18 mar 2014
Detectan que Repat SA arroja patógenos a Bajo Grande
9:00 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (18/03/2014)
Irregularidades en tratamiento de residuos patógenos
Auditorías de la Secretaría de Ambiente provincial detectaron que la firma Repat tira desechos de hospitales en Bajo Grande y no opera correctamente los equipos.
El mal funcionamiento de una planta que trata residuos patógenos puede transformarse en un cóctel peligroso para la salud y el ambiente.
Es el caso de lo que sucedió al menos entre octubre de 2012 y marzo de 2013 con la empresa Repat S.A., ubicada en el camino a Capilla de los Remedios en la jurisdicción de Toledo, y que trata un tercio de los residuos patógenos que se generan en la provincia. El mal funcionamiento continuaría hasta la fecha.
Técnicos de la Secretaría de Ambiente de la Provincia fueron los que constataron reiteradas veces irregularidades en el funcionamiento de Repat.
A pesar de estas advertencias, la anterior gestión, en su momento a cargo de Federico Bocco, le otorgó el Certificado Ambiental para que funcione.
Aún más, días antes de que este funcionario se fuera de su cargo, a principios de diciembre de 2013, le dio un nuevo certificado a pesar de que el que le había otorgado anteriormente no había vencido.
Los residuos patógenos son los que se generan en hospitales, clínicas y veterinarias. Se trata de muestras de sangre y de tejidos, jeringas, cánulas, algodones, gasas y todos los elementos que estuvieron en contacto con pacientes y que pueden estar contaminados con virus o bacterias nocivas.
Para descontaminar estos materiales se utilizan diferentes métodos. Repat emplea la esterilización por autoclave. Las bolsas con residuos patógenos son colocadas en un aparato sellado que funciona como gran olla a presión. El calor y la presión matan los gérmenes.
La empresa recibe los residuos de las clínicas más importantes de la ciudad de Córdoba y de algunos hospitales públicos de la Capital.
Una vez esterilizados, los restos sólidos pueden disponerse en un entierro sanitario. El agua utilizada en la autoclave y la que se usa para limpiar los vehículos que transportan las bolsas a la planta es considerada como un residuo peligroso y deben recibir un tratamiento especial.
Mal funcionamiento
Según las auditorías de Ambiente, en Repat los líquidos residuales no eran tratados. Un camión atmosférico los trasladaba hasta la planta de tratamiento de líquidos cloacales en Bajo Grande.
El informe técnico de octubre de 2012 sugiere iniciar un sumario administrativo, entre otros hechos por “entregar los líquidos y barros de las cámaras receptoras de efluentes sin tratar a la empresa transportista Interservis, dedicada al transporte de líquidos cloacales”.
La misma situación fue verificada en un informe de marzo de 2013 en el que se sugiere que el secretario de Ambiente tramite la caducidad del Certificado Ambiental.
Personas que conocen el funcionamiento de la planta indicaron que se generan alrededor de tres mil litros diarios de agua contaminada. Todo indica que en la actualidad siguen usando la misma metodología.
Desde la actual gestión de Ambiente indicaron que la última auditoría realizada a Repat es la de marzo de 2013, cuando se detectaron las irregularidades.
Germán Pratto, el actual secretario de Ambiente, indicó que se están realizando más auditorías en generadores, transportistas y operadores de residuos peligrosos para regularizar la situación y detectar posible faltas.
Otras faltas
Las inspecciones en Repat también constataron que estaban operando mal la autoclave.
En el informe de marzo de 2013 se le pide que no sobrecargue este aparato con más residuos de los que admite. Los expedientes y las auditorías encontraron que colocaban hasta 700 kilos, cuando el máximo admitido es de 500.
Hasta esa fecha la empresa tampoco había presentado documentación para acreditar que está realizando las mediciones de esterilización durante la operación del equipo para asegurar su correcto funcionamiento.
A su vez, en auditorías anteriores se había constatado que las variables de temperatura, tiempo y presión no eran las indicadas para que la autoclave funcione correctamente.
Si a esto se suma, que colocaban más carga de lo admitido, se deduce que están fallando en el objetivo de transformar esos residuos patógenos en desechos inertes.
Esta falla podría representar un riesgo para la salud y el ambiente. La población en más riesgo es la que manipula estos residuos, por ejemplo, quienes realizan la disposición final en el enterramiento sanitario que la empresa Crese tiene en Piedras Blancas, al sur de la ciudad de Córdoba.
Repat también tenía apagada la cámara de frío. Cuando los residuos patógenos llegan a la planta deben almacenarse allí para evitar que los gérmenes sigan prosperando.
Tampoco tenían la autorización de Recursos Hídricos de la Provincia para extraer agua del subsuelo. A su vez, la zona donde se deben lavar los camiones transportistas no contaba con el sistema de rejillas y la superficie suficiente como para garantizar que no se contamine el predio circundante.
Versión de la empresa
El diario consultó a la empresa. “No hay ninguna irregularidad, tenemos todo en regla”, indicó Pedro Flores, uno de los responsables de Repat.
Ante el pedido de documentación que acredita el correcto funcionamiento de la autoclave, la empresa se negó a dar esa documentación.
Concretamente, se le pidió las tres últimas pruebas de esterilización efectuadas.
No autorizado. La firma Repat tampoco tenía la autorización de Recursos Hídricos de la Provincia para extraer agua del subsuelo.
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Si no hay buena separación en origen, el riesgo es mayor
La ONG Salud sin daño asegura que la contaminación se agrava si no hay una buena gestión de residuos en los hospitales.
“El problema comienza con la separación que se haga en el origen. Si eso se hace mal, puede ser peligroso”, indicó Verónica Odriozola, titular de Salud sin daño.
Con los residuos patógenos, no deberían colocarse residuos químicos tóxicos como medicamentos vencidos, restos de mercurio, elementos radiactivos utilizados en técnicas de diagnóstico por imágenes.
A su vez, explicó que la autoclave debe ser operada correctamente. De lo contrario, hay riesgo de que no se logre una esterilización correcta y puede haber riesgo biológico.
“Si el tratamiento es el correcto, los residuos que salen de allí están esterilizados o son comparables con los residuos sólidos urbanos”, aseguró.
La experta indicó que está mejorando la gestión de los residuos en los institutos de salud. “Se está perdiendo está lógica de poner todo en la bolsa roja (de residuos patógenos). Sólo del 3 al 5 por ciento de los residuos hospitalarios son los que deben tratarse como patógenos”, indicó.
Y agregó: “Pero a veces ponen hasta un yeso, cuando no se justifica porque no hay riesgo biológico. En el sector privado se manda por demás para evitar problemas judiciales”.
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Por qué requieren un trabajo diferenciado
Los residuos patógenos son la parte de los residuos peligrosos que contiene gérmenes o microorganismos que pueden ser dañinos para la salud humana.
Los residuos patógenos son la parte de los residuos peligrosos que contiene gérmenes o microorganismos que pueden ser dañinos para la salud humana. Y en su inmensa mayoría son generados por hospitales, clínicas, laboratorios, consultorios odontológicos y centros de salud.
Incluyen gasas, algodones, jeringas, cortantes o punzantes usados; cultivos de laboratorio; sangre y derivados; residuos anatómicos patológicos y quirúrgicos; y residuos odontológicos, entre otros elementos que pueden estar contaminados con virus, bacterias, hongos o esporas, capaces de provocar distintos tipos de infecciones o enfermedades a las personas que estén expuestas a ellos. Esto incluye tanto a los trabajadores de los establecimientos como a otros pacientes.
Infecciones respiratorias; dermatitis; conjuntivitis; hepatitis A, B y C; y VIH, así como otras virosis y patologías de origen bacteriano, se cuentan entre las enfermedades que, de acuerdo con documentos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pueden ocurrir ante el contacto de estos residuos sin las adecuadas medidas de seguridad.
Por eso, según destacó el biólogo Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental, requieren un tratamiento diferenciado de los residuos comunes, que destruya o inactive los gérmenes capaces de producir infecciones.
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Irregularidades en tratamiento de residuos patógenos
Auditorías de la Secretaría de Ambiente provincial detectaron que la firma Repat tira desechos de hospitales en Bajo Grande y no opera correctamente los equipos.
El mal funcionamiento de una planta que trata residuos patógenos puede transformarse en un cóctel peligroso para la salud y el ambiente.
Es el caso de lo que sucedió al menos entre octubre de 2012 y marzo de 2013 con la empresa Repat S.A., ubicada en el camino a Capilla de los Remedios en la jurisdicción de Toledo, y que trata un tercio de los residuos patógenos que se generan en la provincia. El mal funcionamiento continuaría hasta la fecha.
Técnicos de la Secretaría de Ambiente de la Provincia fueron los que constataron reiteradas veces irregularidades en el funcionamiento de Repat.
A pesar de estas advertencias, la anterior gestión, en su momento a cargo de Federico Bocco, le otorgó el Certificado Ambiental para que funcione.
Aún más, días antes de que este funcionario se fuera de su cargo, a principios de diciembre de 2013, le dio un nuevo certificado a pesar de que el que le había otorgado anteriormente no había vencido.
Los residuos patógenos son los que se generan en hospitales, clínicas y veterinarias. Se trata de muestras de sangre y de tejidos, jeringas, cánulas, algodones, gasas y todos los elementos que estuvieron en contacto con pacientes y que pueden estar contaminados con virus o bacterias nocivas.
Para descontaminar estos materiales se utilizan diferentes métodos. Repat emplea la esterilización por autoclave. Las bolsas con residuos patógenos son colocadas en un aparato sellado que funciona como gran olla a presión. El calor y la presión matan los gérmenes.
La empresa recibe los residuos de las clínicas más importantes de la ciudad de Córdoba y de algunos hospitales públicos de la Capital.
Una vez esterilizados, los restos sólidos pueden disponerse en un entierro sanitario. El agua utilizada en la autoclave y la que se usa para limpiar los vehículos que transportan las bolsas a la planta es considerada como un residuo peligroso y deben recibir un tratamiento especial.
Mal funcionamiento
Según las auditorías de Ambiente, en Repat los líquidos residuales no eran tratados. Un camión atmosférico los trasladaba hasta la planta de tratamiento de líquidos cloacales en Bajo Grande.
El informe técnico de octubre de 2012 sugiere iniciar un sumario administrativo, entre otros hechos por “entregar los líquidos y barros de las cámaras receptoras de efluentes sin tratar a la empresa transportista Interservis, dedicada al transporte de líquidos cloacales”.
La misma situación fue verificada en un informe de marzo de 2013 en el que se sugiere que el secretario de Ambiente tramite la caducidad del Certificado Ambiental.
Personas que conocen el funcionamiento de la planta indicaron que se generan alrededor de tres mil litros diarios de agua contaminada. Todo indica que en la actualidad siguen usando la misma metodología.
Desde la actual gestión de Ambiente indicaron que la última auditoría realizada a Repat es la de marzo de 2013, cuando se detectaron las irregularidades.
Germán Pratto, el actual secretario de Ambiente, indicó que se están realizando más auditorías en generadores, transportistas y operadores de residuos peligrosos para regularizar la situación y detectar posible faltas.
Otras faltas
Las inspecciones en Repat también constataron que estaban operando mal la autoclave.
En el informe de marzo de 2013 se le pide que no sobrecargue este aparato con más residuos de los que admite. Los expedientes y las auditorías encontraron que colocaban hasta 700 kilos, cuando el máximo admitido es de 500.
Hasta esa fecha la empresa tampoco había presentado documentación para acreditar que está realizando las mediciones de esterilización durante la operación del equipo para asegurar su correcto funcionamiento.
A su vez, en auditorías anteriores se había constatado que las variables de temperatura, tiempo y presión no eran las indicadas para que la autoclave funcione correctamente.
Si a esto se suma, que colocaban más carga de lo admitido, se deduce que están fallando en el objetivo de transformar esos residuos patógenos en desechos inertes.
Esta falla podría representar un riesgo para la salud y el ambiente. La población en más riesgo es la que manipula estos residuos, por ejemplo, quienes realizan la disposición final en el enterramiento sanitario que la empresa Crese tiene en Piedras Blancas, al sur de la ciudad de Córdoba.
Repat también tenía apagada la cámara de frío. Cuando los residuos patógenos llegan a la planta deben almacenarse allí para evitar que los gérmenes sigan prosperando.
Tampoco tenían la autorización de Recursos Hídricos de la Provincia para extraer agua del subsuelo. A su vez, la zona donde se deben lavar los camiones transportistas no contaba con el sistema de rejillas y la superficie suficiente como para garantizar que no se contamine el predio circundante.
Versión de la empresa
El diario consultó a la empresa. “No hay ninguna irregularidad, tenemos todo en regla”, indicó Pedro Flores, uno de los responsables de Repat.
Ante el pedido de documentación que acredita el correcto funcionamiento de la autoclave, la empresa se negó a dar esa documentación.
Concretamente, se le pidió las tres últimas pruebas de esterilización efectuadas.
No autorizado. La firma Repat tampoco tenía la autorización de Recursos Hídricos de la Provincia para extraer agua del subsuelo.
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Si no hay buena separación en origen, el riesgo es mayor
La ONG Salud sin daño asegura que la contaminación se agrava si no hay una buena gestión de residuos en los hospitales.
“El problema comienza con la separación que se haga en el origen. Si eso se hace mal, puede ser peligroso”, indicó Verónica Odriozola, titular de Salud sin daño.
Con los residuos patógenos, no deberían colocarse residuos químicos tóxicos como medicamentos vencidos, restos de mercurio, elementos radiactivos utilizados en técnicas de diagnóstico por imágenes.
A su vez, explicó que la autoclave debe ser operada correctamente. De lo contrario, hay riesgo de que no se logre una esterilización correcta y puede haber riesgo biológico.
“Si el tratamiento es el correcto, los residuos que salen de allí están esterilizados o son comparables con los residuos sólidos urbanos”, aseguró.
La experta indicó que está mejorando la gestión de los residuos en los institutos de salud. “Se está perdiendo está lógica de poner todo en la bolsa roja (de residuos patógenos). Sólo del 3 al 5 por ciento de los residuos hospitalarios son los que deben tratarse como patógenos”, indicó.
Y agregó: “Pero a veces ponen hasta un yeso, cuando no se justifica porque no hay riesgo biológico. En el sector privado se manda por demás para evitar problemas judiciales”.
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Por qué requieren un trabajo diferenciado
Los residuos patógenos son la parte de los residuos peligrosos que contiene gérmenes o microorganismos que pueden ser dañinos para la salud humana.
Los residuos patógenos son la parte de los residuos peligrosos que contiene gérmenes o microorganismos que pueden ser dañinos para la salud humana. Y en su inmensa mayoría son generados por hospitales, clínicas, laboratorios, consultorios odontológicos y centros de salud.
Incluyen gasas, algodones, jeringas, cortantes o punzantes usados; cultivos de laboratorio; sangre y derivados; residuos anatómicos patológicos y quirúrgicos; y residuos odontológicos, entre otros elementos que pueden estar contaminados con virus, bacterias, hongos o esporas, capaces de provocar distintos tipos de infecciones o enfermedades a las personas que estén expuestas a ellos. Esto incluye tanto a los trabajadores de los establecimientos como a otros pacientes.
Infecciones respiratorias; dermatitis; conjuntivitis; hepatitis A, B y C; y VIH, así como otras virosis y patologías de origen bacteriano, se cuentan entre las enfermedades que, de acuerdo con documentos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pueden ocurrir ante el contacto de estos residuos sin las adecuadas medidas de seguridad.
Por eso, según destacó el biólogo Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental, requieren un tratamiento diferenciado de los residuos comunes, que destruya o inactive los gérmenes capaces de producir infecciones.
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