15 ene 2008

Agua, sucia y con renacuajos

La Voz del Interior (13/01/2008)
Las Tapias: cuando hay agua, sale sucia y con renacuajos

El intenso calor y la ausencia de lluvias agudizan un viejo problema en Las Tapias, ubicada 5 kilómetros al este de Villa Dolores: la provisión del agua corriente, que nunca fue potable, pero que ahora falta en cantidad y calidad.
Los vecinos profundizan sus reclamos ante la Delegación de Derechos Humanos local y la comuna, que espera que se destraben aportes del Ente Nacional de Obras Hídricas (Enohsa) y de la Provincia para realizar una obra que garantice el recurso a una población en franco crecimiento.
“Hay días en que no sale nada de agua, otros días sale bien, y otros con barro, lombrices, renacuajos y hasta caracoles. También con mal olor”, dice Catalina Becerra, quien afirma: “Hace años que no pago el agua a la Comuna, no la pago porque gasto 20 pesos por semana comprando bidones de agua mineral”.
Hoy la localidad sostiene un sistema de obsoletas instalaciones que se ven superadas por la demanda de unos tres mil habitantes, sumados a la afluencia turística en verano y al uso industrial de más de 30 hornos de ladrillos. Los vecinos afirman que denunciaron la situación ante el Ministerio de Salud de Córdoba, sin tener respuesta.
“Estoy muy preocupado, no voy a dormir tranquilo hasta que no solucione el problema del agua”, dijo Ricardo Hidalgo, quien comenzó su tercer período como jefe comunal del lugar. “Hemos quedado atrapados entre la Dipas y el Enohsa, estamos esperando que se destrabe ese conflicto legal y creemos que a fines de febrero ya contaríamos con más de 300 mil pesos para comenzar”, afirmó.

Viejos reclamos
Preocupados por el tema, algunos vecinos se reúnen en la casa de Carlos Astinza y su esposa Margarita, quienes llegaron desde Buenos Aires para vivir en Las Tapias. “Tuvimos que hacer una perforación propia, con un costo altísimo, pero queremos ayudar a que esto se solucione sobre todo por los niños del lugar”, afirmó Carlos, quien expuso una serie de análisis de agua de Las Tapias cuyos resultados indican una seria contaminación.
Adrian Gómez, vecino del “barrio nuevo” afirma: “Cuando llueve el agua de la canilla no sirve para bañarse ni para lavar la ropa, menos para consumo humano”. “Nos preocupan los chicos; no todas las familias pueden comprar agua mineral o envasada, a veces sale clara y la gente se confía, pero nunca es potable”, dice Lorena Ramírez. Julio Garay trabaja en la Planta de agua y afirma: “La gente no cuida el agua. Cuando hay riegan con la manguera y no tienen control”. Erica Heredia muestra la pileta de lona de sus hijos y afirma: “El agua está barrosa porque así sale de la canilla”.

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Responsabilidad compartida

"Tengo 51 años y siempre tomé el agua de Las Tapias. Igual no hay dudas de que el agua no es potable, y los vecinos tienen razón en sus reclamos, aunque también hay derroche", señala Ricardo Hidalgo, jefe comunal de Las Tapias. El mandatario afirma que los vecinos casi no pagan el servicio de agua, que tiene un costo de 6 a 8 pesos por mes.
Hidalgo recuerda que en 2002 se presupuestó una potabilizadora en 1,6 millón, plan cuyo costo no fue autorizado por el Enohsa. Dipas reformuló el proyecto para una obra menor con un costo de 350 mil pesos. Hidalgo afirma que el proyecto fue autorizado en diciembre de 2006. "Por una disputa entre las dos entidades, referidas al marco legal de cada una, no se pudo iniciar la obra", afirma. Y explica: "Perdimos mucho tiempo. Me molestó quedar atrapado entre dos legislaciones, pero ahora ya está el dinero adjudicado, y en unos días determinamos qué empresa hará la obra", asegura Hidalgo.

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