el aceite vegetal que se usa en las casas y que las familias normalmente los tira a la tierra o a las cañerías y de esa forma contaminan. Y también recolectando el aceite de los restaurantes. Pero para eso hay que empezar con la concientización de los chicos. Ya hemos lanzado una pequeña prueba piloto y han venido chicos de la escuela José Ingenieros. Nosotros a través del Power Point le enseñamos a los chiquitos cómo tienen que hacer en la casa.

-¿Y cómo tienen que hacer?
-La mamá, después de la fritura, tiene que esperar que el aceite se enfríe, colarlo, ponerlo en una botellita y llevarlo hacia los puntos de recolección que por ahora van a ser las escuelas. Desde esos puntos estaremos trabajando con la logística para traerlos a la UNVM. Acá ya tenemos la planta que va a producir el combustible lista para funcionar. Se están ultimando los detalles respecto adónde la vamos a instalar pero está todo listo. El combustible servirá para alimentar a los colectivos que traen a los chicos a la universidad o a la maquinaria del Campus.

-¿Y la segunda etapa?
-Como la mayoría de estos proyectos sociales, el primer tiempo tienen éxito pero después empiezan a decaer, es que hemos empezado a trabajar sobre un cultivo de la jaropha, que es una semilla con un alto contenido de aceite. Este arbusto crece también en la Argentina pero no tiene tanta cantidad ni calidad en el aceite. Es un cultivo que tolera bajas precipitaciones. Con 250 milímetros anuales responde perfectamente bien. El único problema es que es un cultivo no muy tolerante a las heladas, al menos hasta ahora.

-¿Y se puede adaptar a este clima?
-Es lo que estamos viendo. Como la mayoría de las semillas que se están investigando en Argentina vienen de Brasil, y allá el clima es muy cálido, nos contactamos con la Universidad San Carlos de Paraguay, viajamos, y estuvimos con los profesionales que llevan adelante este proyecto desde hace varios años. Nos enseñaron, trajimos esas semillas que son más resistentes al frío, y a través de una selección, que ya sería la tercera, con especialistas en mejoramiento vegetal vamos a tratar de que esta jatropha sea tolerante al frío.

-¿Podría hablar del invernadero?
-El proyecto de siembra también constará de dos partes: la mitad de las semillas irá bajo invernadero y la otra mitad será mediante siembra directa en el Campus de la Universidad. La idea de la siembra directa es buscar un mejor punto de resistencia a los fríos. Aún no sabemos cuál va a ser la respuesta de la planta ante las primeras heladas del año que viene. Elegiremos las semillas de las plantas más resistentes para reutilizar .
-Con una hectárea sembrada en condiciones óptimas, ¿qué cantidad de combustible se puede obtener?
-Si nosotros tenemos una hectárea de jatropha, al tercer o cuarto año nos va a dar aproximadamente mil litros de biocombustible. Esto, sin riego controlado, pero se puede seguir mejorando. No quiere decir que ese sea el tope. Nosotros recién estamos empezando con esta investigación y vamos a empezar a controlar el riego a partir del año que viene. La jatropha va a estar en riego con goteo. Controlándole el riego, se cree que la producción aumenta un 30% más.

-¿Qué cantidad de combustible significa eso?
-No es como para darle a la TAMSE de Córdoba, porque esta empresa requiere 3 mil hectáreas de soja. ¿Y quién va a poner 3 mil hectáreas de soja para hacer biocombustible?

-¿Jaropha o aceite vegetal usado?
No vamos a desplazar el aceite usado por la jaropha ni viceversa. Hay que hacer las dos cosas. Hay que recolectar el aceite usado de la ciudadanía, que perjudica el medioambiente, y hay que buscar cultivos alternativos para cuando no dispongamos del aceite familiar, para poder darle materia prima a la planta.

-¿Son plantas diferentes para el aceite usado y el aceite de jatropha?
-La planta es la misma. Lo único que se le anexa es una pequeña “estrusora” para cuando se haga el aceite con la semilla. La planta está proyectada para que se utilice con paneles solares y así no tengamos que hacer uso de energía ninguna, y que para con los desechos del bar del Campus se pueda producir gas; porque cuando se calienta la mezcla de agua con aceite usado, se produce combustible mucho más rápido. Esto nos ahorraría el gas natural o de garrafa. Vamos a darle biogas a través de los desechos.

-¿Esta es la primera experiencia en biocombustibles en base a jatropha?
-En el país se está haciendo en Salta y La Rioja pero con otra variedad de planta. En la provincia, la única que está investigando, con un proyecto de estas características, con esta semilla y para este clima, es la UNVM. A nosotros no nos sirven los ensayos que están haciendo en Salta.

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