7 mar 2008

Quilino sin una gota de agua

La Voz del Interior (07/03/2008)
Quilino está a punto de quedarse sin una gota de agua

El incumplimiento de promesas oficiales, largos años de falta de sostén financiero por falta de pago del servicio y consiguiente falta de obras se unieron en Quilino: ayer colapsó la red de agua potable que administra la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos de esa localidad, ubicada a 160 kilómetros al noroeste de la ciudad de Córdoba.
Ayer debieron parar una de las dos bombas que extraen 200 mil litros por hora porque los caños troncales que transportan el líquido acumularon tantas roturas que el agua simplemente se perdía en el camino. Con eso, la red quedó prácticamente sin presión, informó Nicolás Lobos, gerente de la Cooperativa. Las pérdidas se concentran en un tramo de 1.300 metros de los escasos siete kilómetros que hay entre los pozos y la planta distribuidora. Los ductos son de fibrocemento y tienen unos 70 años.
El sistema abastece a 3.500 familias de Quilino, San José de las Salinas, Lucio V. Mansilla, El Tuscal y varios parajes. Como está funcionando una sola bomba, la Cooperativa pidió a los usuarios limitar el consumo.

Tan sólo palabras
Lobos se lamentó por lo que considera el incumplimiento de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas) y del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), oficinas de las cuales la Cooperativa esperaba 4,5 millones de pesos para reemplazar el caño troncal y reacondicionar la red.
“En noviembre el administrador del Enohsa Edgardo Bortolozzi le dijo al ministro de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, Hugo Testa, que habían decidido enviar los fondos”, aseguró Lobos.
También cuestionó al gobernador, Juan Schiaretti, quien –según indicó– comprometió su ayuda durante la última Fiesta Provincial del Cabrito, en febrero. “Todavía la Provincia no envió ni un centavo”, dijo.
Claro que no todo es responsabilidad de la Provincia o de la Nación.

Tarifas planchadas
Desde que la la Cooperativa de Quilino se hizo cargo de la concesión, en 1997, la tarifa domiciliaria se mantiene en cinco pesos más IVA por mes. Los grandes consumidores apenas pagan 28 centavos por cada mil litros de agua.

Pocos pagan
Pero pese a que el servicio es muy barato en comparación con muchas otras ciudades, en Quilino muy pocos pagan. Según la cooperativa, entre 30 y 40 por ciento de los clientes son morosos. Así, no sólo tienen que pedir siempre plata para invertir: ni siquiera se puede hacer un buen mantenimiento.

Despilfarro
Si bien los vecinos de las poblaciones afectadas son conscientes del problema del agua potable en la región, el consumo diario es de 580 litros por habitante –según los registros de la Cooperativa–, 43 por ciento más que el promedio en la ciudad de Córdoba.
Lobos comentó que el Concejo Deliberante se comprometió a corregir a aumentar la tarifa, pero que los ediles y el intendente “coinciden en que una condición es que primero se hagan las obras imprescindibles”. Los concejales comenzaron anteayer el período ordinario de sesiones.

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Todos piden, nadie pone

Lo que sucede con el agua potable en Quilino y otras poblaciones del noroeste se parece mucho a la perinola, sólo que en este caso las dos consignas que siempre salen son “todos piden” y “nadie pone”:
En octubre, este diario constató que en el tramo más afectado de las cañerías había tres filtraciones de agua cada 100 metros y que la Cooperativa fajaba los caños con goma y alambres para tapar las roturas y evitar el derroche de un recurso muy escaso en la zona. Entonces, Nicolás Lobos afirmó que la cooperativa de la que es gerente no estaba en condiciones de hacer las inversiones necesarias para reemplazar esa cañería.
Sin embargo, muchos usuarios aseguran que en Quilino se da la paradoja de una cooperativa rica en un pueblo pobre y que la entidad invierte en obras que ellos consideran innecesarias.
Los intendentes de Quilino, Lucio V. Mansilla y San José de las Salinas amenazaron en octubre con quitarle la concesión a la cooperativa y devolverle la titularidad del servicio a Dipas para que ésta lo preste en forma directa. Ellos también buscaron sacarse de encima un problema, mientras que la mayor parte de los municipios de la provincia se hacen cargo de esa responsabilidad.
Ante este riesgo, el ministro de Obras Públicas, Hugo Testa, logró la promesa del Enohsa de aportar 4,5 millones de pesos. Hasta ahora no llegó ni un centavo de esa ayuda, según Lobos.
Tampoco colaboran en nada los grandes consumidores de agua. Hay por lo menos 10 establecimientos agropecuarios que utilizan por mes, cada uno, más agua que las 450 familias de Lucio V. Mansilla juntas. Les resulta mucho más barato pagar la tarifa (28 centavos cada mil litros) que hacer y mantener perforaciones propias.
Los usuarios residenciales no les van en zaga. El 40 por ciento no abona los cinco pesos que cuesta el servicio por mes. Y cada habitante consume 250 litros diarios más que un cordobés de la Capital, donde la tarifa promedio es de 21 pesos.
Por último, en 10 años de la concesión, la tarifa nunca se actualizó porque el Concejo Deliberante estuvo dominado todo ese tiempo por ediles que respondían al ex intendente Víctor Maggi, enfrentado políticamente a Lobo.
Así las cosas, en esta modalidad perversa de la perinola, todos piden, nadie pone. Y todos pierden.

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