7 abr 2020

San Francisco y el arbolado urbano



La Voz de San Justo (07/04/2020)
Verde en las calles: origen del arbolado urbano en la ciudad

La historia del comienzo del desarrollo de una de las "maravillas" de San Francisco: nuestro arbolado urbano.
Pese a que todavía muchos sanfrancisqueños reniegan de la calidad que los árboles brindan al ambiente y los quitan del frente de sus viviendas o comercios, San Francisco es una ciudad que se destaca por el arbolado en la mayoría de las veredas de la ciudad.
Es un detalle que muchos visitantes de la ciudad comentan, al recorrer nuestras calles. ¿Cuándo comenzó el afán por el arbolado urbano?
Ya el primer intendente de San Francisco, Benjamín Dávila, en 1895 se ocupó de comprar plantas en Jesús María para las calles y ornamentar la Plaza Sur (General Paz). Luego las preocupaciones de otros intendentes, todos de cortos mandatos, se inclinaron por los necesarios desagües de las calles y la iluminación experimentando con faroles de kerosene.
El intendente Augusto Boero, en 1897, hizo plantar ejemplares de paraísos en torno a la estación del Ferrocarril Central Córdoba, los que fueron retirados en 1934 por el intendente Serafín Trigueros de Godoy que los reemplazó por casuarinas, en especial en la vereda Sur del Bv. 25 de Mayo desde Bv. Juan B. Justo hasta Bv. Yrigoyen. Estos árboles en pocos años alcanzaron un desarrollo notable, pero la caída de sus hojas muy particulares y las semillas, daban un aspecto oscuro a todo el sector, lo que determinó que en 1957, durante la gestión del comisionado Alfredo Ricottini, que atendió un pedido de los comerciantes de ese sector, se las extrajo en contados días.
Esto motivó protestas sin efecto alguno, de personas que calificaron al acto como "arboricidio". De inmediato, se plantaron ejemplares de fresnos americanos, como los que ya estaban en el resto de la ciudad.
Desde la década de los ´60, lapachos y tipas también se ven en la zona céntrica, en especial en torno al Centro Cívico y las playas de estacionamiento.
A la intendencia de Raúl Villafañe, alrededor de 1938, se deben las palmeras que se ven en la plaza Vélez Sarsfield, y los bulevares Roca y Sáenz Peña, que tanto llaman la atención a quienes llegan a San Francisco y se impresionan por su altura y figura esbelta.
En distintas calles hubo diversidad de especies a lo largo del tiempo: eucaliptos en la Plaza Vélez Sarsfield en calle Paso, que se retiraron en 1968 por orden del comisionado Antonio Lamberghini, que hizo rematar los troncos que fueron adquiridos por corralones de maderas; así como ejemplares de olmos en el Bv. Juan B. Justo.
Sintetizando mucho este tema, tuvimos tiempos en que los árboles se blanqueban en épocas de epidemias y, durante el gobierno militar 1976/83, se lo hizo en especial en las plazas; durante la gestión de Juan Ricardo Cornaglia en 1985, se plantaron las tipas que dan muy buena sombra en los canteros de Bv. 9 de Julio y se conservan en su mayoría y, en la administración de Jorge Luis Bucco, (1987-1999), se delineó el
"Plan Verde", para definir qué arbolado se debía usar en los distintos sectores de la ciudad, pero no prosperó. Una mezcla de variedades nos da hoy un panorama para nada uniforme.
En homenaje a los árboles hay barrios cuyas calles se denominan con nombres de plantas y árboles, mientras, por otro lado, centenares de cazuelas en la ciudad, no tienen árboles que las ocupen.
Además, desde 1987, cuando se produjo el tornado más recordado de la San Francisco contemporánea, se habla de una cortina forestal que daría protección a sectores de la ciudad, sin que hasta hoy, 33 años después, se haya puesto nunca en práctica.

Los nativos
Pese a las buenas cualidades de los árboles nativos, todavía hay resistencia a plantarlos en plazas y espacios públicos, insistiendo con especiales de raíces poco profundas que, ante los fuertes vientos de algunos temporales, sucumben malogrando los esfuerzos por forestar, una y otra vez, en calles y plazas. Un árbol caído es una pérdida de entre 5 y 15 años de expectativas destruidas en un instante.

Plan Verde
El Plan Verde proponía además, que, por cada niño que naciera en San Francisco, allá por los ´90, la Municipalidad iba a plantar un ejemplar de árbol en una plaza y espacios públicos. Eso se comenzó a realizar en una plazoleta en Los Piamonteses y Santa Fe, donde quedan algunas chapas con nombres de niños nacidos en ese tiempo, pero el programa no se continuó y la idea fue tomada en algunos pueblos de la zona.

Otro proyecto de los 90
Durante la gestión del intendente Jorge Bucco y cuando era secretario de Obras Públicas, el ingeniero Rodolfo Brizio, LA VOZ DE SAN JUSTO, insistió en varios artículos sobre la necesidad de proveer de árboles, ambas veredas de la calle Libertad, entre Bv. Juan B. Justo y Avenida Caseros.
En razón de que debajo de esas veredas se hallan canales de desagües que toman el agua de ese lugar bajo en jornadas de lluvia, hubo que retirar todos los árboles y no quedaba posibilidad de reponerlos. Desde el diario se dio la idea de poner en práctica allí y en la misma calle, desde 1ro. de Mayo al Este, la realización de algunos maceteros de regular tamaño, para que la Municipalidad o los vecinos pudiesen plantar algunos ejemplares pequeños pero que den verde y sombre al sector en el verano.
Brizio, aceptó la idea e hizo construir varios que se pueden apreciar todavía con desigual utilización. Algunos vecinos los aprovecharon y plantaron allí ejemplares con especies de flores, otros con árboles de poca talla y tienen, en los meses más calurosos una pequeña sombra, pero otros decididamente los abandonaron. No estará mal que la Municipal retome la iniciativa y utilice esos maceteros despojados de plantas, poniendo algunos ejemplares o construyendo donde falta, maceteros nuevos del mismo estilo.

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