4 sept 2008
La basura se cae
1:18 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (04/09/2008)
La basura se cae
Una medida de fuerza de los empleados de la empresa recolectora de residuosen la ciudad de Córdoba pone al descubierto irregularidades existentes en el manejo de la basura.
El servicio de recolección domiciliaria de residuos en la ciudad de Córdoba ha recobrado la normalidad que se viera afectado en forma muy severa durante varios días por el trabajo a reglamento que dispuso el Sindicato Único de Recolectores de Basura de Córdoba (Surbac).
Puede decirse que la medida de fuerza que cumplieron los empleados de la empresa Cliba fue suave ya que, en la práctica, se reduce a no realizar horas extras.
Sin embargo, redundó en falta de cumplimiento de los recorridos habituales y en una acumulación de basura que perjudicó a muchos barrios y que también se hizo notoria en el centro de la ciudad y, sobre todo, en el río Suquía.
Otra consecuencia llamativa del conflicto fue el pago a la empresa de seis millones de pesos, concretado el lunes pasado por la Municipalidad –lo que determinó el cese de la medida de fuerza de sus empleados– y el reconocimiento por parte del municipio de una deuda de 75 millones de pesos con Cliba.
Todo esto ocurre en medio de una prolongada transición que aguarda el inminente llamado a licitación para adjudicar la recolección de residuos, mientras se suceden las extensiones de contrato, por prórrogas sucesivas, a la actual adjudicataria.
Mauricio Saillén, titular del Surbac, explicó que el trabajo a reglamento se inició porque el 30 de setiembre finalizará el actual contrato de Cliba con el municipio y los recolectores se encuentran temerosos por la posibilidad de perder la fuente laboral, pese a que en el pliego de la nueva licitación se garantiza que los 1.200 empleados serán absorbidos.
Urge, pues, ponerle punto final a la precariedad que parece reinar en el cumplimento de un servicio como el de la recolección de basura, tan esencial para la salud y la calidad de vida de los habitantes de cualquier gran urbe.
El espectáculo de la montaña de basura que tapó estos días la ciudad es de por sí lamentable: le quita atractivos, transmite una imagen de abandono y nos hace sentir sucios y dejados. Pero además, los plásticos y papeles rodando libremente por las calles contaminan la visión del ambiente, mientras la acumulación de residuos orgánicos puede llegar a producir efectos aún más graves.
Por otra parte, resulta denigrante para cualquier sociedad que no peque de un excesivo individualismo que algunos de sus miembros tengan que vivir revolviendo la basura. Lamentablemente, esa es la realidad que vemos todos los días, y frente a la cual se impone buscar mecanismos que contengan a los denominados “cartoneros” para que su búsqueda no termine en montañas de residuos arrojados en forma desaprensiva en el hoy escuálido curso de agua del río Suquía o en sus márgenes.
Por eso, más allá de la solución del conflicto, arrecian los reclamos vecinales por la falta de recolección de residuos desde distintos sectores de la ciudad, donde es habitual que montones de bolsas de basura se apilen y desparramen en las calles y veredas.
También es necesario un esfuerzo de la ciudadanía para modificar conductas, que tienda a reducir la producción de basura, sobre todo durante los fines de semana, a manejarla con prudencia y a no contribuir a la suciedad de la vía pública. Es muy común la imagen de personas que van tirando papeles e, incluso, cáscaras de frutas y otros desperdicios orgánicos mientras caminan por las calles; así como conductores que bajan los vidrios de sus vehículos para arrojar a la vía pública todo lo que les sobra dentro de su habitáculo, desde botellas de plástico hasta pañales descartables.
Pero sobre todo, se necesita transparencia para fortalecer el sistema de recolección de residuos que en estos días ha mostrado una enorme fragilidad, dejando la sensación de que cualquier percance, por mínimo que sea, pone en peligro su funcionamiento y eficacia.
Tal como está, la basura se cae. Y ello es inadmisible porque pone en riesgo la salud y la calidad de vida de la población.
Ver Noticia On Line
La basura se cae
Una medida de fuerza de los empleados de la empresa recolectora de residuosen la ciudad de Córdoba pone al descubierto irregularidades existentes en el manejo de la basura.
El servicio de recolección domiciliaria de residuos en la ciudad de Córdoba ha recobrado la normalidad que se viera afectado en forma muy severa durante varios días por el trabajo a reglamento que dispuso el Sindicato Único de Recolectores de Basura de Córdoba (Surbac).
Puede decirse que la medida de fuerza que cumplieron los empleados de la empresa Cliba fue suave ya que, en la práctica, se reduce a no realizar horas extras.
Sin embargo, redundó en falta de cumplimiento de los recorridos habituales y en una acumulación de basura que perjudicó a muchos barrios y que también se hizo notoria en el centro de la ciudad y, sobre todo, en el río Suquía.
Otra consecuencia llamativa del conflicto fue el pago a la empresa de seis millones de pesos, concretado el lunes pasado por la Municipalidad –lo que determinó el cese de la medida de fuerza de sus empleados– y el reconocimiento por parte del municipio de una deuda de 75 millones de pesos con Cliba.
Todo esto ocurre en medio de una prolongada transición que aguarda el inminente llamado a licitación para adjudicar la recolección de residuos, mientras se suceden las extensiones de contrato, por prórrogas sucesivas, a la actual adjudicataria.
Mauricio Saillén, titular del Surbac, explicó que el trabajo a reglamento se inició porque el 30 de setiembre finalizará el actual contrato de Cliba con el municipio y los recolectores se encuentran temerosos por la posibilidad de perder la fuente laboral, pese a que en el pliego de la nueva licitación se garantiza que los 1.200 empleados serán absorbidos.
Urge, pues, ponerle punto final a la precariedad que parece reinar en el cumplimento de un servicio como el de la recolección de basura, tan esencial para la salud y la calidad de vida de los habitantes de cualquier gran urbe.
El espectáculo de la montaña de basura que tapó estos días la ciudad es de por sí lamentable: le quita atractivos, transmite una imagen de abandono y nos hace sentir sucios y dejados. Pero además, los plásticos y papeles rodando libremente por las calles contaminan la visión del ambiente, mientras la acumulación de residuos orgánicos puede llegar a producir efectos aún más graves.
Por otra parte, resulta denigrante para cualquier sociedad que no peque de un excesivo individualismo que algunos de sus miembros tengan que vivir revolviendo la basura. Lamentablemente, esa es la realidad que vemos todos los días, y frente a la cual se impone buscar mecanismos que contengan a los denominados “cartoneros” para que su búsqueda no termine en montañas de residuos arrojados en forma desaprensiva en el hoy escuálido curso de agua del río Suquía o en sus márgenes.
Por eso, más allá de la solución del conflicto, arrecian los reclamos vecinales por la falta de recolección de residuos desde distintos sectores de la ciudad, donde es habitual que montones de bolsas de basura se apilen y desparramen en las calles y veredas.
También es necesario un esfuerzo de la ciudadanía para modificar conductas, que tienda a reducir la producción de basura, sobre todo durante los fines de semana, a manejarla con prudencia y a no contribuir a la suciedad de la vía pública. Es muy común la imagen de personas que van tirando papeles e, incluso, cáscaras de frutas y otros desperdicios orgánicos mientras caminan por las calles; así como conductores que bajan los vidrios de sus vehículos para arrojar a la vía pública todo lo que les sobra dentro de su habitáculo, desde botellas de plástico hasta pañales descartables.
Pero sobre todo, se necesita transparencia para fortalecer el sistema de recolección de residuos que en estos días ha mostrado una enorme fragilidad, dejando la sensación de que cualquier percance, por mínimo que sea, pone en peligro su funcionamiento y eficacia.
Tal como está, la basura se cae. Y ello es inadmisible porque pone en riesgo la salud y la calidad de vida de la población.
Ver Noticia On Line
Etiquetas:
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Suscribirse
Entradas
Comentarios
0 comentarios: