La Voz del Interior (11/03/2023)
El drama de los incendios en los basurales de Córdoba: Río Segundo contabilizó 42 en un año

Son fuente de riesgo de focos de fuego que se expanden. En Punilla son reiterados los iniciados en esos predios. En Bell Ville, la Policía Ambiental denunció al municipio por los reiterados incendios.
Los basurales a cielo abierto que se queman son una constante desde hace décadas en Córdoba. Además de la contaminación del aire que genera el humo, suelen ser fuente de inicio de otros incendios que se extienden sobre pastizales, campos o montes, y que generan enormes gastos para controlarlos, además de daños ambientales y sobre la productividad de suelos.
Los cuarteles de bomberos voluntarios dicen estar cansados de ir a apagarlos una y otra vez.
A la vez, aun sin fuego, los basurales son foco de contaminación de por sí. La acumulación sin control de residuos impactan sobre los suelos y las napas de agua.
Para muestra, un caso: durante 2022, en la ciudad de Río Segundo los bomberos combatieron llamas en el basural municipal en 42 ocasiones. Es decir, un promedio de 3,5 salidas por mes. Para comparar, en el mismo lapso intervinieron en 19 incendios de vehículos.
Este año no parece mejorar. En lo que va de 2023 ya fueron ocho veces al mismo basural a extinguir el fuego, según estadísticas de la propia institución a las que accedió La Voz.
Se suma en esta ciudad otra problemática: el basural está rodeado de familias, que viven en casas precarias.
“Los incendios en el basural son constantes. Los venimos denunciando desde hace tiempo, pero parece que a nadie le importara”, se quejó uno de los bomberos de Río Segundo.
Según señaló, la inmensa mayoría son intencionales. Bomberos de ese cuartel, como de tantos otros, explican que, por ejemplo, a quienes juntan aluminio, metales o chatarra el fuego los ayuda a separar con mayor facilidad esos elementos.
Otra causa que suelen citar desde los cuarteles de bomberos, pero que los municipios apuntados rechazan, es que son a veces hasta las propias municipalidades y comunas las que promueven incinerar desechos para reducir el volumen final de sus basurales.
También suele apuntarse que, a veces, la enorme mezcla de elementos y residuos de alta combustión facilita el encendido sin acción humana mediante.
La salida parece ser la erradicación efectiva y definitiva de todos los basurales. Situación a la que muy pocos municipios cordobeses en realidad han llegado.
“Los bomberos estamos cansados de ir al basural. Además, se desgastan los móviles, los equipos y se genera un desperdicio constante de agua. Cada salida supone un consumo promedio de 80 mil litros de agua”, indican en el caso de Río Segundo.
El cuadro se repite en cientos de localidades cordobesas.

Un municipio denunciado
En Bell Ville los vecinos llevan años denunciando el humo que proviene del basural municipal. Según señalan, son frecuentes los incendios en ese relleno sanitario, ubicado al norte de la ciudad. Hace unos días, la Policía Ambiental de la Provincia, luego de intimar reiteradamente al municipio para que implemente acciones de control, realizó una denuncia en la fiscalía local.
Le pidió a la Justicia que investigue los constantes incendios que se suceden en ese basural, cuyo humo provoca contaminación en la ciudad. Desde diciembre hasta la actualidad hubo al menos un incendio por mes en ese basural. Varios de ellos requrieron de horas de trabajo del cuartel de bomberos, con gastos relevantes.
También en Villa María hubo un grave incendio en el sector de residuos patógenos. Fue en septiembre de 2022. El humo negro se vio en la ciudad durante varios días. Dada las dimensiones del foco, además de bomberos locales, tuvo que colaborar un avión hidrante del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
La lista es mucho más extensa. En el valle de Punilla, son frecuentes los incendios que se originan en basurales municipales con inadecuado tratamiento y que, en algunos casos, se han “disparado” hacia zonas vecinas, acentuando la alarma en áreas de riesgo por presencia de bosque nativo.

Jesús María: varios al año y un juicio en curso
Héctor Cejas, jefe de Bomberos Voluntarios de Jesús María, reconoció que en los predios de disposición final de residuos de Jesús María y Colonia Caroya la intervención de los hombres de naranja tiene lugar cinco o seis veces al año.
En lo que va de 2023, bomberos ya tuvieron que intervenir en tres oportunidades. Aunque el inicio estuvo relacionado a la sequía, el extremo calor y los vientos, se sabe que otras veces ese fuego es intencional.
Se trata de predios que se encuentran alejados de la zona urbana, con cerramiento perimetral y guardia en los ingresos. Uno de los peores ocurrió en 2009, en Colonia Caroya, cuando un fuego afectó 13 hectáreas de campos vecinos del predio. Fue tan grave que el municipio aún se encuentra en juicio por los daños ocasionados en aquella oportunidad.

San Francisco, más controlado tras tanto fuego
Los Bomberos Voluntarios de San Francisco decidieron ponerse firmes unos seis años atrás respecto al basural a cielo abierto de esa ciudad, que sumaba frecuentes incendios.
Contaron que habían aconsejado una serie de medidas al municipio, como una mejor limpieza y calles cortafuegos internas. “Ahora solo vamos si se trata de algo muy extraordinario, con mucho viento y donde peligren campos linderos. Tienen la maquinaria para extinguir y tapar con tierra: así se trabaja en este tipo de siniestros antes de que se descontrolen ”, explicó Diego Gaetán, jefe del cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Francisco.
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