14 abr 2020

La cuarentena complica a recuperadores en San Fco

La Voz de San Justo  - Edición Electrónica (14/04/2020)
La cuarentena deja sin sustento a la familia de los cartoneros

Sin poder salir a la calle ni vender lo que juntan, perdieron su principal fuente de ingreso. Eva Ferreira, de la Cooperativa La Virgencita, sufre el momento y cuenta que unos 50 hogares se ven afectados por la situación.
La cuarentena decretada por el Gobierno Nacional parece estar dando sus frutos al evitar un crecimiento exponencial de la curva de contagio de coronavirus en el país. Por otro lado, la economía sufre las consecuencias de un parate sin precedentes que afecta sobre todo a quienes deben pelearla día a día para llevar un plato de comida a sus hogares.
Es el caso de los cartoneros, quienes dependen de la recaudación diaria para sostener a sus familias y que con esta disposición ven jaqueada su principal fuente de ingresos.
No hace mucho tiempo que los cartoneros lograron a través de la Cooperativa La Virgencita y con el apoyo de Cáritas dar un paso muy importante al vender por primera vez unos 25.000 kilos a un operador sin intermediarios.
Fue un logro que requirió de mucho esfuerzo y sacrificio. Esta organización hizo que hacerle frente a la crisis económica fuera posible. Pero la cuarentena que les impide salir a la calle a juntar el cartón y que tampoco permite que puedan vender lo ya juntado pegó fuerte en el orgullo que habían sabido cultivar.
Eva Ferreira, una de las precursoras de la cooperativa y que de hecho vive en un espacio que le facilitó Cáritas, contó que están viviendo un momento muy delicado. "Ya no se puede juntar el cartón, no se puede trabajar haciendo el fardo y hay días que me vienen a golpear la puerta para ver si tengo algo. A mí me dejan un bolsón y yo reparto: un arroz a uno, una polenta a otro... y así. Pero es muy doloroso lo que estamos viviendo. Hay gente que la está pasando muy mal porque ellos dependen del cartón, viven del día a día", expresó.
En el mismo edificio donde funciona la recicladora y donde reside Eva -en barrio Parque-, hay un merendero que no puede abrir sus puertas. "Vienen los chicos a preguntarme y les digo que todavía no se puede abrir... a veces me dan ganas de hacer pan casero para poder darles algo", agregó.
Contó también que "muchos compañeros todavía tienen un poco de cartón guardado en sus casas, pero acá en Cáritas nos dijeron que no podemos abrir así que no podemos comprárselos. Yo quisiera que aunque sea podamos hacer eso para darles una mano".
La actividad que llevan adelante Eva y alrededor de unas 50 personas en toda la ciudad y Frontera no está entre las exceptuadas en la cuarentena. "Deberían permitirnos poder trabajar porque es el único ingreso de mucha gente, por más que algunos tengan la Tarjeta Alimentaria, eso no alcanza. Nosotros tomaríamos todas las medidas de prevención, usaríamos barbijo, guantes. Cuando vinieran a vender el cartón les enseñaríamos a entrar de a uno, a respetar la distancia. Ojalá pronto podamos volver a trabajar porque es tristísimo lo que está ocurriendo".

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