6 nov 2021

Reforestación en Bosque Alegre

 


La Voz del Interior (06/11/2021)
Reforestan con árboles nativos el entorno incendiado de Bosque Alegre

Luego de varias décadas, el bosque nativo recobra un sitio en el predio de la Estación Astrofísica que habitualmente lucía rodeado de pinos. Los recurrentes incendios redujeron la cantidad de coníferas.
Una batalla silenciosa que ya cumple varias décadas se reavivó en la última semana en la montaña que alberga la cúpula de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre. La flora nativa, con ayuda de una parte de la comunidad científica de Córdoba, lucha nuevamente por el espacio y el agua entre las coníferas exóticas que llegaron años después de la inauguración del observatorio, en 1942.
Una treintena de científicos astrónomos, divulgadores y ecologistas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) plantaron 150 arbolitos de molle, tala y chañar sobre una ladera arrasada por el último incendio. Allí, en ese predio, había un bosque de pinos que ya no está, para “alivio” de la ciencia y de la biodiversidad.
En septiembre del 2020, en plena pandemia, un incendio originado en la zona de las Sierras Chicas, en la jurisdicción del departamento Santa María, amenazó el único telescopio de Córdoba de 1,5 metros de abertura, clave para la observación astronómica, y llegó a escasos metros del edificio. Las coníferas facilitaron la propagación y el fuego sobrepasó la altura de la cúpula, pero esta se salvó.
La competencia por el agua y la tierra entre las nativas y las coníferas se reanimó gracias a una actividad de reforestación que organizaron los astrónomos en conjunto con el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la Universidad Nacional de Córdoba (Cernar-UNC), en el marco del 150° aniversario del Observatorio Astronómico de Córdoba (OAC).
La doctora Cecilia Estrabou, directora del Cernar, comentó que años atrás el paradigma era ornamentar con árboles exóticos. En imágenes de archivo de la inauguración de la estación, podían verse hierbas y arbustos nativos, pero en fotografías tomadas en la década del 80 ya se observaban pinos pequeños que rodeaban el terreno.
“En aquella época, se ponían como ornamentales muchas plantas introducidas que hicieron mucho daño con el tiempo, porque ahora las vemos dispersas por todas las sierras y las plantas que han venido de afuera son plantas que toman demasiada agua, impidiendo que quede agua para las nativas”, dijo.
En tanto, la astrónoma Carolina Villarreal D´Angelo, investigadora del Conicet y del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE), explicó que la plantación de coníferas obedeció a una creencia de la comunidad astronómica de aquel entonces, amparada en que los pinos ayudaban a mejorar las condiciones para la observación regulando la humedad atmosférica.
Sin embargo, estaban equivocados, puesto que –según los especialistas– los árboles nativos conservan mucho más humedad que los pinos.
“Nuestro bosque nativo es un bosque muy conservador en cuanto a la cantidad de agua que requiere y a la cantidad de agua que elimina, son especies adaptadas a la zona que andan muy bien para equilibrar el agua de la región en una zona que siempre ha tenido conflictos con el agua”, manifestó Estrabou.

Reforestar
Los biólogos que participaron de la experiencia el pasado 30 de octubre afirmaron que “ahora hay rebrote de molles” sobre el terreno en el que quedaron los troncos caídos de pinos añosos. En cambio, “de las coníferas que se han quemado no hay rebrote”.
“Las coníferas se plantaron hace muchísimos años, en aquel momento no eran plaga, con el tiempo se hicieron plaga con un hongo que tienen en las raíces, que no había en la tierra originalmente y que ahora está en todos lados”, agregó Estrabou.
“Los pinos son muy rápidos en crecimiento, las nativas menos, pero las nativas tienen la ventaja de que soportan mucho mejor la falta de agua”, aseguró la bióloga.
Javier Sparacino, otro de los miembros de Cernar que participó de la reforestación, afirmó que “es posible recuperar el bosque nativo” después de un incendio porque “las especies nativas tienen gran resiliencia y capacidad de recuperación”.
“Si uno elimina los disturbios asociados, como pueden ser la ganadería, nuevos incendios u otros usos antrópicos, los bosques se pueden recuperar”, insistió.
Para la reforestación, los biólogos hicieron una evaluación del terreno, dado que no es conveniente reforestar apenas concluido el evento de incendio.
“Lo que uno tiene que hacer cuando llega a un lugar degradado es hacer un análisis de cuál es el estado de la situación, esperar que los suelos se asienten, hacer una evaluación de qué especies hay y si están rebrotando”, dijo Sparacino.
“En ocasiones, no hace falta intervenir, después de un tiempo es conveniente hacer intervenciones activas y una de ellas es la de plantación, en lugares muy degradados puede hacer falta enriquecer el área con especies leñosas que aporten biodiversidad”, agregó.

Un incendio que puso en riesgo a la ciencia
Los viajeros que transitan la ruta provincial E-96, entre Falda del Carmen y la ruta 34 que va hacia las Altas Cumbres, todavía pueden observar la estación rodeada de pinos en el faldeo este. Gran parte de las coníferas del faldeo oeste cayeron con el fuego y pusieron en peligro un gran telescopio.
“La estación astrofísica estuvo en riesgo el año pasado, principalmente el telescopio de 1,54 metros que alberga esta cúpula, al día de hoy este es el único telescopio con el que cuenta Córdoba para hacer observaciones astronómicas”, dijo Villarreal D´Angelo.
“Estas observaciones son muy importantes para los alumnos de la carrera de Astronomía y para los científicos que trabajan en el Observatorio, ya que permiten hacer observaciones a largo plazo de objetos, como el tránsito de exoplanetas, ocultaciones de asteroides y nebulosas”, describió.
La astrónoma manifestó que estas observaciones “todavía son importantes para la ciencia porque al ser un telescopio chico no tiene el tiempo de observación tan requerido, entonces se permite hacer observaciones a largo plazo de objetos”.
“Eso es muy bueno para la ciencia porque uno necesita, para ciertos objetos, tener observaciones durante mucho tiempo”, añadió.
Pero, además, aseveró que “este lugar es muy importante para la divulgación también, porque acá se llevan adelante las históricas visitas guiadas al telescopio para escuelas y para el público en general, y eso ha permitido que mucha gente conozca lo que se hace de astronomía en Córdoba”.
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