19 abr 2012

Reserva San Martín: un patrimonio en peligro

La Voz del Interior (19/04/2012)
Un patrimonio en peligro

Por Miembros de la red ciudadana Nuestra Córdoba

La reserva natural urbana General San Martín no es un parque más. Asociada a las barrancas del río Suquía, y sólo a 15 minutos hacia el noroeste desde el centro de la ciudad de Córdoba, mantiene dentro de sus límites una importante diversidad de flora y fauna nativas en muy buen estado.
Nace en 1979 con la ordenanza 6.933 como Parque General Don José de San Martín, con el fin de “conservar los recursos naturales propios de Córdoba”. En 2009 es designada como reserva natural urbana y declarada Patrimonio Ambiental de la ciudad.
Ocupa una superficie de 114 hectáreas y cuenta con dos sectores diferenciados: uno parquizado de uso intensivo ubicado junto al cauce del río, que alberga actividades recreativas, y un segundo sector donde se localiza un área de conservación con especies de la región del Espinal y del Bosque Serrano.
Es el último relicto de bosque nativo que existe dentro de la trama urbana de Córdoba, y es su presencia la que hace a este espacio particularmente valioso, tanto desde un punto de vista ambiental, educativo y recreativo, como también de investigación.
La reserva es un oasis de tranquilidad y este es uno de los secretos de su frágil funcionamiento como ecosistema en equilibrio. Quince cuadras al norte, cruzando el Suquía, se encuentra la Recta Martinoli, con problemas de saturación en el tránsito vehicular.
Hacia el sur y al oeste, nuevas urbanizaciones se extienden y se densifican rápidamente. La fuerte demanda de tierras en esta área se debe en parte a que la reserva asegura al sector la presencia de espacios verdes de calidad ambiental, teniendo en cuenta que Córdoba cuenta con una superficie de espacio verde por habitante inferior a los estándares aceptados.
Por su situación estratégica y su condición de espacio público no construido, la reserva se ve continuamente amenazada por los intereses de distintos actores.
Cada tanto, algún funcionario municipal o empresario inmobiliario ve en el bosque y su pastizal nativos –de alto valor ecológico– un espacio útil para resolver los problemas de falta de planificación en las vías de comunicación, en contra de la voluntad de los vecinos.
El supuesto beneficio que pretenden otorgarles a los barrios del noroeste es una gran falacia: el valor de las tierras y la calidad de vida del sector dependen justamente de la intangibilidad de la reserva.
La falta de idoneidad pone en riesgo el patrimonio de todos los cordobeses, ya que el área de influencia de la reserva, por sus características, excede a la misma ciudad.
La actual gestión municipal ha autorizado la apertura de un camino que pasa por sobre más de 200 árboles nativos añosos, afectando las escorrentías naturales y alterando el núcleo de mayor biodiversidad.
Esto se haría a pesar de estar prohibido por la misma ordenanza de creación de la reserva y de que existe un camino alternativo factible que bordeando el canal Maestro Sur pasa por una calle pública –hoy cerrada con un portón privado–, permitiendo la salida a la avenida Cárcano sin atravesar el espacio protegido.
En intervenciones que afectan el patrimonio público, sería importante que el municipio fuese transparente sobre las decisiones y las alternativas posibles, no sólo para que la sociedad esté al tanto, sino para que decida sobre su calidad de vida.
En la red ciudadana Nuestra Córdoba consideramos que la reserva San Martín es patrimonio de todos y una oportunidad única para conocer y disfrutar los ambientes naturales que precedieron a la ciudad. Por su función social y natural, debe ser cuidada y conservada por la ciudadanía y los funcionarios.

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