29 dic 2018

Soluciones integrales para el problema de Villa El Libertador



La Voz del Interior (29/12/2018)
Villa El Libertador: todos tienen que trabajar por el barrio

En un acuerdo de partes sin precedentes, la Justicia cerró el amparo presentado por 16 vecinos de Villa El Libertador con un acta de compromisos de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba, que incluye obligaciones de los propios habitantes del barrio para cuidar y mantener las obras.
Luego de una audiencia de cinco horas y tres borradores tirados al cesto de basura, todas las partes firmaron sus obligaciones frente a los vocales Leonardo Massimino, Ángel Gutiez y Pilar Ábalos de López de la Cámara Contenciosa Administrativa de Primera Nominación.
La Provincia invertirá antes de que termine 2019 200 millones de pesos en redes de conexión domiciliaria a las cloacas, que cubrirían unas 70 manzanas. La Municipalidad de Córdoba se comprometió a terminar 11 manzanas, parte de las 33 ubicadas en zona crítica por hundimientos y elevación de napas freáticas, cuyo financiamiento depende de un crédito preacordado con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Birf).
Además, la Provincia garantizó el mantenimiento del Canal Maestro Sur y la Municipalidad los desagotes gratuitos de las viviendas afectadas hasta que todo el barrio esté conectado a las cloacas.
Otras 200 manzanas del barrio serán conectadas al nexo cloacal (cloaca máxima) que terminó la Provincia en noviembre cuando el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) libere los fondos, gestión que quedó a cargo de la Municipalidad.
Y la Provincia volverá a ofrecer pagar los alquileres de las 18 familias que quedaron con casas declaradas inhabitables, 13 de las cuales no aceptaron esa oferta y se mantuvieron en sus lugares, en condiciones muy riesgosas para su salud.
Desde la Justicia celebraron ayer el entendimiento: “No existen precedentes cercanos y se trata de un acuerdo, no una sentencia impuesta, eso ofrece una mayor garantía de que las obras se van a hacer”.
La mesa de coordinación que funciona desde hace más de un año seguirá trabajando, para monitorear el ritmo de las obras.
Emmanuel Acosta, uno de los amparistas, dijo que el proceso fue histórico: “Permitió que la Justicia obligue a las autoridades a dar respuesta a un reclamo vecinal”, enfatizó.
Otro de los amparistas, Luis Rocha, recordó el diálogo común con los vecinos cuando iniciaron el reclamo: “Vos, Luis, ¿creés que vamos a convencerlos de que nos hagan las obras? Y yo les decía sí, sí creo, sino no estaría juntando firmas”.
El amparo quedará cerrado judicialmente luego de que lo firmen el gobernador Juan Schiaretti y el intendente Ramón Mestre, representados ayer por apoderados. Pero es un trámite formal.
Daniel Bardagi, director de Redes Sanitarias y Gas de la Municipalidad de Córdoba, entendió que “todas las partes quedaron contentas: los estamentos estatales tanto municipal como provincial tienen tareas a seguir realizando y los vecinos lograron con un reclamo lícito que se atendiera sus pedidos”.
Los amparistas pedían el entubamiento del Canal Maestro Sur. Por cuestiones técnicas, eso fue desechado y a cambio la Provincia garantizó el mantenimiento constante. Pero el acuerdo suma aquí a los vecinos, quienes firmaron el compromiso de “evitar arrojar basura, destruir lo plantado y procurar la voluntad social de lograr el mantenimiento limpio del canal”.

“Me preocupa que el techo se caiga”
Hay una manzana en Villa El Libertador que empieza en la esquina de las calles Piedra Pintada y Molinari y como tantas otras zonas del barrio –pero de una manera tan patente– es casi inhabitable. O mejor dicho, es habitable porque los dueños de las viviendas a punto del derrumbe, no tienen más remedio que quedarse a vivir en la precariedad.
Roxana Herrera vive al 451 de Piedra Pintada. Subsiste gracias al kiosco que atiende junto a sus hijos, pero está literalmente en un pozo.
“Mi marido está enfermo y no puede trabajar y encima se nos derrumbó parte de la galería, los dormitorios se agrietaron y la humedad invadió todo el domicilio. Tuvimos que gastar mucho dinero para poner mosaicos que frenaran los brotes de agua en las paredes”, explicó Herrera, entregada a la impotencia.
En esa casa el agua emerge del piso y la familia cuenta que en cierta ocasión tuvieron que alquilar una bomba extractora para sacar el agua de una vertiente que apareció junto a la pared del domicilio.
Un poco más allá, en Piedra Pintada al 487, vive Matilde Oviedo junto a cinco hijos mayores de edad.
“Me preocupa que el techo de la habitación se caiga. Cualquier día voy a estar durmiendo y me voy a despertar con la catástrofe”, dijo.
El susto no es infundado. Antes de las fiestas navideñas de 2017 a Matilde se le derrumbó una galería y con ella la tranquilidad.

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