19 ene 2015

Críticas al estado del Río Cuarto

El Puntal de Río Cuarto (19/01/2015)
El río, plagado de malezas, barro y con enormes bancos de arena

En los sectores de balneario, el curso de agua se hace cada vez más angosto por la acumulación de áridos, sobre los cuales prolifera descontroladamente la vegetación. El paisaje se parece al de un baldío
El río Cuarto parece abandonado a la buena de Dios. En momentos en que gran cantidad de familias se acercan para refrescarse y disfrutar de la vida al aire libre, el lecho mismo está ganado por malezas, bancos de arena y barro, a lo que eventualmente se le suman toda clase de desperdicios. Si bien la afluencia de gente no se ha interrumpido, lo cierto es que no se aprovecha de la misma manera que antes. Además, es una postal no muy agradable para quienes visitan la ciudad por unos días.
Para un importante número de riocuartenses, el río es una alternativa cuando el calor aprieta y ya no se lo soporta en casa. No son pocas las familias que llegan a la costanera  para pasar el día, principalmente durante los fines de semana.
A diferencia de las calles del centro y de los barrios, donde el pavimento parece hervir, el verde y la sombra en las costas le dan un respiro al calor agobiante. Y, si eso no alcanza, también está la posibilidad de refrescarse en el agua.
Pero desde un tiempo a esta parte, el río Cuarto luce abandonado. Donde antes el curso era tan extenso que tomaba varios minutos cruzarlo, ahora hay dos hilos de agua, separados entre sí por enormes bancos de arena. Ahora, el paisaje se parece más  al de una playa que a la imagen que todos tienen del río Cuarto. Es así al menos en buena parte de los tramos que se utilizan como balneario, principalmente del puente carretero hacia el colgante.

Por los bancos de arena, es otro el paisaje
Tanto en el centro del cauce como cerca de las costa, extensos bancos de arena parecen cubrirlo todo. La falta de mantenimiento queda en evidencia por el tamaño de las malezas que crecen sobre estos islotes, y en muchos casos superan el metro y medio de altura.
Se forman verdaderos matorrales en medio del lecho, y en muchos sectores el paisaje se parece más a un terreno baldío que a la tradicional imagen del río Cuarto.
Es lo que se ve desde el puente carretero hacia el puente colgante, e incluso más allá de éste: no sólo acumulación de áridos, sino la proliferación de malezas sin ningún tipo de mantenimiento.

También se acumula el barro
Por si fuera poco, a esto se le suma la presencia de barro. Cerca de los azudes, por ejemplo, hay varios metros donde el lodazal le ganó terreno a la arena, formando charcos de agua estancada. Para el visitante, esto no es para nada agradable, porque además hay un fuerte olor a barro descompuesto.

Según varios especialistas, esto se debe al mayor arrastre de sedimentos desde los campos al río, que a su vez se explicaría por la mayor superficie cultivada con siembra directa.

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Más Información:

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