11 oct 2011

Relleno de Río IV: Habla la familia Calvo

El Puntal de Río Cuarto (11/10/2011)
Habla la familia Calvo: “Usurparon nuestro campo, no queremos más el enterramiento”

Marita, esposa de Carlos Roberto Calvo, y su hija María José relataron que se sintieron maltratadas y humilladas por el gobierno de Cantero, que les inició una demanda por las 80 hectáreas en las que iba a construirse una planta cloacal. Ahora que se definió el juicio, pretenden una rápida solución
Marita Knispel no puede contener las lágrimas cuando rememora cada capítulo, cada sufrimiento que les deparó a ella y a su familia el largo juicio que vienen manteniendo con el Municipio por las 80 hectáreas en las que iba a construirse una nueva planta cloacal y que terminaron albergando el enterramiento donde va a parar la basura de toda la ciudad.
“Nos vapulearon. Nos humillaron (Alberto) Cantero, (Hugo) Abrahan y la señora (Cristina) Bologna. Nos trataron como a ignorantes. No hay derecho”, dijo María Teresa, la mujer de Roberto Carlos Calvo.
En su casa de la calle Alvear, Marita, como todos la conocen, recibe a este diario acompañada de sus hijas. Dice que no quiere que la ciudadanía de Río Cuarto padezca por la inoperancia de la gestión de Cantero sino que lo justo sería que ellos paguen con sus patrimonios personales.
Los Calvo acaban de ganarle a la Municipalidad definitivamente el litigio que comenzó en 2002, después de que se cayera el acuerdo al que habían llegado con el gobierno de Cantero para venderle al Estado 100 hectáreas de terreno camino a La Gilda. Todo parecía marchar sin inconvenientes: en 2001, el Municipio compró y escrituró 20 de las 100 hectáreas. El resto, 80 hectáreas, formaban parte de un campo mayor y debían iniciarse los trámites de mensura y subdivisión. El Estado pagó 70 mil dólares como entrega por el segundo lote y quedaron 266 mil dólares más para cancelar en agosto de 2002. Después de tres cartas documento por retrasos en el pago, el entonces fiscal municipal Hugo Abrahan apareció con cheques que, según la familia Calvo, después se descubrió que no tenían fondos.
El pago fue rechazado porque mantenía la paridad del peso uno a uno con el dólar a pesar de que la convertibilidad se había caído a principios de 2002. El Municipio le inició un juicio a Calvo para que cumpliera con el contrato y ahora el Tribunal Superior acaba de determinar que el Estado tendrá que devolverle a la familia las 80 hectáreas en las mismas condiciones en que las entregó. Pero, en medio del litigio judicial, surgió una complicación más: en 2002, cuando se inició el enterramiento sanitario en ese sector, la gestión de Cantero no comenzó a depositar la basura en las 20 hectáreas que sí le había podido comprar a Calvo sino en las 80 que estaban en discusión. Hoy, por lo tanto, el Estado está enterrando sus residuos urbanos en un campo que no le pertenece.
“Están usurpando. Para colmo, pusieron el vertedero no en su campo sino en el medio del predio, para arruinarnos todo. Cuando se iniciaron las negociaciones, nunca nos dijeron que ahí iban a enterrar la basura. Nos mostraron una maqueta en la que había una planta de tratamiento y unos piletones. Nos dijeron que iban a regarnos 500 hectáreas gratis y nos dieron unas palmaditas en la espalda. Resulta que después nos enteramos por los medios que iban a empezar a enterrar la basura. Pedimos que nos recibieran, estuvimos horas esperando y jamás logramos una respuesta”, manifestó Marita.
Su hija, María José, indicó que saben que es imposible que el Estado retire los 250 mil camiones de basura que depositó en su campo. Pero que pretenden que se llegue a una solución y que dejen de llevar los residuos de toda la región a su campo. “Sabemos que la Municipalidad tiene que enterrar la basura en algún lado y nosotros no queremos generar un problema. Pero a nosotros nos arruinaron el campo. Ha sido un maltrato permanente. Y dentro de 5 o 10 años no queremos tener el problema de seguir con la basura. No nos interesa que nos expropien ni nada. Queremos que cierren eso de una vez y que no tiren más residuos, aunque sabemos que lo que ya tiraron no lo van a sacar”, dijo María José.
Continuó relatando que nunca fueron recibidos con una respuesta de parte de las autoridades: “Con Cantero ni siquiera se podía hablar. Ahora lo vemos criticando lo de Cotreco y nadie le pregunta por todo lo que hizo él con Gamsur y con el enterramiento. El Toño Rins recibió a mi papá y le dijo que sólo lo podía invitar con un mate cocido porque la Municipalidad estaba re pobre. A partir de ahí, imaginate qué solución se podía esperar. El único que fue distinto es el Turco (el intendente Juan Jure), que por lo menos se acercó hasta el campo y escuchó a mi papá. Pero nosotros queremos una solución”.
En los últimos días, cuando se conoció el fallo del Tribunal Superior, el Municipio barajó la posibilidad de canjearle a Calvo las 20 hectáreas estatales por las que se han venido usando para el enterramiento. “Pero ellos no tienen escritura ni nada sobre lo que usaron. Además, esas 16 hectáras forman parte de un campo más grande, de 276 hectáreas. Nosotros no queremos seguir con el mismo problema de la basura”, dijo María José.
Ella y su madre, Marita, sostienen que la familia siempre colaboró con el Estado, que ya el abuelo de Calvo donó tierras para lo que es la actual planta de tratamiento de efluentes cloacales. “Nosotros siempre quisimos colaborar. No teníamos problemas en que la ciudad pudiera construir la nueva planta en nuestro campo. Pero el engaño y el maltrato, no”, dijo Marita.

“Teníamos todo embargado”
Marita Calvo reveló un hecho que hasta ahora era desconocido en el litigio que su familia mantuvo con la Municipalidad.
“Le embargaron todos los bienes a mi marido. Abrahan nos quiso chicanear. Pidió más tiempo para pagar. En todo ese tiempo lo que hizo fue embargarnos todos los bienes para que mi marido no pudiera hacer cambio de titularidad y no pudiera vender. Todo eso trajo aparejado enormes problemas”, indicó Marita.

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