1 mar 2012

Un cielo sin mariposas

Día a Día (01/03/2012)
Un cielo sin mariposas



Casi no se vieron estos llamativos y simpáticos insectos durante este verano. El dato preocupa a estudiosos locales. Las que sí se ven (y molestan mucho) son las mariposas nocturnas.
En los últimos días hubo mucha presencia de mariposas nocturnas. De eso no hay que preocuparse, afirman desde la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Aseguran que es un fenómeno de la época y que está muy relacionado con los yuyos altos. Lo que inquieta a los investigadores es la falta de mariposas de colores, las que deberían decorar las tardes en la ciudad.
Un grupo de estudiosos de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales viene observando que durante la temporada estival se vieron muy pocos de estos insectos y están preocupados por el tema porque, aseguran, son síntomas de otros problemas.
Una de estas situaciones es la falta de lluvias que se registró en Córdoba durante diciembre. Los investigadores, basados en observaciones y mediciones en la Reserva General San Martín, al noroeste de la ciudad, concluyeron que con las últimas lluvias se comenzó a ver más diversidad de especies en el paisaje pero no un aumento significativo de la cantidad.
Adriana Zapata, doctora en entomología, integrante del Centro de Investigaciones Entomológicas de la UNC y del grupo de científicos que trabaja en la reserva San Martín, aseguró: “Este es un dato que nos preocupa por las diversas funciones que tienen estos animales en el ecosistema. Primero está relacionado con la sequía que hubo en Córdoba durante el año pasado, y vemos también que es un claro síntoma de la falta de alimento que tienen las mariposas por la desaparición de las plantas nativas y los espacios verdes, en el caso de la ciudad”.
Las observaciones no sólo se focalizan en la reserva municipal. También están basadas en un tramo del río Suquía, que cubre el área que va desde el puente Eliseo Cantón hasta el Avellaneda, donde se consideraba que las mariposas podían encontrar condiciones óptimas en la ciudad para desarrollarse por la baja incidencia de la urbanización.
“Todo está muy relacionado con la baja oferta alimenticia que tienen las mariposas, es decir la falta de plantas, que es su fuente principal de alimentación. Por ejemplo, en esa zona del Suquía, que está en barrio Providencia, antes había muchísimas porque no había tantos departamentos pero sí teníamos muchas casas con jardines. Sin esto, las mariposas pierden su fuente de subsistencia”, asegura Zapata.
La función de estos insectos es clave en el entramado ecosistémico. Con sus llamativos colores y sus vuelos dibujados, las mariposas ayudan a la transmisión de polen entre las flores, son también la fuente de alimento para varias especies de aves e invertebrados, como las arañas, y como se alimentan de plantas son controladores naturales de la masa vegetal. También, ayudan al reciclado de nutrientes en el suelo mediante sus excrementos.
Este grupo de investigadores espera que las últimas lluvias hayan ayudado al desarrollo de las mariposas. “Ellas también necesitan de las plantas para reproducirse, ya que allí es donde se desarrollan las larvas, por eso, si las lluvias le fueron de ayuda a las mariposas se espera que para finales de marzo haya una buena cantidad en Córdoba”, explicó la especialista.
Las nocturnas pululan. Mientras faltan mariposas de colores, las especies nocturnas están eclosionando en la ciudad. Pese a ser molestas y desagradables a la vista, Zapata asegura que no representan ningún peligro y que su populosa existencia en esta época es lo esperado.
“La gran presencia de yuyos en la ciudad es lo que hace que abunden estas mariposas y justamente eso es lo que estimula su crecimiento. La humedad hace que haya más comida y por ende se desarrollan más rápido, por eso hay tantas”, sostuvo la bióloga.
Adriana definió a esta clase de mariposas como “molestas” y “desagradables” por su aspecto: marrones insulsas, con las alas plegadas sobre el cuerpo cuando están en reposo, peludas y con pequeñas marcas naranjas en las alas.
La entomóloga recomendó no combatir estas alimañas con insecticidas porque en definitiva son los dueños de casa los que terminan afectados por el veneno. Para alejarlas, la especialista recomienda mantener puertas y ventanas cerradas, usar telas mosquiteras o luces distractivas lejos de las viviendas para que las mariposas se alejen.
“Se suelen posar en ventanas y luces. Son inofensivas, no representan ningún peligro para las personas en ninguna circunstancia, lo que tienen es que son molestas”, indicó.
Como son insectos que se alimentan de pastos, pueden generar algunos inconvenientes en productores que se especializan en cultivos como el maíz.
Consultada la bióloga sobre por qué estas mariposas son atraídas por la luz, respondió: “No hay una respuesta al respecto, a casi todas las mariposas las atrae. Una de las explicaciones es que tal vez la luna actúa en ellas como una especie de guía durante sus viajes nocturnos, por eso se juntarían en lugares iluminados. Pero es una de las hipótesis. Las mariposas se mueren alrededor de las luces porque quedan como aturdidas”.
Registro. En la Reserva se observaron 42 especies de mariposas diurnas. Aseguran que esa diversidad es baja.

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