8 jun 2018

La contaminación de Bajo Grande en Mar Chiquita



La Voz del Interior (08/06/2018)
Contaminación por cloacas en Córdoba: ¿llega a Mar Chiquita?

Aunque faltan más estudios, hay indicios de que los volcamientos de la precaria planta de Bajo Grande ya impactan en la laguna. Si no se controla a tiempo, será un problema para el futuro del mayor parque nacional del país.
Un trámite judicial en el que se discute si una causa por contaminación es de competencia de los tribunales provinciales o de los federales abre la puerta a un interrogante de fondo: ¿el inadecuado tratamiento de cloacas de la ciudad de Córdoba ya está comprometiendo el ecosistema del que pronto será el mayor parque nacional de la Argentina?
La laguna Mar Chiquita es área protegida por la Provincia y está a punto de ser transformada en parque nacional, con lo que pasaría a formar parte de los sitios mejor conservados del país. En ese marco, aparece como un riesgo que uno de los tres ríos que tributa sus aguas a la quinta laguna salada más grande del mundo lo haga con la contaminación generada por el precario sistema cloacal de la capital cordobesa.
El juez federal Miguel Vaca Narvaja resolvió, días atrás, que una denuncia presentada por un concejal opositor contra las autoridades municipales de Córdoba por volcamientos cloacales sin tratar al río Suquía, desde la planta de Bajo Grande, no era de competencia de los tribunales nacionales, sino un asunto de la Justicia provincial. Argumentó que ese fue el ámbito de otras causas similares ya tramitadas y que, para ser federal, el caso debería involucrar a más de una provincia.
Desde el Foro Ambiental Córdoba, presentaron un recurso para que se reconsiderara la cuestión, señalando que podría estar afectada la provincia de Santiago del Estero, que comparte con Córdoba la geografía de la enorme laguna.
Para el juez, hoy no hay elementos que comprueben que haya afectación sobre la provincia vecina. Citó la respuesta dada al tribunal por el biólogo Ricardo Taselli, del Centro de Química Aplicada de la UNC, que ante la consulta sobre si la contaminación del río Suquía habría llegado a la laguna, señaló: “Es de esperar que sí, aunque habría que tomar los muestreos correspondientes para tener una evidencia objetiva”. Además, citó que debería distinguirse si hay otras fuentes adicionales de impacto, aguas abajo de la Capital.

Indicios
Desde el Foro Ambiental Córdoba, Federico Kopta apuntó que sobran evidencias de la alta contaminación registrada en los tramos del río Suquía más cercanos a la planta cloacal de Bajo Grande. En poblaciones como Capilla de los Remedios y Río Primero (en el primer tercio del recorrido del río), el impacto representa un serio riesgo desde hace años. Por eso, hay varias causas abiertas en la Justicia provincial, incluso con empleados municipales imputados.
El biólogo Kopta consideró que, aunque se deberían hacer estudios más exhaustivos y puntuales, hay suficientes elementos para considerar que la laguna Mar Chiquita ya padece impactos por la contaminación del Suquía.
La situación del Suquía (o Primero) parece contrastar con la de su paralelo río Xanaes (o Segundo), que también desemboca en la laguna. Un estudio de investigadores (Carranza, Oroná, Cosavella, Larrosa) de la UNC, publicado en 2010, describe que en sus 300 kilómetros el Xanaes “mantiene buena calidad del agua, sin diferencias significativas entre épocas de lluvia y de sequía, ni influencia de los centros poblados que atraviesa”. Aclara que sólo en el último sitio de muestreo (sobre la desembocadura en la laguna) “la calidad del agua disminuye a regular por aumento del material en suspensión, probablemente debido a la erosión del terreno”.
El Suquía, en cambio, atraviesa una geografía similar, pero numerosos estudios han advertido sobre su contaminación.
El Foro Ambiental aportó un trabajo del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (Idea), de la UNC, que recopila estudios que marcaron alta afectación por material fecal, metales pesados, pesticidas y hasta fármacos entre la planta de Bajo Grande y la ciudad de Río Primero.
Ese informe aborda luego el análisis de la Laguna del Plata, el estuario en el que desemboca el río Suquía y que está unido a la Mar Chiquita (en ciclos de bajante, como antes de 1977, estaban separadas). Allí, los investigadores (Bistoni, Hued, Ballesteros) citan los vestigios hallados de tres pesticidas ya prohibidos: lindano y DDT, por arriba de los niveles guía máximos, y endosulfán, por debajo del tope permitido por normas nacionales de calidad de agua. En pejerreyes también detectaron la presencia de PCB, un contaminante típico de zonas urbanas (se usaba en transformadores eléctricos).
Kopta planteó que “es difícil de presumir” que si el río Xanaes no recibe mayores impactos por el paso por zonas rurales agrícolas y por varias poblaciones urbanas, los tenga el Suquía al atravesar similar territorio.

Laguna del Plata
Otro estudio, publicado en 2016 por investigadores de la UNC (Bucher, Pilati, Castellino), marca para la Laguna del Plata “altos niveles de nutrientes, que hacen que se la caracterice como hipereutrófica durante todo el año, con mayor concentración de nitrógeno, fósforo y clorofila respecto al resto de la laguna Mar Chiquita”.
El estado hipereutrófico es el que caracteriza, en la mayor parte del año, al dique San Roque, el más contaminado de Córdoba. Se sabe, en ese caso, que la causa central está en el escaso tratamiento cloacal en la cuenca hídrica de Punilla.
El informe agrega que “el mayor nivel de clorofila se debe a una mayor concentración de fitoplancton, con una importante proporción de cianobacterias”. Ese párrafo parece una copia de los estudios que describen la situación del lago San Roque.
Profundizar los estudios sobre contaminación, para precisar realidades y fuentes objetivas, es vital para garantizar la sustentabilidad de un ecosistema que elevará su estatus a parque nacional.

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Un pedacito de la gigante laguna

Un alivio futuro representaría la demorada mejora del sistema cloacal de la ciudad de Córdoba. La Provincia está ejecutando actualmente la obra de ampliación de la red colectora de la Capital, además de una nueva planta de tratamiento en Bajo Grande.
Un aliciente es que el impacto percibido en la Laguna del Plata, el estuario donde el río Suquía entrega sus aguas a la Mar Chiquita, no se reproduce en el resto del gigante lago salado, que goza de mejor salud. Ese estuario representa, además, una muy pequeña porción de la superficie de la Mar Chiquita.
Un alivio futuro representaría la demorada mejora del sistema cloacal de la ciudad de Córdoba. La Provincia está ejecutando actualmente la obra de ampliación de la red colectora de la Capital, además de una nueva planta de tratamiento en Bajo Grande. Si se cumplen los plazos previstos, a fines de 2019 esos trabajos estarían terminados. A la vez, el municipio capitalino anunció un plan de mejoras en la actual y deficiente planta, que aún no se puso en marcha. Si se culminan esas obras, el impacto sobre el río Suquía se reduciría.
Además de los dos ríos cordobeses (Suquía y Xanaes), el también llamado Mar de Ansenuza es alimentado, desde el otro extremo (el norte), por el río Dulce, que baja desde Tucumán y Santiago del Estero. Desde hace años, se advierte sobre la necesidad de revisar también los efectos de los efluentes de la industria azucarera y de otras fuentes sobre ese río.

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