3 ene 2015

El Plan Provincial de Manejo del Fuego con cambios



La Voz del Interior (03/01/2015)
Habrá menos bomberos rentados en 2015

La Provincia y la Federación preacordaron algunos cambios en el reparto de fondos.  Lo que recauda el impuesto al fuego no variará.
El Plan Provincial de Manejo del Fuego no tendrá en 2015 variantes en su presupuesto y aplicará algunos leves cambios en el modo de distribución de los recursos que recauda el impuesto para financiarlo, que pagan todos los cordobeses con la factura de energía.
Marcelo Zornada, director del plan, señaló a este diario que “están avanzadas las conversaciones” entre la Provincia y las federaciones de bomberos voluntarios para acordar el mecanismo de 2015. El funcionario admitió que el esquema básico será el mismo de los últimos años, aunque marcó que ya hay un “acuerdo preliminar” con algunos cambios y aclaró que “no está cerrado y se terminará de definir en febrero”.
Germán Ternavasio, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios que nuclea al 90 por ciento de los cuarteles cordobeses, anticipó que lo preacordado implicaría un solo cambio en el modo de reparto de recursos: en vez de destinarse fondos para el pago mensual a 560 bomberos, se reducirá la cifra a 300 agentes.
De esa forma, se mantendrá ese aporte para cinco bombe­ros por cada uno de los 60 cuarteles de zona de riesgo forestal (las sierras y el noroeste provincial), pero ya no llegará para dos de los 112 cuarteles del resto de la provincia.
Durante 2014, esos 560 bomberos cobraron 3.900 pesos cada uno por mes, a cambio de una contraprestación diaria en tareas de vigía y prevención. No está definido cuánto aumentaría ese monto en 2015 para los 300 que quedarían.
“Una variante será que para dejar de hablar de bomberos rentados, porque en realidad no lo son, esos aportes ya no llegarán a los cuarteles, sino que la Provincia los depositaría a nombre de cada agente, en cuentas bancarias personales, bajo el concepto de becas de capacitación”, comentó Ternavasio.
Para los cuarteles, esa modalidad representaría una mejora porque varios temían que el anterior esquema les implicara eventuales reclamos de voluntarios respecto de una relación de tipo laboral. El pago a los bomberos genera mucha polémica en el reparto de recursos del Plan del Fuego.

Fondos
El esquema mantendría en 2015 un aporte de 170 mil pesos por año para cada cuartel, sin importar tamaños ni zonas.
Esa cifra se sumaría a la que reciben por el reparto fijo del 10 por ciento de la recaudación del impuesto al fuego, que representa unos tres mil pesos por mes para cada uno.
“El impuesto no aumenta desde hace años. Lo que se recauda no ha variado pero la inflación se lo va comiendo. Hoy el mismo monto recaudado alcanza para mucho menos que hace dos o tres años”, subrayó Ternavasio.
Aunque los cuarteles promovían un ajuste en el valor del tributo, el Gobierno provincial –que incrementó la mayoría de sus tasas e impuestos– decidió no tocar el del fuego.
Según el presupuesto pro­vincial 2015, la Provincia prevé recaudar 58.783.000 pesos anuales por ese tributo. Fue creado en 2004 y el último ajuste de su valor fue en 2010. Desde entonces, cada cordobés paga con su factura de energía un adicional de 5,25 pesos por mes si es usuario residencial, 6,20 si es comercio y 220 si se trata de grandes consumidores.
En 2014, el principal destino de ese tributo (26 millones de pesos) fue el pago a los 520 bomberos que percibieron aportes.
El resto fue para aportes a cuarteles, el pago de la obra social Apross para los cinco mil bomberos voluntarios activos, la compra de equipamiento y gastos de funcionamiento.

Al día
La Federación de Bomberos indicó que los aportes comprometidos por el Plan Provincial del Fuego de 2014 a los cuarteles “están al día”. En septiembre pasado se les anticipó el aporte del último cuatrimestre a todos, salvo a un puñado que no tiene su administración al día.
En agosto pasado se había generado una controversia porque, a esa altura, aún los cuarteles no habían percibido ningún recurso correspondiente a 2014. La situación se normalizó en el segundo semestre.
Ternavasio aseveró además que todos los cuarteles cordobeses percibieron ya el subsidio nacional, previsto por ley para los casi 900 destacamentos de todo el país. Para 2014 fueron 227 mil pesos por cuartel, sin importar su tamaño. “Para 2015 se supone que la cifra será algo superior”, vaticinó.

Monto devaluado
“El impuesto no aumenta desde hace años. Lo que se recauda no varió pero la inflación se lo va comiendo. Hoy el mismo monto alcanza para mucho menos que hace dos o tres años”, subrayó Ternavasio, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios.

2012 y 2014, con menos hectáreas quemadas
Poco. El año 2014 terminó con la menor superficie quemada en Córdoba de las dos últimas décadas, junto con 2012. En ambos casos, fueron casi 10.900 hectáreas, en todo el territorio provincial, según las estadísticas oficiales del Plan Provincial de Manejo del Fuego, que asegura obtenerlas mediante imágenes satelitales comparadas.
Causas. El hecho de que haya habido más días lluviosos en invierno y primavera que lo habitual es la principal explicación para ese resultado. A fines de noviembre pasado, este diario adelantó que 2014 estaría entre los dos años con menos superficie quemada desde que se lleva la estadística.
2013. Con 151 mil hectáreas bajo fuego, ese año será recordado como el de los fuegos más devastadores, porque la mayor superficie quemada se dio entre forestación serrana, con graves daños ambientales, paisajísticos y económicos, sobre todo por los focos de septiembre.
Récord. En la última década, el año con más superficie quemada fue 2009, con 226 mil hectáreas.


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Una controversia que se encendió y luego se apagó

Fue en agosto pasado cuando el gobernador José Manuel de la Sota difundió sus cuestionamientos.
Criticó el modo en que la propia Provincia distribuía los recursos del impuesto al fuego que recauda. “Cada vez tenemos más bomberos rentados y esto creo que no es bueno”, dijo, en una ronda de prensa. Fue en réplica a las quejas de cuarteles por demoras en el pago de los aportes comprometidos.
Esa vez, De la Sota opinó que “se está desnaturalizando el fondo contra el fuego”, porque –dijo– se destinan más recursos al pago de ­bomberos que a la compra de equipamiento.
La declaración sorprendió porque es el propio Gobierno provincial el que define el destino de los fondos que recauda el impuesto al fuego.
Un par de días tardó la Federación de Bomberos Voluntarios de Córdoba en salir al cruce. “No es así, no se puede hablar de sueldos. Se trata de bomberos que reciben un reconocimiento de gastos por el tiempo afectado a la tarea diaria de prevención y vigía que se les encarga”, señaló la agrupación de cuarteles.
Antes, algunos legisladores opositores y la Cámara de la Madera (que representa a forestadores y aserraderos) habían sugerido que en vez de pagar a voluntarios, la Provincia avance en la creación de una brigada profesional y especializada en incendios forestales, de 150 hombres.
La Federación de Bomberos objetó esa propuesta. Defendió “mantener la idea del voluntariado” y sostuvo que “pagar a 150 empleados fijos costará mucho más que abonar una suma como contribución a cientos de bomberos por una tarea diaria. Y ante cualquier incendio im­portante, 150 no alcanzarían nunca”.
La discusión no avanzó. El gobernador no volvió a cuestionar el esquema, como tampoco ninguno de sus funcionarios. 2014 pasó con pocos incendios, en comparación con otros años, lo que ayudó a hacer desvanecer la polémica.

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El oxímoron de los voluntarios que cobran

¿Cómo exigirle a un voluntario que realice tareas diarias? Ese compromiso ya se parece a un trabajo. El ­interrogante es si este es el modo más adecuado.
Se define como oxímoron a la combinación de dos conceptos de significado contradictorio, contenidos en una misma expresión. Voluntarios que cobran por su tarea es un perfecto oxímoron.
El año pasado, el 11 por ciento de los cinco mil bom­beros voluntarios cordobeses recibió un pago mensual de 3.900 pesos. Este año, se reduciría al seis por ciento.
Ese esquema fue adoptado hace años por el Plan Provincial de Manejo del Fuego, en acuerdo entre la Provincia y las federaciones que agrupan a los cuarteles de bomberos.
Desde siempre generó ruidos. Por un lado, complica la imagen de voluntariado, que ennoblece e identifica a los bomberos, y puertas adentro de los cuarteles motivó rispideces entre los pocos que cobran y los muchos que no.
Por otra parte, ese aporte representa el principal destino del impuesto al fuego: en 2014, se llevó 26 de los 58 millones recaudados.
Sin embargo, una pregunta queda sin respuesta: ¿cómo exigirle a un voluntario que realice tareas diarias? Ese compromiso ya se parece a un trabajo que, como tal, debe ser recompensado. En todo caso, el interrogante es si este es el modo más adecuado.
Si se asume como cierto que las tareas de patrullaje y vigías en zonas de riesgo son ­claves para prevenir y detectar a tiempo focos de fuego, no puede encomendarse esa tarea a voluntarios: se trata de una contraprestación de varias horas por día.
También se ha puesto en duda que efectivamente todos esos agentes cumplan con la contraprestación diaria. Como el monto pagado es bajo (mucho menor a un sueldo promedio) y el Plan del Fuego a veces demora los aportes a los cuarteles varios meses, se ha admitido que el cumplimiento se ­relativiza.
O que se concentra en algunos meses (los de mayor riesgo de incendios) y se relaja el resto del año. En ese caso, la Provincia debería controlar que la contraprestación sea cumplida, y los cuarteles, ayudar a evitar distorsiones.
Si no, será hora de imaginar variantes y debatirlas en forma abierta y plural.
Preservar el prestigio de nuestros bomberos es importante. Velar por un uso eficiente y transparente de los fondos públicos destinados al control del fuego es relevante. Pero, sobre todo, resulta esencial que Córdoba ya no siga quemando sus suelos, sus bosques y su ambiente, que es decir su sustentabilidad.

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