25 ene 2011

La destrucción de nuestro ambiente

El Diario de Villa María (25/01/2011)
La destrucción de nuestro ambiente

Leí en la sección de correo lectores de este diario una nota de un villamariense que podía recordar toda la hermosura y riqueza natural que había tenido una vez nuestro río Tercero. Me dio mucha alegría poder conocer a alguien que deseaba recuperar aunque sea una parte de lo perdido.
Volví a leer en este mismo diario como se destrozan los árboles en ciertos lugares de la ciudad sin ningún criterio valedero para hacerlo, solamente la incoherencia del humano.
Tal vez el sentido común de algunos no les muestre que somos los humanos los que necesitamos de los árboles, y no ellos de nosotros.
Tal vez no les enseñaron o no alcanzaron a aprender que los humanos, con todas las actividades nocivas que realizamos, somos los que ensuciamos el aire y son los árboles los que intentan limpiar toda la porquería que nosotros tiramos en ese aire.
En un concepto erróneo de progreso pareciera que este fuese tener un celular, un auto, una moto, o poder consumir y luego tirar la basura en donde se nos antoje, o vivir en un departamentito todos apretados, y con mucho cemento alrededor. Y luego de quedar casi locos, vamos a un spa para tranquilizarnos.
Progreso es cuando uno está sano interiormente, tranquilo, en paz, y a eso lo da en parte el vivir en un ambiente sano, limpio y no agresivo. Pero la estupidez humana no les deja ver a algunos esa verdad y es por eso que ellos siguen en el camino de destrucción de su entorno.
Teóricamente desde el municipio debería haber una política de ambiente que haga de nuestra ciudad un lugar sano, con pulmones verdes, veredas con árboles autóctonos (no palmeras), vehículos que no sean una chimenea de humo negro y que no tengan escapes que destrozan los oídos. Debería haber un programa serio para la basura, entre otros temas. Lamentablemente veo una triste ausencia.
Han pasado los años y nuestra Villa María parece que hubiera progresado, pero lo que ha hecho es un retroceso: sólo basta ver como viven sus habitantes y veremos el grado de estrés, agobio y agresión que tienen, aunque seguramente ellos mismos no se dan cuenta de cuán deteriorados están, ya que creen que como viven es lo normal.
¿Tendremos un momento de lucidez para darnos cuenta que vamos por el camino equivocado, por el camino de la destrucción?

L.A. 14217923

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