29 oct 2008

Se agudiza el conflicto por la basura en la Capital

La Voz del Interior (29/10/2008)
Sigue el paro y se nacionaliza el conflicto



Cliba enviará hoy 1.025 telegramas de despido. Exige que el municipio pague las indemnizaciones. Moyano amenaza con extender el conflicto a todo el país. Mirá el video.
Pasada la 0 de hoy, la Municipalidad de Córdoba y Cliba cerraron un nuevo intento de conciliación con otro fracaso rotundo. Mientras tanto, el gremio de la basura (Surbac) anunció que el corte total del servicio, que comenzó el lunes, continúa por tiempo indeterminado.
El Surbac dijo, además, que la empresa informó a la Secretaría de Trabajo que hoy enviará 1.025 telegramas de despido, cifra que incluye a todo el personal operativo de la firma en Córdoba.
La decisión empresaria parece plantear un punto de no retorno y la Municipalidad de Córdoba ya analiza acciones judiciales y sería inminente la incautación de la totalidad de los camiones y la planta operativa de Cliba para prestar un servicio de emergencia hasta tanto se conforme y comience a operar Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese). La empresa comunal hasta ayer planeaba tomar a su cargo la prestación en la zona norte de la ciudad y desde anoche parece destinada a cubrir la totalidad de la prestación por la deserción de Cliba.
Se trata de la situación más crítica que vive la ciudad en dos décadas y todo indica que el conflicto tendrá impacto nacional: desde anoche la conducción gremial quedó a cargo de Pablo Moyano, titular del gremio de los Camioneros, al que suscribe el Surbac. Hoy ese liderazgo se verá reforzado por Hugo Moyano, padre de Pablo y jefe de la CGT. Camioneros amenazan con un paro nacional de recolectores en solidaridad con los trabajadores de Cliba.
Pese a que ellos lo niegan, es pública la relación de los Moyano con Covelia, la empresa que junto a Cliba participó del llamado a licitación que ayer fue declarado desierto. Se desconoce si la presencia de los líderes de Camioneros se vincula con gestiones en favor de esa empresa.
La discusión entre Roggio y la administración de Daniel Giacomino parecía haber llegado a buen puerto ayer a la tarde. Pero a la hora de firmar el acuerdo para la continuidad de Cliba en la zona sur y en el Centro de la ciudad, la actual prestataria planteó una nueva exigencia: que el municipio asuma el costo de las indemnizaciones de los 400 empleados que serían transferidos a la Sociedad del Estado. Giacomino consideró inaceptable esa exigencia y desde ese momento sus funcionarios hablan de "extorsión"
La cifra que en este momento centra la discordia es de unos 20 millones de pesos. El otro número de peso gravitante en este conflicto de gravedad creciente es el de la deuda que Cliba le reclama al municipio: casi 90 millones de pesos. Desde el Palacio 6 de Julio sostienen que el número es falaz.
Hoy, desde las 13, habrá una nueva reunión en Trabajo.

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Un día bajo amenaza de una avalancha de basura

Desde las 20 del lunes, una decena de camiones recolectores de la empresa Cliba repletos de basura estuvieron todo el tiempo en torno de la Municipalidad de Córdoba. Al cierre de esta edición, continuaban sobre Caseros y sobre La Cañada, y seguía en pie la amenaza gremial de descargar toneladas de residuos ante las puertas del Palacio 6 de Julio.
Todo el tiempo, la protesta supuso la presencia de cerca de un centenar de empleados de Cliba y de una batucada constante. Pero al atardecer, cuando los oídos ya se habían acostumbrado a los redoblantes, lo que resultaba insoportable era el olor que despedían los camiones, cargados desde el domingo a la noche de basura.
El momento en que los ánimos estuvieron más caldeados fue a primera hora de la mañana: muchos de manifestantes habían pasado una larga noche en torno a la fuente del Paseo Sobremonte, y el amanecer incluyó centenares de bombas de estruendo y una lluvia de agresiones verbales al intendente Daniel Giacomino por la posible municipalización de una parte o la totalidad del servicio que hoy presta la empresa del Grupo Roggio.
Por la tarde, los manifestantes acamparon bajo la arboleda y algunos también se refrescaron en la fuente. Al atardecer, la protesta otra vez se tornó más intensa.
El movimiento de camiones y el anuncio de la inminente descarga de basura volvió a recrudecer al cierre de esta edición, cuando se conoció el nuevo fracaso en la Secretaría de Trabajo.

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Un conflicto sin fecha de resolución

Domingo. Sólo se recolectan residuos en el 15 % de la ciudad.
Lunes. La empresa Cliba aduce que varios camiones quedaron fuera de servicio. Luego, confirma la decisión de abandonar el actual servicio de recolección de residuos el 30 de noviembre próximo. Los empleados de la empresa, nucleados en el gremio Surbac, lanzan un paro de 24 horas desde las 21 y toman las plantas operativas.
Martes. El conflicto recrudece. La basura se multiplica en las calles de la ciudad. Un grupo de empleados de Cliba se dirige con camiones recolectores a la explanada del Palacio Municipal 6 de Julio. Por la noche, se realiza una audiencia en la Secretaría de Trabajo de la Provincia, que termina en fracaso y con la ratificación del paro por tiempo indeterminado.

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Otro día sin recolección traerá serios problemas



Una recorrida por distintos puntos de la ciudad de Córdoba dejó la sensación de que un día más sin recolección de basura podría traer serios problemas sanitarios, sobre todo en el casco céntrico, donde la enorme circulación de gente y el movimiento comercial es proporcional a la generación de residuos.
Las principales peatonales del centro presentaban ayer las consecuencias de casi tres días sin recolección de basura. La totalidad de los cestos estaban desbordados y alrededor de ellos, una “alfombra” de volantes de promociones, servilletas de papel, botellas plásticas, restos de comida, etcétera.
Pero ese cuadro no pareció alterar demasiado la vida cotidiana de los transeúntes y comerciantes, que transcurría como si fuese un día como cualquier otro. La gente comía helados, tomaba gaseosas y jugos o comía pastelitos sentada en los canteros centrales.
En la avenida General Paz, entre Colón y Deán Funes, la postal se conformaba con grandes contenedores repletos de basura, sobre todo en lugares cercanos a los bares y restaurantes. Los carreros, por su parte, trabajaron a tiempo completo en las esquinas separando cartones.
La peatonal San Martín, desde el Cabildo Histórico hasta la avenida Colón, era ayer a la tarde un “hormiguero”, como siempre, lo que presagiaba un final de jornada complicado en materia de generación de residuos.
En estas circunstancias es al menos interesante detenerse a observar la conducta de los vecinos en el centro, un lugar de todos y de nadie al mismo tiempo. No hay preocupación alguna por mantener la higiene.
Las peatonales 9 de Julio y San Martín y las avenidas General Paz y Colón en el casco céntrico lucen más castigadas que el resto de las calles céntricas. Aún así, la situación se mantuvo dentro de lo tolerable.
Por los barrios. En los barrios, la situación era ayer bastante diferente. Todavía no se ven los efectos de la falta de recolección. A pesar de todo, en las veredas, los canastos para la basura estaban al tope pero sólo algunos lucían desbordados.
En algunos sectores, como barrio Marqués de Sobremonte, quizá producto de las altas temperaturas, podían sentirse malos olores. En la recorrida, sin embargo, pareció que los vecinos tomaron recaudos a la hora de sacar la basura a la calle.
Esa imagen mostraron los barrios Zumarán, San Martín, Maipú, San Vicente, Acosta, 1° de Mayo, Villa Bustos, entre otros. La constante es cuando el recorrido se acerca hacia el centro, allí la ciudad vuelve a desalinearse.

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Socios que no aparecen

El severo problema que se le ha presentado a Daniel Giacomino para garantizar la limpieza de la ciudad lo encuentra sólo, sin socios institucionales o políticos que hayan mostrado hasta ahora voluntad de auxiliarlo. Ni el gobernador Juan Schiaretti, ni la presidenta Cristina Fernández dieron señales de intervenir; mucho menos Luis Juez, con quien Giacomino está totalmente peleado.
La Provincia dejó trascender que no tendrá más injerencia en el conflicto que la que le corresponda a través de la Secretaría de Trabajo, en la cuestión legal y laboral. A tono con esa postura, legisladores del PJ expusieron su “preocupación” por la situación y exigieron al municipio “una pronta resolución”.
A nivel nacional, tampoco se registraron indicios de alguna gestión económica o política de la Casa Rosada para ayudar a Giacomino, auto declarado “soldado” K. Y Juez, por su lado, dejó trascender que no dará ninguna indicación a los ediles que le responden, aunque en privado se muestra hipercrítico del rumbo elegido por Giacomino en el tema de la basura.

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Cómo será la futura empresa Crese

Comenzará a operar con camiones alquilados. Garantizará la continuidad laboral a los despedidos de Cliba.
En el caso de la Cliba continúe prestando servicios de higiene urbana en la zona sur y Centro de la ciudad, la empresa Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese), nuevo satélite de la administración municipal, comenzará a operar el 1° de diciembre próximo en la zona norte de la Capital con 25 camiones alquilados –es probable que al propio Grupo Roggio– y alrededor de 400 ex empleados que serán transferidos por Cliba. La empresa municipal también tendrá a su cargo la estratégica operación del enterramiento sanitario de Potrero del Estado.
El escenario es completamente distinto en caso de que Cliba finalmente resuelva abandonar por completo la prestación en Córdoba. Si se concreta la deserción de la actual prestataria, la Municipalidad de Córdoba automáticamente procederá a la incautación de los camiones y las plantas de operaciones de la empresa, una posibilidad que está prevista por el contrato de concesión por un lapso de 60 días.
El plan municipal apunta a adquirir 30 camiones nuevos –el proceso de fabricación demandaría dos meses– para Crese. Se trata de una inversión de nueve millones de pesos, que se concretaría vía leasing. Según aseguran, las cuotas se pagarían con el ahorro que supone la estatización del enterramiento sanitaria. Hoy Cliba cobra cerca de tres millones de pesos mensuales por las toneladas de basura que ahí se entierran.
Empresa “comodín”. Los estatutos de Crese que ayer ingresaron al Concejo Deliberante no sólo establecen que la empresa tendrá a su cargo la prestación del servicio de recolección y disposición final de residuos, sino que podrá prestar otros servicios relacionados en la ciudad.
Según se desprende de la lectura del proyecto, se está creando una empresa con facultades para tomar bajo su cargo el desmalezamiento y limpieza de espacios verdes, el tratamiento del biogás que se genera en el enterramiento sanitario de Potrero del Estado, así como el reciclado de los residuos sólidos y su posterior comercialización.
La administración de Crese estará a cargo de un presidente y dos directores, propuestos por el Departamento Ejecutivo Municipal. Los sueldos serán equivalentes a los que perciben los secretarios y subsecretarios municipales, respectivamente.
El capital social de la empresa será de 50 mil pesos, compuesto por 50 certificados de mil pesos suscriptos en su totalidad por la Municipalidad.
El control sobre la empresa quedará en manos de una comisión fiscalizadora, integrada por cuatro miembros. De ellos, dos serán propuestos por el Concejo Deliberante, uno por el oficialismo y otro por la oposición. Los restantes serán elegidos por la Secretaría de Finanzas del municipio y por el Tribunal de Cuentas. Esta comisión nombrará un auditor de compras.
Las ganancias de la empresa se destinarán a un fondo de reserva legal, a reservas facultativas y a dividendos de los certificados. Estos últimos deben ser pagados en proporción a la integración de capital.

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Lo que dejan 22 años de monopolio

Una ciudad sitiada por la basura y un municipio forzado a arrojarse a un abismo por no tener posibilidad alguna de pagar un peso más. Si el elevado costo que supuso el monopolio de Cliba los últimos 22 años limitó las posibilidades de la administración capitalina, hoy la amenaza de deserción del Grupo Roggio la deja sin escapatoria: la creación de una empresa municipal no es una elección del intendente Daniel Giacomino, sino la única salida a la vista para evitar que la Capital quede sepultada bajo una montaña de basura.
Las críticas de la oposición respecto de lo que implica la creación de una nueva Sociedad del Estado después del agujero financiero que supone la empresa de colectivos Tamse son más que razonables.
Pero, más allá de la crítica, nadie atinó siquiera a mencionar otra salida posible.
El municipio viene de realizar una megalicitación que puso en juego un negocio de más de 1.500 millones de pesos y que exigía cambios de fondo en el manejo de la basura. Obtuvo por respuesta una cartelización feroz y sin disimulos, que forzó las cosas a esta instancia desesperada.
Fue Cliba la que decidió llegar hasta acá, con la anuencia del gremio de los recolectores. Ahora es Giacomino quien debe demostrar que el municipio conserva la capacidad de decidir algo.
Las certezas que los funcionarios intentan ofrecer respecto de la futura empresa Crese son hasta ahora de una inconsistencia asombrosa: lo único seguro es que el municipio deberá pagar los sueldos de los ex empleados de Cliba.
La posibilidad de que alguien levante la basura en los días que se avecinan es mínima, pero los frentistas pueden estar seguros de que no sólo solventarán los onerosos sueldos de los municipales y de los choferes de Tamse, sino que ahora deberán saldar también la cuenta del tercer rubro mejor remunerado en relación con los servicios municipales: el de los recolectores.

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Los carreros hicieron su negocio

Por el paro de los empleados de Cliba, los carreros recogieron ayer más cantidad de basura, podas y escombros que lo habitual en la ciudad de Córdoba y la acumularon en basurales a cielo abierto. Hubo muchos más pedidos vecinales para que los carreros se llevaran los residuos domiciliarios a cambio del pago voluntario de entre 50 centavos y un peso por canasto. Los más generosos pagaron hasta cinco pesos. El titular del Movimiento de Carreros Unidos, Héctor González, anticipó que, si la medida de fuerza se extiende, los carreros “desbordarán” las calles hoy para recoger la basura.

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Los estatutos

Prestaciones. Recolección de residuos, barrido y limpieza de calzadas, tratamiento y disposición final de residuos. También podrá tratar el biogás que se genere en el enterramiento sanitario, prestar la limpieza y mantenimiento de espacios verdes, reciclar y comercializar los residuos sólidos.
Directorio y control. Estará integrado por un presidente y dos directores. El control estará a cargo de una comisión fiscalizadora compuesta por representantes del Ejecutivo municipal, del Tribunal de Cuentas y del Concejo Deliberante.

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Buscan acelerar la municipalización en el Concejo

Se necesitan dos tercios de los votos. El oficialismo intentará convencer a la UCR.
A partir de esta tarde, la bancada del bloque del Frente Cívico y Social del Concejo Deliberante de Córdoba intentará acelerar los pasos necesarios para la aprobación de la ordenanza por la que se crea Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese), la empresa municipal que tendrá a su cargo la prestación parcial o total del servicio de higiene urbana. Para ello, necesitará acelerar al máximo los pasos legislativos y lograr el apoyo de al menos un bloque de la oposición.
El proyecto llegó ayer por la tarde al Concejo en manos del propio viceintendente de la ciudad, Carlos Vicente. Sin embargo, no cumplió los pasos reglamentarios para que tomara estado parlamentario en la sesión ordinaria de ayer.
Dado el contexto de urgencia, se realizará hoy a las 16 una sesión especial para que el proyecto comience los pasos reglamentarios dentro del Concejo. Primero, debe ser tratado en primera lectura. Si se aprueba, se debe llamar a audiencia pública y recién después se debe tratar en segunda lectura.
Según la normativa vigente, para la creación de una empresa municipal se necesitan dos tercios de los votos de los concejales presentes en la sesión en que se trate el proyecto. El cuerpo cuenta con 31 ediles, de los cuales 16 son del Frente Cívico y los 15 restantes se dividen entre los bloques de la oposición.
Hasta anoche, 17 concejales apoyaban la iniciativa, ya que al oficialismo se sumó la edila peronista disidente Graciela Nicolás. Para conseguir los votos que faltan, se buscará convencer al bloque radical.
La estrategia –que adelantaron fuentes cercanas a la Viceintendencia– se fundamenta en que el radicalismo ya había propuesto la creación de una empresa municipal para que se encargara de la basura, en el marco de la discusión de los nuevos pliegos del servicio.
La otra carta que se jugará está relacionada con la decisión que tomó el ex intendente Ramón Mestre –padre del presidente del bloque de concejales de la UCR– cuando rescindió el contrato de la empresa prestadora del servicio y creó un sistema de recolección de residuos de emergencia.
Desde el oficialismo aseguran que el texto enviado por el Ejecutivo será analizado y podrá sufrir modificaciones en el marco de la negociación con la oposición.
El “fantasma” de la Tamse. Oficialmente, todos los bloques opositores se mostraron cautelosos a la hora de adelantar posiciones respecto a la creación de la empresa municipal.
Hubo coincidencias a la hora de apuntar contra las gestiones de Luis Juez y Daniel Giacomino como las principales responsables de la situación actual del servicio. Otro punto de encuentro fueron las advertencias ante la posibilidad de “crear una nueva empresa deficitaria como la Tamse”.
Fuera de los grabadores, el justicialismo ya daba por sentado de que rechazará la iniciativa. En tanto, el bloque Eva Duarte –liderado por Olga Riutort– mantenía sus dudas, mientras que el radicalismo fue el que se mostró más permeable al proyecto.
Como reconocieron fuentes de la Viceintendencia, es la primera vez que un proyecto enviado por el Ejecutivo demanda tanta celeridad en su tratamiento. Con ese panorama, el oficialismo intentará aprobar hoy una preferencia en el tratamiento de una sesión, para que pueda ser aprobado en primera lectura el martes, y que la sanción definitiva sea en la segunda quincena de noviembre.
Para que eso pueda suceder, también es necesario el voto de los dos tercios de los ediles presentes en la sesión. Si el radicalismo acompaña la preferencia, habrá dado el primer guiño hacia el voto positivo para la creación de la empresa.

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La Mañana de Córdoba (29/10/2008)
Sesión especial en un Concejo expectante

El proyecto elaborado por el Ejecutivo municipal, y que contempla la creación de una Sociedad del Estado -Córdoba Recicla S.E. (CRESE)- para tomar a su cargo el tema de la recolección y enterramiento de residuos en la ciudad de Córdoba, ingresó ayer al Concejo Deliberante no antes de las 18. En ese momento, sin perder un minuto (el asunto es urgente), desde el oficialismo se pidió dar lugar a una sesión especial para hoy, que finalmente se realizará a las 16. Consultados ayer en los pasillos del Concejo, los distintos bloques de la oposición coincidieron en la “improlijidad” e “improvisación” de este emprendimiento que propone la creación una empresa del Estado para hacerse cargo de la basura de los cordobeses. Al margen de la crítica por la manera no muy decorosa en que este expediente del Ejecutivo llega al Concejo, la adhesión o no al emprendimiento oficial parece estar específicamente sujeta a los números que el municipio presente para desarrollar el total de la actividad que desea realizar. La pregunta que retóricamente se hacía ayer la mayoría de los concejales de la oposición era de dónde va a sacar fondos la Municipalidad cuando cerca del 80% de la recaudación lo absorben los sueldos de sus empleados. Además, los bloques opositores cuestionan la capacidad del municipio para ejercer óptimamente la práctica compleja de un servicio de importante envergadura, como lo es la recolección y enterramiento de los residuos, cuando actualmente se realizan esfuerzos increíbles desde la Municipalidad para poder bachear un calle y limpiar algunas plazas.
Por su parte, el oficialismo responde a las críticas aduciendo que, más allá de las circunstancias que han conducido a esta situación límite, que no sólo involucran a la actual gestión municipal sino a las anteriores, el Estado municipal debe dar una respuesta a los vecinos ante lo que sería una inminente salida de Cliba, por lo menos de un sector de la ciudad, y una licitación que se halla desierta. El rol del Estado ante esta crisis sanitaria -agregan desde el oficialismo- primero es actuar y solucionarle lo antes posible el problema al vecino, más allá de las causas que generaron la actual situación. También en las filas oficialistas se piensa con optimismo en la creación de Córdoba Recicla SE, ya que el municipio tal vez pueda gastar menos de lo que le paga a Cliba mensualmente y mejorar un servicio por demás deslucido desde hace tiempo. Al final, quizá por las solas razones que engloban la victimización e indignación de los vecinos, o por evitar llegar a un escenario con una Córdoba inundada de basura en horas nomás si esto no encauza un rumbo, o tal vez por el costo político de decir “no” en una coyuntura más que delicada, es que la oposición en el Concejo no obstaculizaría el pedido de tratamiento preferencial del expediente solicitado por el oficialismo, otorgando los votos necesarios para llegar a los dos tercios que exige la Carta Orgánica.

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No hubo acuerdo y sigue el paro de basureros

La falta de definiciones sobre el futuro del servicio de higiene urbana hizo fracasar la audiencia en la Secretaría de Trabajo de la Provincia. El Concejo Deliberante comienza a debatir el proyecto para la creación de la empresa estatal que se hará cargo del servicio.
Los recolectores de basura concretarán hoy su segundo día de paro, en el marco del conflicto suscitado a partir de la decisión de la empresa Cliba de no continuar prestando el servicio de higiene urbana en la ciudad.
La medida podría transformarse en un paro nacional, según lo anunció el dirigente del gremio de los camioneros, Pablo Moyano, quien llegó a Córdoba para respaldar a los empleados de Cliba que podrían ser despedidos.
El anuncio fue confirmado por Moyano tras participar de la audiencia que se llevó a cabo en la Secretaría de Trabajo de la Provincia a última hora de anoche, y en la que también participó el intendente Daniel Giacomino, autoridades municipales y representantes de los trabajadores. El gremio que nuclea a los trabajadores de Cliba, SURBAC, no llegó a un acuerdo y se dispuso un cuarto intermedio para hoy a las 13.
Previo al encuentro, el hijo del titular de la CGT, Hugo Moyano, se reunió con Giacomino para analizar la propuesta de crear una empresa municipal. Al término del encuentro dijo que “no hay nada que garantice” que los empleados pasarán a la nueva compañía estatal.
“Estamos igual que antes”, se quejó el gremialista. Además, remarcó que, de no firmarse un acta-acuerdo para preservar las fuentes de trabajo, se convocaría a una huelga a nivel nacional de los recolectores de residuos.
“Queremos que se garantice la continuidad laboral y se mantenga la antigüedad de los trabajadores si se pasa a una Sociedad del Estado”, dijo el sindicalista, a quien los trascendidos periodísticos vinculan con Covelia SA, la otra firma que competía junto con Cliba por el nuevo contrato, aunque sólo había presentado propuesta para la zona norte.
El fracaso de las negociaciones volverá a transformar la ciudad en un basurero, ya que el paro de los trabajadores de Cliba concreta hoy su segunda jornada.
Ayer, mientras el gremio, los empresarios y las autoridades municipales intentaban destrabar el conflicto, los recolectores de basura se manifestaban en la explanada del Palacio 6 de Julio y en la sede de la Secretaría de Trabajo de la Provincia donde temprano, por la mañana, se llevó a cabo la primera de las audiencias del día.
Anticipándose a los problemas que ocasionará la falta de recolección de residuos, ayer, el intendente Daniel Giacomino decretó la emergencia ambiental. A la vez, solicitó a la población que se abstenga de sacar las bolsas de residuos.

Negociación
El conflicto se desató el lunes cuando Cliba anticipó que no firmaría una nueva prórroga del contrato con la Municipalidad. Las razones expuestas por los empresarios apuntaban a la deuda que mantenía el municipio, estimada en 80 millones de pesos, lo cual fue confirmado por el secretario de Finanzas de la Municipalidad, Miguel Pozzolo (aunque sostuvo que la «deuda exigible» es de 24 millones de pesos), y también a la incapacidad de pago, ya que desde hace siete meses el municipio sólo abona una parte del canon (a la deuda acumulada por la actual gestión municipal asciende a 51 millones de pesos).
Frente a este panorama, las autoridades de Cliba anunciaron a sus empleados que comenzarían a enviar los telegramas de preaviso de despido, lo que originó la realización de una audiencia en la Secretaría de Trabajo de la Provincia, que se llevó a cabo el lunes por la tarde. Esa misma noche, el intendente Daniel Giacomino convocó en forma urgente a una reu-nión para analizar la situación con las autoridades de Cliba y representantes de los trabajadores. Ayer por la mañana se celebró la segunda audiencia de conciliación que pasó a un cuarto intermedio para las 21, donde finalmente se produjo un principio de acuerdo al conflicto.
La primera de las propuestas que el municipio le presentó a la empresa el lunes por la noche (la reunión se extendió hasta pasada la medianoche) contemplaba prorrogar el contrato a Cliba, pero limitar las prestaciones a la zona sur y centro, dejando la zona norte en manos del municipio, al igual que las tareas vinculadas al enterramiento sanitario de la basura en Potrero del Estado. La opción implicaba, además, un servicio más básico al que se brinda actualmente por un canon mensual de 8 millones de pesos.
La oferta fue rechazada por las autoridades de la empresa, quienes reclamaban que la propuesta incluyera además la garantía de que el municipio normalice el pago del canon mensual, puntualmente y en su totalidad (hace siete meses que el municipio sólo realiza pagos parciales y desde la empresa aseguran que apenas les alcanza para cubrir el pago de salarios de sus 1.046 trabajadores). Además, también solicitaron la renegociación de la deuda acumulada, cancelando al menos una parte de lo adeudado.
En la audiencia del martes por la mañana, en la que también participó el intendente Daniel Giacomino y el secretario de Ambiente, Fernando Cámara, uno de los puntos más discutidos fue la indemnización de los empleados de la concesionaria que serían despedidos. La empresa propuso abonar parte de las indemnizaciones a los empleados en cuotas, lo que fue rechazado por el gremio.
Cabe aclarar que el convenio que rige la actividad que desempeñan los trabajadores de Cliba afiliados a SURBAC garantiza la estabilidad laboral, ya que la empresa que finaliza el contrato está obligada a indemnizar a todos los trabajadores. A su vez, la o las empresas que se hacen cargo del servicio deben incorporar a la totalidad de trabajadores respetando las condiciones de trabajo y reconociéndoles la antigüedad.
«Posteriormente a la indemnización por parte de Cliba, la Municipalidad incorporaría a los empleados, eventualmente a través de una Sociedad de Estado”, señaló el secretario de Ambiente, Fernando Cámara.

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Advertencia de los legisladores PJ-Capital

Los legisladores justicialistas de la ciudad de Córdoba presentaron ayer un proyecto de declaración, que hoy podrían pedir que se trate sobre tablas en el recinto, para expresar su “más profunda preocupación por la situación ambiental, sanitaria y social generada por la falta de resolución del contrato de recolección de residuos domiciliarios”.
La iniciativa, impulsada por Marcelo Falo, manifiesta “la necesidad de preservar la fuente de trabajo de todos los trabajadores involucrados en dicho servicio”.
A su vez, exige “a la Municipalidad de Córdoba una pronta resolución que garantice en lo inmediato y en el largo plazo un servicio de recolección de residuos acorde en costo y en calidad a las necesidades de los vecinos”.
Los peronistas encuentran en el origen del problema a Luis Juez y su “inoperancia”. Hace muchos años, cuando venció el contrato original, debió haberse resuelto el servicio de recolección de residuos de una manera rápida, eficiente y sustentable, por las implicancias ambientales, sanitarias y sociales que dicho servicio tiene (pero) el ex intendente Juez, como uno de tantos desatinos cometidos durante su gestión, no sólo no resolvió debidamente dicho servicio esencial para la población, sino que dejó a la siguiente gestión municipal una millonaria deuda con la empresa”.
“La actual gestión del intendente Giacomino, no sólo no pudo resolver la herencia que recibió en esta delicada temática, sino que la agravó, aumentando la deuda, evidenciando notable incapacidad para llevar adelante un proceso licitatorio y generando un conflicto que mantiene en vilo a toda la población de la ciudad”, concluyó.

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