1 oct 2011

Demandará a Gamsur por la contaminación

El Puntal de Río Cuarto (01/10/2011)
Un hombre demandará al Municipio por la contaminación de Gamsur

Es Pedro Querol, quien vivó durante 10 años frente a la vieja sede de calle Leyes Obreras. Su hijo sufre una enfermedad autoinmune,y asegura que empeoró por estar expuesto a los residuos patógenos
Pedro Querol es un hombre desesperado. Gaspar, su hijo de 18 años, padece una compleja enfermedad autoinmune, con una expectativa de vida de apenas cinco años, y todo su cuadro se agravó a raíz de quedar expuesto a los residuos patógenos de la ex sede de Gamsur.
Durante diez años, su familia vivió justo frente al viejo galpón de la empresa, en la calle Leyes Obreras, donde a diario se soltaban a la vía pública vapores contaminados con bacterias y metales pesados. Por eso, Querol sostiene que su hijo empezó a sufrir ataques cada vez más frecuentes e intensos, al punto de quedar al borde de la muerte.
Ahora, junto a su abogado, el hombre prepara una demanda judicial contra el Municipio. Es por los daños a la salud de su familia, expuesta a la contaminación generada por Gamsur, cuando vivían en Leyes Obreras 359. Busca una reparación económica para poder tratar a su hijo. A la par de esto, quiere que los responsables paguen.
Desde enero, la familia recibe -no sin dificultades para cobrarlo-, una ayuda del Municipio por 3.000 pesos para afrontar los elevados gastos en la salud de Gaspar.
Pero como la vieja sede de Gamsur quedó en desuso por la mudanza de la empresa, meses atrás, tienen miedo de quedarse sin nada justo cuando tienen más dificultades económicas.

Nube tóxica
Pedro Querol relata que, a diario, durante diez años, su familia estuvo expuesta a los residuos patógenos. En este sentido, detalló que los 70 camiones se lavaban con agua a presión y que, como resultado, todo el vapor -junto con los contaminantes- iba a la calle.
“Tiraban un chorro de vapor a la calle con la mugre de los camiones de basura, que es peor que la cloaca. Eso formaba una nube, y lo sacaban con un ventilador gigante a la calle. Ahí, había una nube de moscas; todo el año teníamos moscas. Este movimiento era todo el día”, señaló Querol.
El hombre, que es químico de profesión, indicó que recogieron muestras de esos efluentes y los sometieron a análisis bacteriológicos. Hallaron escherichia coli, coliformes de materia fecal y otras bacterias. También encontraron metales pesados.
Una enfermedad atípica
A Gaspar, su hijo, le diagnosticaron neuromielitis óptica hace dos años, luego de pasar por un gran número de médicos especialistas. Querol, que es químico y a la fuerza se hizo conocedor en la materia, explica que es una enfermedad “rara”, descubierta recientemente y emparentada con la esclerosis múltiple.
Tal como explica su padre, la situación de Gaspar es atípica dentro de una enfermedad de por sí atípica.
“El caso de mi hijo no es como el de las neuromielitis ópticas comunes, que tienen anticuerpos”, señaló. Y detalló: “Él no los tiene: es una cosa rara, propia de las intoxicaciones. Por eso, él no tiene una determinación todavía de su cuadro”.
La enfermedad le ataca el bulbo raquídeo, además de la médula espinal, y en los episodios de crisis el chico pierde funciones básicas, como la respiración, deglución, incluso la vista.

Medicamentos y tratamiento
El tratamiento y los medicamentos para la afección de Gaspar son muy costosos. Por caso, una aplicación de rituzimap, que el joven necesita una o dos veces por año, vale aproximadamente 90 mil pesos. La dosis de inmunogamaglobulina, en tanto, tiene un costo de 32 mil pesos, y la plasmaferesis (recambio del plasma de la sangre) cuesta 4 mil pesos.
Los estudios también son caros, cuestan entre 4 mil y 5 mil pesos.
Y si bien los medicamentos más caros se los entrega el Estado, la familia viene afrontando grandes gastos en la salud del joven, y de hecho ya está endeudada.

Muchas enfermedades
Según relata Pedro Querol, todos los vecinos que vivían en su misma cuadra tienen problemas de salud, a raíz de la contaminación.
“Mi vecina se murió de un cáncer de pulmón. Y sus chicos vivían en el Centro de Salud. Otro hombre tiene vómitos y diarrea desde hace cinco años y no sale de su casa por sus problemas de salud. Los efluentes corrían hasta el almacén, que lo atendía una mujer con náuseas permanentes, por la escherichia coli. Además, yo tenía diarrea todos los meses”, recordó.

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