10 dic 2018

Una generación distribuída que no beneficia a los consumidores



La Voz del Interior (10/12/2018)
Se podrá generar energía en casa, pero no será negocio venderla

En muchos países, la producción de energía a pequeña escala en los hogares es una realidad desde hace años.
No obstante, el país recién logró poner a punto un esquema normativo de generación distribuida este año, con la ley 27.424 de 2017 y con el decreto reglamentario 986, publicado en noviembre pasado.
A esta normativa adherirá la Provincia en las próximas semanas.
La Legislatura aprobará una ley para acogerse al régimen de fomento nacional antes de que finalice el actual período de sesiones. Y en los primeros meses de 2019, el Ejecutivo deberá aprobar una reglamentación con aspectos técnicos, económicos y legales.
Además, deberán modificarse algunas normativas vinculadas con el Ente Regulador de Servicios Públicos de Córdoba (Ersep).
La generación distribuida tiene dos ventajas. La primera es que fomenta el uso de fuentes de energías renovables, por lo que contribuye a reducir las emisiones contaminantes que provocan el cambio climático. Buena parte de la electricidad del país se produce por la quema de combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) que producen estos gases.
La segunda es económica. Al producir energía, el usuario primero puede utilizarla para autoconsumo y evitar comprarla a una distribuidora como Epec. Además, los excedentes puede venderlos a la misma empresa.
La normativa nacional de generación distribuida decidió adoptar el sistema de balance neto de facturación. De esta manera, en la boleta de luz estarán discriminadas la energía consumida y la inyectada al sistema, pero cada una tendrá una tarifa diferente.
El costo final de la factura será el resultado de restar el monto de lo inyectado a la red a lo consumido.
En la actualidad, Epec cobra alrededor de 4,7 pesos por kWh consumido (varía según el lugar y el escalón). Pero la empresa pagará al usuario-generador el mismo valor que tiene el kWh en el mercado eléctrico mayorista, alrededor de 1,7 pesos.
Con una diferencia de tres pesos, no será negocio vender energía.
“El ahorro vendrá por el autoconsumo, porque el usuario va a ahorrar 4,7 pesos por cada kWh consumido que no le comprará a Epec. Es una ley que busca fomentar el autoconsumo y sólo compensar los probables excedentes a la red”, asegura Sergio Mansur, director General de Energías Renovables y Comunicación de la Provincia.




El dilema de los paneles
La generación distribuida puede realizarse con diferentes fuentes, como eólica y biomasa (quema de restos de alguna industria o del agro), pero la más difundida en las ciudades son los paneles fotovoltaicos.
Esta tecnología genera electricidad en los momentos del día con más sol. Por lo tanto, el sistema será conveniente para aquellos usuarios que demanden energía en el momento en que los paneles la están generando, y así maximizar el autoconsumo.
Ejemplos de ellos son una heladería, oficinas, Pyme y emprendimientos turísticos y gastronómicos.
En el caso de los hogares particulares, el usuario deberá analizar su comportamiento eléctrico antes de realizar la inversión, que en promedio superaría fácilmente los 150 mil pesos.
“Lo habitual es que la mayoría de las personas no estén en casa durante el día, que es cuando más generación hay. En esos hogares no conviene instalar paneles solares”, dice Diego Franco, docente de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) con larga experiencia en el desarrollo de emprendimientos privados de energías renovables.
El experto entiende que lo ideal hubiese sido adoptar un régimen de promoción como el de Santa Fe, cuya empresa de energía paga 7,32 pesos cada kWh que un usuario inyecta a la red.
Juan Carlos Gómez, ingeniero especialista en el tema y docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto, coincide en que la normativa no fue pensada para que sea un negocio generar energía para entregar a la red, sino para ahorrar por autoconsumo.
Y señala otro punto importante: “Con la normativa ya aprobada también se está garantizando seguridad, porque determina aspectos técnicos para autorizar la conexión de un usuario-generador a la red”.
Gómez entiende que, como en otras partes del mundo, primero se sumarán las personas más comprometidas con el ambiente. Luego, los usuarios que vean que es un negocio porque tienen sus mayores consumos en el momento de la generación.
“Los precios de las tarifas están atrasados entre un 30 por ciento y 50 por ciento, por lo que la generación distribuida será cada vez más ventajosa”, dice.
Franco agrega: “Hay que pensar que con la compra de un equipo fotovoltaico te estás asegurando un precio fijo de la energía por 25 años, que es la vida útil de estos equipos”. El especialista estima que, como máximo, la amortización de los equipos se logra en 13 años. Gómez conoce experiencias de empresa que lograron amortizarlos en seis años.

Otras ventajas
Ambos ingenieros creen que la ley es positiva porque además servirá para desarrollar otras formas de generación de energía por biomasa y porque se trata de un sector que genera un movimiento económico local muy importante y mucha mano de obra.
El foco de la Provincia está puesto en estas externalidades. En este sentido, Mansur explica que se buscará promocionar la compra de equipos y el desarrollo local de esta tecnología, en lugar de incentivar la inyección de energía al sistema con un precio alto del kWh como hace Santa Fe.
De allí la importancia de adherir a la norma nacional. Córdoba podrá acceder al Fondo para la Generación Distribuida de Energías Renovables de la Nación (Fodis), que tendrá 500 millones de pesos para 2019.
Ese dinero se podrá utilizar para fomentar la compra de equipos a partir de créditos con tarifas preferenciales, pero también para darle impulso a la producción local de estos sistemas.
El objetivo de la Nación es inyectar mil kW en 10 años, esto equivale a 1,5 veces la potencia de la Central Nuclear de Embalse.
En Córdoba, esperan cubrir el dos por ciento de la matriz energética de la provincia.
El usuario generador no pagará ganancias ni IVA por la energía que inyecte a la red, y la Provincia analiza beneficios fiscales.

¿Paliativo contra los cortes?
Los expertos explican que la generación distribuida mejora la confiabilidad de la red, sobre todo en los momentos pico de consumo (un día de verano muy caluroso), porque se está generando energía en el mismo lugar donde se demanda.
Sin embargo, Gómez aclara: “La red de baja tensión, donde se conectarán los usuarios-generadores, no es la que tiene más inconvenientes. La que genera la mayoría de los cortes de Epec es la de media tensión”.
En este sentido, el ingeniero explica que, por cuestiones de seguridad, si una zona tiene un corte de media tensión, todos los sistemas de generación distribuida del sector dejan de funcionar y ni siquiera está permitido que abastezcan al propio usuario que instaló los equipos.

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