4 jun 2023

En agosto comenzará a operar el nuevo enterramiento

 


La Voz del Interior (04/06/2023)
Así es el nuevo predio que recibirá la basura de Córdoba por los próximos 10 años

En agosto comenzará a operar la primera de las seis celdas donde se dispondrán los residuos que se generan en la Capital y en otras 20 localidades. Se extraerá el gas metano para generar energía.
Al sur de la ciudad de Córdoba, justo al lado del peaje de la autovía de la ruta nacional 36, está el predio donde a diario se entierran cerca de dos mil toneladas diarias de residuos sólidos urbanos. Está activo desde el 1° de abril de 2010, y seguirá siendo el destino final de la basura capitalina y de otras 20 localidades al menos por los próximos 10 años.
Es que en agosto comenzará a operar la primera mitad de la primera de las seis celdas de la ampliación del relleno. Están ubicadas en las más de 40 hectáreas que se adquirieron en 2020, y que están ubicadas al sur del predio original.
Allí ya hay una excavación que, cuando se complete, será más grande que el estadio Mario Alberto Kempes. Los trabajadores del ente Córdoba Obras y Servicios (Coys), bajo las órdenes de la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos del Área Metropolitana Córdoba (Cormecor) están terminando los trabajos de la primera media fosa que desde agosto comenzará a recibir basura.
“Se decidió hacer una media celda por una cuestión de tiempo, porque los plazos del actual enterramiento no nos daba el plazo para excavarla completa”, explica Julio Bañuelos, presidente de Cormecor.
Esa media celda tiene 180 metros de largo por 180 metros de ancho, y 17 metros de profundidad. Para construirla se tuvieron que remover 500 mil metros cúbicos de tierra. En el fondo, la maquinaria pesada está compactando el suelo: son 60 centímetros de tierra mezclada con bentonita, un material arcilloso.
Luego, se coloca la geomembrana. Se trata de una especie de goma impermeable gruesa, que no permite que los líquidos lixiviados que se producen por la descomposición de la basura bajen a las napas.
Por encima, se coloca otra capa denominada “geotextil”, que es una especie de alfombra que tiene una función mecánica, ya que protege a la capa inferior de la tracción que ejercerán las ruedas de los camiones y las orugas de las máquinas que trabajarán en la fosa descargando y compactando la basura.
Los taludes –las paredes laterales de la fosa– en lugar de bentonita tienen una capa extra de geotextil impregnado con ese material, ya que por la inclinación es imposible que una máquina pueda compactar ese suelo.
Como se dijo antes, se trata de una “media celda”: ya se está preparando su completamiento, por lo que terminará midiendo 360 metros de largo por 180 metros de ancho. Y en todo el predio habrá seis fosas similares. Que además de los 17 metros de profundidad, se elevarán unos 25 metros desde el nivel del suelo.
Según Bañuelos, con el tipo de operación actual, el predio tiene un horizonte operativo de 10 años. Para esa perspectiva, se calcula con la actual gestión de residuos que logró disminuir en un 20 por ciento lo que se dispone en las fosas.
Eso se logra gracias al procesamiento diferenciado de los restos de poda y de escombros con hormigón, además de las líneas de separación automática que la empresa Geocycle opera en el predio y que tiene previsto para este año el procesamiento de 100 mil toneladas de residuos.
Pero el plazo operativo podría ser mayor. Es que Geocycle tiene previsto que la separación automática siga creciendo en el mediano plazo, ya que de allí obtiene material que se convierte en CDR (combustible derivado de residuos) que reemplaza el gas natural de los hornos cementeros que Holcim opera en Yocsina.
Con la línea recientemente incorporada, los hornos utilizarán un 30 por ciento de ese combustible. Pero desde el Grupo Holcim (al que pertenece Geocycle) cuentan que hay instalaciones similares en Europa que ya operan al 80 por ciento.

Luz de la basura
“Es una obra de ingeniería como hacía muchísimo tiempo que no había en Córdoba. Cada celda está preparada para la captura de gas metano, que luego se utilizará en la generación de energía”, adelanta Bañuelos.
Cormecor y Epec se presentaron a fines de abril en la licitación para la generación de energía renovable “RenMDI” realizada por la Secretaría de Energía de la Nación, para la instalación de una planta de 3,2 megavatios en la ampliación de Piedra Blanca.
“Fue un trabajo excelente que llevamos en conjunto con el ministro de Servicios Públicos de la Provincia de Córdoba, Fabián López, y el presidente de Epec, Luis Gióvine”, agregó Bañuelos.
Los resultados de la licitación se conocerán este mes. De concretarse la obra, el gas metano que se produce por la descomposición de la basura será captado y se utilizará para la generación de energía eléctrica. La planta planificada por Epec y Cormecor podría proveer a una población como la que vive en Alta Gracia, Anisacate y La Bolsa.
Bañuelos explicó que no está prevista la captura del gas de las fosas viejas de Piedra Blanca. Sucede que no se planificaron para esa función, así que la extracción del metano sería muy costosa.

Cierre, clausura y posclausura
La entrada en funcionamiento de las nuevas fosas de Piedras Blancas permitirán el cierre, clausura y posclausura del actual predio de enterramiento. “En realidad, esa tarea ya comenzó”, aclararon desde Cormecor.
Piedra Blanca fue habilitado en 2010 luego de la clausura del enterramiento sanitario de Potrero del Estado. Ese complejo aún podía seguir operando por varios años más, pero el entonces intendente Daniel Giacomino decidió el cierre por la resistencia de un grupo de vecinos de Bouwer.
Los efectos fueron nefastos. Se terminó de golpe con la previsibilidad en el destino de los residuos, se dejó por años una fosa sin cerrar en Potrero del Estado que requirió de miles de camionadas de tierra –con sus consecuencias ambientales– y se abrió la puerta a un enorme problema para radicar un nuevo relleno.
Piedra Blanca, que iba a durar un año porque una empresa llamada Innviron iba a “gasificar la basura” –y que al final no tenía antecedentes válidos–, sigue recibiendo desechos hasta hoy. Las fosas crecieron a lo alto, y en el paisaje se generó una enorme montaña que en su interior tiene millones de toneladas de residuos.


La crisis, una involuntaria aliada ambiental

Se vienen haciendo progresos en dejar de enterrar y, también, en separar materiales para su potencial reciclado, pero la caída del consumo en unidades es uno de los factores menos simpáticos que hacen su contribución para tener menos embalajes y productos viejos para desechar.
Una de las fórmulas más conocidas para avanzar en políticas ambientales vinculadas a la gestión de los residuos de un núcleo urbano es seguir la regla de “las 5R”. Son las iniciales de cinco acciones clave para enfrentar el problema:
- Reciclar
- Reducir
- Reutilizar
- Recuperar
- Reparar
Pero en Córdoba, lo que en volumen tiene mayor impacto empieza con otra letra: la B, de biomasa. Aunque todavía la Capital y 18 municipios de su área metropolitana llevan al enterramiento sanitario de Piedra Blanca un promedio de 64 mil toneladas de residuos por mes, se logró en la misma puerta del complejo aprovechar para otros usos unas 11.482 toneladas mensuales, la mayoría recuperados por Geocycle, la empresa del grupo Holcim que en forma central utiliza estos desechos como combustible alternativo para los hornos cementeros. El promedio de desvío fue del 18 por ciento en los últimos meses, pero en marzo llegó al 20% y Geocycle anunció una inversión que aspira a recuperar 100 mil toneladas anuales.
Hay progresos en separar en origen y recuperar materiales potencialmente reciclables. Una parte importante responde a la presión que está haciendo el Instituto de Protección Ambiental (IPA) de la Municipalidad de Córdoba para que se incriban los grandes generadores de residuos, que, salvo muy contadas excepciones, son todos los comercios y las industrias radicados en Capital.
El IPA ya registró a 1.148 grandes generadores que son responsables de 82 mil toneladas anuales de residuos sólidos urbanos, de las cuales 34 mil son residuos húmedos y 48 mil secos, que tienen ahora una ruta de reciclaje.
Hay otros 390 grandes generadores que están en proceso de registro y 2.829 relevados e intimados. Si las proporciones se sostienen, cuando estén adentro del sistema estos 3.219 productores de grandes volúmenes de desechos, las toneladas con potencial de reciclaje podrían ser cerca de 200 mil, un número que ya le pone escala a cualquier emprendimiento que quiera abastecerse de estos materiales de segundo uso como materia prima.
Con números más chicos, pero un impacto cualitativo de relevancia porque involucra el compromiso de los vecinos con la recolección domiciliaria y a las cooperativas de recuperadores urbanos, también viene en crecimiento la cantidad de residuos secos que llegan a los centros verdes:
- 707 toneladas en 2019
- 873 en 2020
- 1.351 en 2021
- 1.857 en 2022
- y 796 en los primeros cuatro meses de 2023, con el agregado de 1.404 toneladas aportadas por el sistema diferencial, concentrado en papeles y cartones en el microcentro capitalino
Se está a punto de llegar a un hito: un millón de pilas y baterías recuperadas, que no llegaron al enterramiento y que Solar, un emprendimiento con espíritu circular, utiliza para hacer “minería urbana” y recuperar materiales valiosos, entre ellos el codiciado litio.
La recolección de aceite usado es más nueva, pero también crece. Y aunque se hicieron ya varias experiencias de encuentros de reparadores, el aporte de los arreglos para extender la vida útil de los objetos para evitar que vayan al descarte es marginal.
La reutilización no tiene un indicador que permita saber cuánto más se usan los objetos antes de ser desechados, aunque hay un dato que permite inferir que, en forma obligada, esta R viene en crecimiento, “gracias a la crisis”.
En efecto, uno de los principales aportes en contra del consumismo y su tendencia a comprar cada vez más, usar cada vez menos y tirar en cantidad es la fuerte pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de la población.
El último relevamiento de la Cámara de Comercio de Córdoba, correspondiente a mayo, marca una disminución del 18% de las ventas en unidades en relación con el mismo mes del año anterior. Los comerciantes de barrio Yofre y del área central de Córdoba, incluso, tuvieron caídas mayores en cantidad de unidades. El promedio de la caída se da en artículos de indumentaria, pero en accesorios de moda este descenso llega a un 22% interanual, y en decoración y hogar, a un 28%.
Impopular opinión: no se trata de “romantizar la pobreza” ni de tratar de ver algo bueno en este desastre económico, pero desde una perspectiva ambiental estricta, que se reduzca el consumo en unidades -que además de mayor cantidad de productos, genera volúmenes importantes de packaging y en el reemplazo se tira y se producen más desechos- puede ser vista como una oportunidad para cambiar hábitos: no todo lo que hoy dejamos de comprar necesitamos volver a consumirlo cuando mejore la economía, si eso alguna vez sucede.
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