3 oct 2011

Afecciones respiratorias por la contaminación

La Voz del Interior (03/10/2011)
Por el aire contaminado, sube del 5 al 10% el riesgo de tener un mal respiratorio

Un estudio epidemiológico pionero en el país evaluó las consecuencias de la polución atmosférica en Córdoba. La primavera es tan crítica como el invierno. Los mayores de 60 años constituyen la población más vulnerable.
En un reciente informe, la Organización Mundial de la Salud calculó que cada año dos millones de personas mueren en el mundo a causa del aire contaminado de las ciudades.
En Argentina, poco se sabe sobre la real incidencia que tiene la polución atmosférica en la salud. No hay estudios porque no se miden los contaminantes y porque los datos de salud pública son inaccesibles. A pesar de estas complicaciones, Hebe Carreras, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, realizó quizá el primer trabajo sobre este tema en el país.
Relacionó datos meteorológicos, incluida la visibilidad –estrechamente vinculada con la contaminación atmosférica–, con la cantidad de ingresos de pacientes con enfermedades respiratorias en los dispensarios de la ciudad de Córdoba. El trabajo lo realizó en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard en su estadía por una beca posdoctoral.
En el estudio epidemiológico tomó los datos de 2005 a 2008 de 95 dispensarios de la Capital. Se centró en las pacientes con enfermedades respiratorias superiores (otitis, faringitis o laringitis) e inferiores (bronquitis o neumonía). Para el mismo período recolectó las variables meteorológicas como temperaturas media, máxima y mínima, velocidad del viento, humedad y visibilidad.
La variación diaria. Detectó que no son las bajas temperaturas, sino la variación diaria de temperatura (diferencia entre la mínima y máxima en un día) la principal responsable del aumento en la incidencia de enfermedades respiratorias. Esto ocurre tanto en invierno como en primavera. En estas temporadas, el riesgo de padecer problemas respiratorios llega a aumentar del 6,6 al 12,5 por ciento. En el caso de neumonía y bronquitis, el mayor riesgo es en primavera.
“Los cambios bruscos de temperatura, como pasar de un día cálido a tener viento frío, provocan que se dispare el cuadro en gente con el sistema inmune deprimido o que está incubando alguna enfermedad”, comenta Carreras. Y explica que está comprobado que cuando uno aspira aire frío varios mecanismos de defensa se vuelven menos eficientes. “Los cilios que tenemos en la nariz se mueven menos. Atrapan menos partículas y patógenos”, dice.
A su vez, durante el invierno y con los vientos de principios de primavera es cuando aumenta considerablemente la cantidad de partículas en suspensión. En Córdoba, no hay datos sistemáticos sobre material particulado en suspensión (PM), un dato clave para saber el grado de contaminación atmosférica de una ciudad.
Carreras utilizó el parámetro visibilidad como medida indirecta del PM. “Corroboré la relación entre visibilidad y PM con datos antiguos de cuando la Municipalidad medía este contaminante con los camiones atmosféricos”, explica. Descubrió que la disminución en la visibilidad es responsable del 5 y 10 por ciento de incremento en admisiones hospitalarias por enfermedades respiratorias de las vías superiores e inferiores, respectivamente.
“En primavera incide menos la variación térmica. Los factores meteorológicos que influyen son los vientos fuertes y los períodos secos que cada vez se extienden más. No hay humedad por lo que el polvo en suspensión aumenta”, comenta.
Mayores riesgos. Los mayores de 60 años son los más vulnerables. En este grupo, el riesgo de contraer enfermedades respiratorias es cuatro veces mayor (17 y 23 por ciento para enfermedades respiratorias superiores e inferiores) al que presenta el resto de la población (4 y 6 por ciento). “Entre otras causas, se debe a la menor capacidad de regulación térmica de los abuelos”, explica.
“Es información clave para orientar la prevención en grupos de riesgo y en las épocas con mayor incidencia”, dice.

En el mundo y en Córdoba
OMS. El trabajo de la OMS dado a conocer la semana pasada abarca datos de más de mil ciudades de 91 países. Más de dos millones de personas mueren cada año a causa de la contaminación del aire, dice el trabajo.
PM10. El material particulado de menos de 10 micras de tamaño (PM10) puede penetrar en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, y causar así cardiopatías, cáncer de pulmón, asma e infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores.
Límite. La OMS establece que no debe haber más de 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3) como media anual en las ciudades.
Córdoba. Un estudio realizado por la investigadora Beatriz Toselli detectó que en el centro de Córdoba hay entre 31 y 107 µg/m3 de PM10 y, entre 14 y 101 µg/m3, en Ciudad Universitaria. También detectó que la principal fuente es el material particulado ya existente que vuelve a suspenderse, seguido por el tráfico y el emitido por las industrias.
En aumento. Según la OMS, la mortalidad atribuible a la contaminación atmosférica aumentó en los últimos años. Se calcula que una reducción de una media anual de 70 µg/m3 de PM10 a 20 µg/m3 disminuiría en un 15% la mortalidad.

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