8 ago 2007

Pobre Río 3º....

La Voz del Interior (08/08/2007)
Una ciudad llena de angustia y confusión

La caldera que explotó en la planta de amoníaco de la Fábrica Militar de Río Tercero, minutos después de las 23 del lunes generó zozobra de miles de vecinos asustados. Fue el último hecho de una seguidilla con varios incidentes en pocos meses en las empresas del polo fabril químico.
Ayer, las radios ardían, los funcionarios municipales iban de reunión en reunión, las autoridades de la estatal Fábrica Militar trataban de bajar los decibeles sobre lo ocurrido y los peritos enviados por la Justicia Federal comenzaban a analizar el lugar. No hubo otro tema de conversación en la ciudad.
Anoche se habían convocado algunos vecinos a una movilización desde Fábrica Militar, por la avenida Savio, para reclamar por mayor seguridad.
El intendente Luis Brouwer de Koning envió cartas al gobernador José Manuel de la Sota y al presidente Néstor Kirchner para que la Provincia y la Nación colaboren en forma urgente en la realización de auditorías.
El accidente del lunes sólo tuvo un lesionado leve: un empleado con un esguince y un corte, según datos de la fábrica, del gremio ATE y del municipio. En ese momento había otros seis operarios en esa planta, que fueron internados por prevención.
Por el hecho, la planta de amoníaco, como su vecina de ácido nítrico, fueron paralizadas. El director de Fábrica Militar, coronel MarceloPianta, dijo ayer que no reanudarán tareas al menos por cuatro días. Por esa medida, el municipio no avanzó en analizar la clausura, pero además porque intervino (al ser un territorio nacional), la Justicia Federal. Pianta interpretó que "alguna tubería no soportó alguna presión o alguna carcaza donde hay vapor no soportó la presión que tenía que soportar". Rubén Stelni, subinterventor de Fabricaciones Militares, precisó desde Buenos Aires que más que en la caldera "la causa del accidente aparentemente habría sido el desacople de un tubo de alta presión" en ese sector.
Pianta insistió en que no hubo escapes químicos de riesgo para la población de los barrios cercanos. Sin embargo, hubo vecinos que decían percibir cierto olor a amoníaco, lo que originó que el municipio labrara un acta sobre lo sucedido. Respecto a las causas que motivaron el desperfecto, señaló que las pericias iniciadas las determinarán.

En la Justicia

El juez federal subrogante de Río Cuarto, Oscar Valentinuzzi, abrió una investigación. Pidió varios informes y dispuso que peritos de Gendarmería Nacional determinen in situ el origen de la explosión, el tipo de caldera donde se registró y sus condiciones de mantenimiento. "En dos o tres días tendremos los resultados. También pedimos informes sobre un incendio que hubo el domingo" en unos pastizales, reveló ayer Valentinuzzi. El lugar del problema quedó perimetrado y con acceso vedado.

Alarma en la población

La fuerte estampida, que se escuchó en gran parte de la ciudad pero sacudió a los barrios más cercanos, afectó a la población que, en hileras masivas de colas de autos, motos y hasta bicis, trataba de salir de la zona urbana más cercana al predio fabril. Fue una autoevacuación espontánea y descontrolada, similar a la vivida el 3 de noviembre de 1995 por las explosiones de los polvorines.
El reclamo central de la gente fue lo que se demoró en informar de qué se trataba. Pianta aseguró: "Empezamos a comunicarnos a los 5 ó 10 minutos de ocurrido el hecho". Ante las dudas sobre lo sucedido, el sistema telefónico de la ciudad colapsó.
El intendente apuntó: "A los ocho minutos de la explosión, estaba en la fábrica el director de Defensa Civil, Raúl Mari. Faltó transmitir más rápido; se demoró también porque no estaba toda la información precisa". Al mismo tiempo, anticipó que se tomarán "medidas urgentes" para mitigar estos errores y aceitar los mecanismos de comunicación entre el municipio, las industrias y la comunidad.

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La angustia de no saber de qué se trata

Hubo zozobra en general y en varios barrios desesperación. El clima en Río Tercero está contaminado de temor y desconfianza. La zozobra y la desesperación fueron hijas de tres padres: las marcas que dejaron en la memoria colectiva aquellas explosiones de 1995 (esta vez todo nació de una fuerte detonación que sacudió a varios barrios); los recientes incidentes con escapes químicos que por primera vez en la historia tuvieron un saldo de dos muertos, y la falta de información ágil y creíble para la comunidad apenas sucedido el episodio.
Otra vez (como con el episodio anterior en Petroquímica) falló ante la emergencia el sistema de comunicación, sobre todo hacia la comunidad. Miles de personas escucharon una explosión y la mayoría de ellas decidió, intuitivamente, dejar sus casas y huir, como hizo hace 12 años cuando volaron los polvorines de Fábrica Militar. Debió esperar entre 30 y 40 minutos para que las radios locales dieran los primeros datos respecto de qué se trataba: las emisoras tampoco podían acceder a datos certeros, ni de la empresa ni del municipio. Mientras, una radio de Córdoba anunciaba que según una fuente policial habría sido una detonación con escape de cloro en la empresa Atanor. No hubo escape de cloro ni fue en Atanor. Fue la explosión de una caldera de la planta de amoníaco en Fábrica Militar. La diferencia no es menor: un escape de gas cloro sería el peor escenario para la ciudad. Peor que una información tardía puede ser una mala información.
A esa altura, cientos de vecinos se habían evacuado. Al verlos, otros tantos los copiaron, ante la angustia de no saber de qué se trataba. Finalmente, terminó siendo mayor el riesgo de accidentes en las calles que dentro del lugar del siniestro. La gente escapó sin saber de qué. Aquellos consejos distribuidos en folletos que ya casi nadie recuerda de que en caso de escape químico no deben evacuarse sino hacer "protección bajo cubierta" (encerrarse herméticamente en el lugar donde estén, pero nunca al aire libre ni en vehículos) fue aplicado por la minoría. Si hubiera sido un escape químico grave, las consecuencias habrían sido más gravosas por la evacuación.
Ayer, el reclamo más escuchado de la gente era por esa demora en saber qué ocurría. Eso evidenció otra vez la necesidad de que la ciudad termine de una vez de instrumentar un sistema para emergencias que funcione. No es sencillo informar a los pocos minutos y con precisión un diagnóstico y un pronóstico de un incidente industrial. Pero hoy no está montado un sistema que haga que la sociedad, ahora más sensibilizada que nunca, sienta que puede confiar en que le dirán bien y rápido de qué se trata.
Cuando la información precisa y confiable se demora, aparecen las versiones, que confunden y complican más aún. Las empresas químicas y las autoridades locales no terminan de comprender la necesidad de mejorar la comunicación a la sociedad ante emergencias.
Otra vez hay que preguntarse si se deben esperar que sucedan episodios para que aparezcan las respuestas. ¿Esta seguidilla de hechos en poco tiempo podrán ser la bisagra para empezar a asumir con más racionalidad y compromiso cómo enfrentar los riesgos? Habrá que ver qué cambió entre estos días y el próximo episodio.

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Aclaran versión

Una versión circuló ayer en la ciudad, indicando que una mujer había fallecido a raíz de la situación vivida en la noche del lunes. Desde la Clínica Modelo, personal médico explicó a este diario que una persona de 78 años llegó ya fallecida y que sus familiares apuntaron que estaba angustiada por lo que sucedía. Un médico aclaró que no se puede comprobar que ésa haya sido la causa y apuntaron que la mujer tenía antecedentes cardíacos.

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El municipio pide ayuda a Kirchner y De la Sota

El intendente Luis Brouwer de Koning envió anoche sendas cartas al gobernador José Manuel de la Sota y al presidente Néstor Kirchner para que la Provincia y la Nación colaboren en forma urgente para la realización de auditorías en las plantas químicas de esta ciudad. En la carta a Kirchner, se le informa de los hechos ocurridos en dependencias de la estatal Fábrica Militar Río Tercero y se le recuerda la necesidad de concretar las anunciadas inversiones en mantenimiento. También Brouwer solicitó a legisladores nacionales alguna reacción desde el Congreso Nacional.
Al gobernador, en tanto, se le solicitó que ponga a disposición las facultades técnicas y logísticas del Estado provincial, para trabajar en forma conjunta en esta temática y en los controles al polo fabril.

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"Es un planta vieja", asegura el gremio ATE

El gremio ATE ( Asociación de Trabajadores del Estado), que nuclea a los empleados de Fábrica Militar, reclamó ayer por mayores niveles de seguridad en la planta industrial, pidió la presencia de las autoridades nacionales de la empresa estatal y anunciaron que en una asamblea, hoy, podrían definir medidas de acción. Los dirigentes del sindicato local, junto a otros del ámbito provincial, señalaron un dato conocido hace tiempo: que varias de las plantas químicas de la empresa tienen décadas de uso. "La de amoníaco es vieja, con tecnología de los años ´30", graficó Claudio Recio.
El gremio pidió la presencia inmediata en Río Tercero del interventor de Fabricaciones Militares para que explique en detalle el plan de inversiones que meses atrás anunció para mejoras en seguridad y ambiente en esta planta industrial.
También anticiparon que hoy entregarán un petitorio al intendente para solicitar más controles y que se garantice la seguridad en las industrias de la ciudad.
Mientras ayer, el subinterventor de Fabricaciones Militares, Rubén Stelni, desde Buenos Aires insistió en que está en marcha un plan de 40 millones de pesos de inversión, entre 2007 y 2008, para mejoras en las plantas. "Ya hay varias de esas mejoras en licitación", señaló.

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Accidentes en 2007

9 febrero: un corte imprevisto de luz provocó una parada en Petroquímica. Se activó el sistema de neutralización para evitar escapes de fosgeno y hubo emanaciones de vapores amoniacales. No hubo heridos ni internados.
11 de junio: seis operarios de Petroquímica sufrieron quemaduras con residuos de TDI.
12 de junio: un escape de fosgeno en Petroquímica terminó con la vida de dos operarios.
19 de julio: un caño que lleva ácido nítrico de Fábrica Militar a Petroquímica se averió y generó una nube tóxica.
25 de julio: 50 operarios fueron internados preventivamente tras un escape de vapores amoniacales en Petroquímica.
6 de agosto: explotó una caldera de Fábrica Militar. Hubo un herido.

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Con el corazón en la boca

Otra vez el estruendo, el temblor de los vidrios, el cimbronazo de horror y la peor condena: la incertidumbre. ¿Por qué, pese a todo lo ocurrido, no existe un sistema de comunicación automática entre medios, empresas químicas, municipio y bomberos?
El lunes por la noche, en los interminables minutos que demoró la información del incidente, muchos vecinos cargaron a sus niños semidormidos, llorando, para huir mientras rememoraban la terrible pesadilla de 1995. "¿Por qué no nos dicen lo que pasa?", imploraba una abuela.
Los escapes, los dos muertos en accidente químico, la explosión de la medianoche, no son un fantasma. Constituyen un problema real, tan concreto como irresuelto.
En tiempos de campaña, los candidatos deberían explicitar cuál será su política ambiental en la ciudad química de Río Tercero. Y cuál ha sido hasta ahora. Y quién estaría dispuesto a renunciar, a rendir cuentas, si no es capaz de cumplir la palabra empeñada.
Hasta ahora, la población, necesitada de fuentes de trabajo directas e indirectas, dividida, desinformada, desprotegida, no atina a aunar una estrategia. El caos de las autoevacuaciones desnuda las falencias de Defensa Civil. Lo indicado sería que los vecinos se queden en casa, con las ventanas encintadas, porque ante un gran escape químico el veneno inundaría las calles. Pero... ¿quién puede cuestionarlos? Su pánico es legítimo. ¿Quién sabía qué pasaba? ¿En quién pueden confiar?
Sólo la información sobre qué ocurre y cómo obrar puede desenmarañar el miedo en Río Tercero. Los vecinos siempre defendieron "sus" fábricas; sólo piden poder trabajar tranquilos, seguros. ¿Con qué derecho se los condena a vivir con el corazón en la boca?

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La Mañana de Córdoba (08/08/2007)
Intendente reclamará seguridad a la Nación

El jefe comunal de Río Tercero, Luis Brouwer de Koning, viajó anoche a Buenos Aires para pedir una audiencia al presidente Néstor Kirchner y al ministro Julio De Vido. El mandatario se mostró preocupado por la psicosis que vive la comunidad a raíz de los incidentes ocurridos en la Fábrica Militar y en Petroquímica.
“Viajo a Buenos Aires porque me quedé sin respuestas para darle a la gente”, indicó anoche el intendente de la localidad de Río Tercero, Luis Brouwer de Koning.
El mandatario elevó ayer por la tarde una carta al presidente de la Nación, Néstor Kirchner, para solicitarle audiencia en carácter de urgencia, al igual que al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
“El objetivo primordial es informarles de manera detallada los hechos ocurridos en dependencias de Fábrica Militar Río Tercero y la crisis emocional por la que atravesamos los riotercerenses”, expresó el jefe comunal ayer.
“También instaremos al Presidente a tomar medidas económicas urgentes en relación a la situación presente y futura de la Fábrica Militar, entendiendo que el Estado municipal no cuenta con las herramientas técnicas, financieras y jurídicas necesarias para responder ante la situación que se vive”.
Para hoy, Brouwer de Koning tiene previsto mantener conversaciones con los diputados y senadores nacionales de Córdoba, para que asuman la responsabilidad de exigir explicaciones por lo sucedido en los últimos días en Río Tercero.
Es que en la medianoche del lunes, una nueva explosión, esta vez en la zona de calderas de la Fábrica Militar, causó una verdadera psicosis en la comunidad riotercerense. Los vecinos huyeron en medio de la noche de sus viviendas al ver una columna de humo emanar de la fábrica donde hace 12 años ocurrió una tragedia.
“Con la Petroquímica hace quince días hicimos un auditoría, pero a la Fábrica Militar no podemos ingresar. Necesitamos una respuesta, saber si está en condiciones de seguridad. Queremos que el Estado nacional tome medidas para saber si puede seguir funcionando, más allá de estos dos o tres días en que se cerrará para evaluar el estado de seguridad en la que se encuentra la fábrica”, dijo anoche Brouwer de Konning.
“No puedo más manejar solo esto. El gobierno nacional tiene que ayudarnos a darle respuesta a la sociedad, sobre cosas que yo no puedo responder”, reconoció el mandatario municipal.

Explicaciones

Si de explicaciones se trata, la Dirección General de Fabricaciones Militares afirmó ayer que la planta industrial de Río Tercero “es segura” y que durante la explosión ocurrida a la medianoche del lunes “no hubo emanación de gases”, aunque un operario resultó herido y otros seis trabajadores sufrieron problemas auditivos.
Rubén Stelin, subinterventor del organismo del que depende la Fábrica Militar de Río Tercero, dijo que la explosión se produjo “aparentemente por el acople de un tubo de alta presión”. El funcionario aseguró que una pared de concreto resguardó al personal que trabajaba en las inmediaciones y que gracias a esa barrera “no hubo ninguna emanación de gas”. “Fue mucho ruido en realidad”, dijo Stelin justificando por qué los vecinos escaparon despavoridos de sus hogares (ver aparte).
En Río Tercero perdura el recuerdo de las explosiones en la planta militar ocurridas en noviembre de 1995, cuando murieron siete personas, hubo centenares de heridos y millonarios daños materiales, y por los recientes escapes de gases de la Petroquímica local, donde perdieron la vida dos operarios en el mes de junio y por los que 40 personas fueron internadas hace 15 días atrás.

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El Puntal de Río Cuarto (08/08/2007)
Río Tercero: por la explosión, piden la urgente intervención de Kirchner

Brouwer de Koning reclamará a la Nación los $ 20 millones prometidos para la Fábrica Militar. Anoche hubo una manifestación pidiendo seguridad. La planta dejó de funcionar. Hay 7 operarios afectados
Tras la explosión en la planta química de la Fábrica Militar de Río Tercero, que hizo revivir el brutal estallido de hace casi doce años, el intendente Luis Brouwer de Koning reclamará la urgente intervención del gobierno nacional para dar una respuesta a la población que vivió anteanoche momentos de pánico.
“Estoy viajando a Buenos Aires para pedirle al presidente Kirchner que intervenga urgentemente en este tema, porque los vecinos me piden respuestas y yo solo no puedo dárselas, en virtud de que la Fábrica Militar pertenece a la órbita nacional”, dijo anoche a PUNTAL Brouwer de Koning.
El intendente riotercerense reclamará que se acelere el plan de inversiones prometido por $ 20 millones.
Tras el pánico vivido por la explosión, se reabrió en esa ciudad el debate sobre la seguridad industrial en la citada planta militar.
Mientras desde la Dirección General de Fabricaciones Militares se informó que la Fábrica Militar “es segura”, los riotercerenses reclaman urgentes medidas en ese sentido.
Una masiva movilización se extendió hasta horas de anoche en reclamo de mayor seguridad. La marcha se repetirá hoy desde el Monumento de la Ciudad a la Municipalidad.
Mientras tanto, ATE Río Tercero dijo que los operarios no volverán a trabajar hasta tanto estén dadas todas las condiciones de seguridad.
En el medio, un incendio de pastizales en la Planta de Carga de la Fábrica Militar, el epicentro de la voladura de 1995, reavivó las escenas de pánico.
En tanto, el Juzgado Federal de Río Cuarto, a cargo de Oscar Valentinuzzi, se encuentra investigando el tema.
Ayer, por ejemplo, se ordenó que Bomberos de la Policía de la Provincia hiciera un peritaje. El operativo contó con la colaboración logística de la Policía Federal de Villa María.
La explosión se produjo alrededor de las 23 del lunes, dejó un saldo de un operario herido y otros seis con problemas auditivos y provocó una masiva autoevacuación de riotercerenses hacia Tancacha y Villa Ascasubi.
Dicen que la caldera no habría sido la causa del accidente, sino el acople de un tubo de alta presión.
Aseguran que no hubo escape de gas. Pero igualmente la gente está hipersensibilizada.
Para los riotercerenses, fue inevitable rememorar los trágicos estallidos del 3 y 24 de noviembre de 1995 que originaron los primeros reclamos de seguridad.
Además, esa ciudad viene de vivir escapes de gases en las últimas semanas que se cobraron dos vidas.
Al momento de la explosión, los vecinos no sabían cómo actuar por la falta de información. Muchos se autoevacuaron cuando en realidad en esos casos hay que permanecer encerrados en sus casas por la posible fuga de gases tóxicos.
-¿Qué gestiones va a hacer en Buenos Aires-, preguntó PUNTAL a Brouwer de Koning.
-He pedido audiencia al Presidente y también al gobernador (José Manuel de la Sota). Mañana (por hoy) me reunirá con los diputados Mario Negri y Oscar Aguad para que elevemos un pedido al gobierno nacional porque yo solo no puedo. La Fábrica Militar pertenece a la órbita nacional y necesitamos una urgente intervención.
Brouwer de Koning señaló también que los pedidos de audiencias se harán extensivos también a los ministros Julio De Vido (Planificación Federal) y Nilda Garré (Defensa).
Tras la explosión del lunes, la planta química de la Fábrica Militar dejó de funcionar.
Por la explosión, se vivía anoche un estado de psicosis generalizado.

Muchos riotercerenses se quieren ir de la ciudad

“Río Tercero se ha puesto de terror. Con esta explosión sumada a los escapes de gases últimos, esto te lleva a más de diez años atrás”.
La frase, que encierra desesperación y al mismo tiempo impotencia, pertenece a un riotercerense que se quiere ir de esa ciudad a raíz de la explosión de anteanoche.
Se llama Gustavo Rubio, es publicista y vive en Río Tercero. Pero, al igual que otros riotercerenses que vivieron momentos de pánico, están evaluando la posibilidad de irse.
“Vi una nube espesa que se nos vino encima. Esto te lleva a la explosión de 1995. Así no se puede vivir”, testimonió.

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