12 jun 2018

UNC detectó cepas patógenas en verduras

La Voz del Interior (12/06/2018)
Detectan virus en las verduras de un sector del cinturón verde

Un estudio de la UNC halló cepas patógenas en lechuga y rúcula. El trabajo es de 2012, pero persistirían las condiciones de cultivo. Desde la Municipalidad aclaran que se detectan muy pocos casos de contaminación fecal.
No hay dudas de que hay que lavar muy bien las verduras antes de consumirlas crudas. Un trabajo realizado por científicos del Instituto de Virología José Vanella, de la Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Córdoba (Inviv), encontró una razón más para insistir en esta buena práctica de higiene.
Los investigadores detectaron la presencia de virus en verduras de hoja que se cultivan en una parte del cinturón verde de la ciudad de Córdoba. Las cepas halladas están asociadas a la contaminación fecal y a problemas gastrointestinales. El trabajo –publicado días atrás– fue realizado en 2012, pero las científicas no creen que la situación haya mejorado.
“Nada ha cambiado estructuralmente desde 2012, por lo tanto no es de esperar que el agua de irrigación del cinturón verde de Córdoba tenga una calidad virológica diferente a la reportada en el trabajo”, asegura Verónica Prez, autora del estudio e integrante del Inviv.
Sin embargo, desde la Municipalidad de Córdoba aseguran que desde hace unos años es raro encontrar casos de contaminación fecal en las verduras que se venden en el Mercado de Abasto. “La situación ha mejorado mucho desde 2012”, indica Alina Rondini, jefa del Laboratorio de Alimentos de la Dirección de Calidad Alimentaria del municipio.
Y agrega: “Ningún organismo de control busca virus. Eso no quiere decir que no haya, porque son más resistentes, pero la detección de bacterias es un indicador fiable de contaminación fecal”.
A su vez, desde la Asociación de Productores Hortícolas de la Ciudad de Córdoba aclaran que las chacras que sufrían problemas de contaminación en el agua "fueron trasladadas de la zona desde hace ya varios años".
Además, agregan que desde la asociación vienen trabajando desde hace años en mejoras para garantizar la calidad de sus productos. "Un ejemplo de esto es el recientemente instalado sistema de riego de perforación que se ubica en el cinturón verde norte. Son cuatro perforaciones que cubren aproximadamente unas 500 hectáreas productivas y abastecen de agua de calidad a los sistemas de riego por goteo, en una zona donde trabajan alrededor de 60 productores", detalan.

Detalles del trabajo
El trabajo fue publicado hace unos días en la revista científica Science of the Total Environment. Del Inviv también participaron Silvia Nates, Laura Martínez, Miguel Giordano, Gisela Masachessi, Jorge Paván y Viviana Ré. El estudio se realizó en colaboración con investigadores de la Universidad de la República (Uruguay) y el Centro de Investigación y Asistencia Técnica a la Industria de Neuquén.
Los investigadores tomaron muestras de verduras de hoja de 19 quintas y 12 del agua que utilizan para riego. Además, recolectaron seis muestras de aguas residuales urbanas para analizar las variantes que circulan en la comunidad. Las muestras fueron tomadas en la zona de Chacras de la Merced. Las verduras elegidas fueron espinaca, lechuga, rúcula, achicoria y acelga.
El objetivo del estudio fue detectar norovirus, rotavirus y astrovirus humanos, todos responsables de provocar cuadros de gastroenteritis. Los norovirus fueron detectados en el 58 por ciento de las muestras de verduras, mientras que los rotavirus estaban en un cinco por ciento y los astrovirus en un 32 por ciento. Los porcentajes fueron más altos en las muestras de agua de riego y de líquidos cloacales analizadas.
Los investigadores cordobeses observaron un perfil genético similar de los virus presentes en las aguas residuales, aguas de riego y vegetales. “Estos resultados proporcionan los primeros datos para Argentina, señalando que las verduras de hoja verde están contaminadas con una amplia gama de virus entéricos y que el agua de riego sería una fuente de contaminación”, concluye el trabajo.
Y agrega que las verduras de hoja pueden actuar como posibles fuentes de transmisión de virus entéricos. “La intervención pública en el uso de las aguas del río como fuente de riego es necesaria”, advierten.

Soluciones posibles
Los virus son más resistentes a los tratamientos para potabilizar el agua y para neutralizar los efluentes cloacales. Prez explica que, según la evidencia científica, el lavado de las verduras que se realiza luego en el mercado y en las verdulerías no alcanza para eliminar la carga viral.
“El problema se mitigaría regando con aguas de buena calidad microbiológica en la etapa de producción”, comenta la investigadora. Y agrega: “La recomendación a los consumidores es lavar exhaustivamente los vegetales que se consumirán crudos con el fin de disminuir la mayor cantidad posible de carga viral”.
Desde la Municipalidad de Córdoba insisten en que los controles están funcionando. Puntualmente indicaron que ya no se detectan casos de verduras con Salmonella y, en los últimos años, menos del cinco por ciento de las muestras dio positivo para Escherichia coli. Hace 16 años ese valor era del 20 por ciento.
Asimismo, Rondini explica que si se encuentra algún caso, el quintero no puede ingresar las verduras al mercado. “Además, tratamos de encontrar la causa de la contaminación para solucionar el problema”, detalló.

En toda la cuenca
El equipo del Inviv viene analizando la presencia de virus patógenos en la cuenca del río Suquía desde hace años. “La carga viral no presenta variaciones desde el nacimiento del río en el embalse San Roque hasta luego de atravesar la ciudad. La planta de Bajo Grande no sería el responsable de la situación”, dice Prez.
Y agrega: “La contaminación fecal de aguas se remonta al propio dique e incluso a sus tributarios”.

Lavar bien frutas y vegetales, también las manos
La mejor prevención es una buena higiene en el hogar.
Primero. Para limpiar verduras y frutas, primero es importante tener las manos limpias. Lavarse con agua y jabón durante unos 20 segundos. También hay que tener limpio el lugar de trabajo y los utensilios.
Conservación. En la heladera, las frutas y las verduras que se van a consumir crudas hay que almacenarlas lejos de carnes, pescados y mariscos. También hay que evitar la contaminación cruzada en la preparación de la comida. Es decir, no usar los mismos utensilios si va a preparar una ensalada y cortar bifes.
Sumergidos. La mejor forma de lavar las verduras que se van a consumir crudas es sumergiéndolas cinco minutos en agua con un chorrito de lavandina o vinagre. Lavarlas en el chorro de agua corriente hoja por hoja también elimina los patógenos.
Bandejas. También se recomienda lavar las verduras que vienen ya cortadas y prelavadas en bandejas.

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