4 oct 2009

Convertir a Vaquerías en una reserva modelo

La Voz del Interior (04/10/2009)
La UNC quiere convertir a Vaquerías en una reserva modelo



Es la cuenca mejor conservada de las Sierras Chicas. Contrasta con su vecina, La Quebrada.
Las imágenes sorprenden por la vegetación verde y el caudal del arroyo. Parecen paisajes de verano, pero son del invierno que pasó, una de las temporadas más secas de la historia.
A diferencia de la sequía que registra la reserva La Quebrada, la región de Vaquerías, separada de la otra sólo por un camino, tiene una estado casi perfecto.
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) quiere convertir esta cuenca, la mejor conservada en las Sierras Chicas, en una reserva modelo para mostrar cómo se puede preservar el agua en Córdoba.
Un grupo multidisciplinario de científicos (biólogos, geógrafo, geólogos, ingenieros, agrónomos, abogados, zoólogos, arquitectos, físicos) está diseñando el plan de manejo ambiental de la reserva.
El terreno que tiene la UNC en Vaquerías, unas 400 hectáreas, fue declarado reserva provincial de usos múltiples en 1991. Nunca tuvo su plan de manejo. El objetivo del grupo es lograrlo antes de abril. Para ello cuentan con el apoyo de las autoridades de la Casa de Trejo.
“La idea es incorporar los terrenos no universitarios de la cuenca. Unas 1.600 hectáreas en total. No hay que expropiarlos, sino invitar a los propietarios a formar parte de una reserva a través de un acuerdo”, explica Cecilia Estrabou, una de las investigadoras del proyecto.
Cuidar el agua es crucial para una región árida como Córdoba. Sólo hace falta cruzar el camino de El Cuadrado para comprobar cómo la sequía produce estragos en la cuenca vecina del dique La Quebrada. Allí los cursos de agua están secos, mientras que el arroyo Vaquerías (desemboca en el río Cosquín y luego en el lago San Roque) rebosa.
“El caudal del arroyo refleja la buena condición del bosque”, asegura Estrabou. Hay bosque nativo de molles como especie dominante y pastizales.
Además, cerca de los arroyos hay plantas hepáticas, indicadoras de suelos húmedos. En las piedras también se pueden apreciar especies únicas de bromelias, líquenes y hongos.
“No hay urbanización ni un uso de alto impacto. Las otras cuencas están deterioradas porque la gente se ha instalado en cualquier lugar. La urbanización requiere agua, genera residuos sólidos y cloacales, además de aumentar el riesgo de incendio”, explica Liliana Argüello, otra de las investigadoras del proyecto.
Algunas amenazas. Sin embargo, la zona enfrenta peligros que hacen necesario tomar medidas urgentes. Uno de esos problemas es la construcción del camino de El Cuadrado.
El camino pasa a 200 metros de la reserva. Están rompiendo la montaña y la roca que cae está comiendo parte del bosque. “A largo plazo, va a aumentar el tránsito, con lo cual se arrojarán más residuos y el riesgo de incendio aumentará”, señala el investigador Juan Rodríguez.
Otra amenaza son las plantas invasoras como craeteus, acacia negra, espina corona y zarzamora. Con el incendio y la tala, el bosque autóctono se abre y las plantas invasoras ingresan más rápido que las locales.
Los investigadores están diseñando programas para lograr un manejo adecuado de la cuenca. “Podemos hacer de Vaquerías una reserva modelo para mostrar cómo debe conservarse el agua”, asegura Estrabou.
Pero también hay planes para mejorar los circuitos turísticos y generar circuitos educativos. A su vez, la UNC podría ayudar a construir cabañas modelo con plantas fitodepuradoras, techos recolectores de agua y barreras contra incendios y vientos y demostrar que es posible el turismo sustentable.

El bosque está al servicio del hombre
El bosque no es sólo paisaje. Provee muchos servicios a la gente. El principal es la recolección de agua. Las especies autóctonas son las que mejor hacen esta tarea.
“Los bosques autóctonos son muy bondadosos. Están adaptados a climas secos, no como los pinos. Muchas de las especies llevan sus raíces a fondo, entonces no dependen de la lluvia caída. También reservan y capturan agua en las espinas”, explica Argüello.
Y agrega: “Si el bosque está presente en la época de lluvia, el agua no arrasa el terreno. Si no hay vegetación el terreno es un asfalto, la tierra va perdiendo su calidad porque arrastra nutrientes. Todo eso va al arroyo. Entonces tenemos poca agua y de baja calidad”.
El bosque también es un escudo protector. “Luego de que se pierde parte del bosque, el efecto inmediato son grandes crecientes con evacuados. La vegetación sirve para retener el agua y evitar que arrase con todo”, sostiene Rodríguez.

Imagen equivocada
“Los bosques originales de Córdoba tenían 15 metros de altura. Eso ahora sólo puede verse en algunas zonas del norte provincial. La gente ya no tiene acceso a esos bosques porque han desaparecido”, comenta Argüello.
Estrabou agrega: “También falta educación. La formación de los profesores y en las escuelas está basada en ecosistemas europeos o de EE.UU. Nunca te muestran la función del algarrobo en el bosque serrano. No hay una valoración de lo nativo”.
Los investigadores entienden que hay una visión errónea de lo que es un bosque. “No es sólo un árbol al lado del otro. Está también lo que vive abajo, arriba, al medio del árbol, bajo tierra y en los árboles. Mucha gente piensa que es un lugar idílico donde se puede ir de picnic debajo de un pino, donde viven koalas y ardillas”, comenta Estrabou.

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