26 jun 2011

Alejandra, "la señora carayá"

La Voz del Interior (26/06/2011)
Alejandra, "la señora carayá"



Es la fundadora del centro de rehabilitación de monos carayá único en su tipo en Latinoamérica. Hace 20 años que está en las sierras de Córdoba, a 11 kilómetros de La Cumbre. Allí conviven133 de estos ejemplares.
Todavía le parece un sueño que Jane Goodall, la reconocida primatóloga inglesa que dedicó más de 30 años al estudio del comportamiento de los chimpancés en África, haya visita­­do el centro de rehabilitación de monos carayá que organizó hace 20 años en las sierras de Córdoba, a 11 kilómetros de La Cumbre. Aún le asombra y la llena de felicidad, también, la carta manuscrita que recibió de “Lady chimpancé”, poco después de aquel encuentro de dos mundos, en octubre de 2009.
Allí, la fundadora del sitio de investigación Gombe Stream, en la reserva del mismo nombre, a orilla del lago Tanganyka, en Tanzania, le comenta el deslumbramiento que le provocó ver a los monos aulladores, en proceso de reeducación, en estado de libertad, conformando familias e integrando grupos tribales.
“Es que generalmente la rehabilitación de animales se hace en habitáculos especialmente acondicionados, no en estado natural”, explica Alejandra Juárez, mientras le da achicoria a “Bubú”, la primera mona que ingresó al refugio. Se la entregaron los Bomberos de Villa Carlos Paz por sugerencia de Vida Silvestre Argentina. Es abuela de los mellizos que nacieron hace dos semanas. “No hay antecedentes de alumbramiento gemelar de carayá en el mundo”, asegura.
Un “bebé” se le cuelga de la bufanda, otro le abraza con la cola la botamanga del pantalón y un tercero, juvenil, le reclama su ración colgado de la rama de un árbol. Ella les pide que se porten bien. Les habla con suavidad y calidez. La respuesta de sus protegidos es increíble...
La amiga de Silvio. Alejandra es muy conocida por quienes trabajan en la temática ambiental. Recuerdan que ella fue la mejor amiga de Silvio, el chimpancé más famoso de Córdoba. El primate vivió más de 40 años en el zoológico de la Capital provincial. “Mi relación con él era maravillosa. Le encantaba que corriéramos, que le hiciera cosquillas y que le convidara helado”, recuerda. Alejandra ingresó al zoo cordobés como voluntaria, en 1985.
“Estuve viendo fotos y videos de Silvio y Nenina (la mona que llegó a la reserva del Parque Sarmiento para enloquecer al legendario chimpancé y murió sin conocer su amor). Los recuerdos me provocaron mucha nostalgia”, dice; y los ojos se le humedecen y se le estrangula la garganta.
Silvio murió en 1999, a los 46 años, como consecuencia de una perforación de úlcera gastrointestinal.
Dos años antes, el popular y extrovertido homínido había sido propuesto como candidato a diputado provincial por comerciantes del microcentro.
Jefes del bosque. Luego de “una dolorosa experiencia” con Alexis y Nahuel, dos tigres que nacieron en el Zoo Córdoba y que tuvo que criar en su casa hasta los seis meses, decidió armar su propia reserva en el paraje Tiú Mayú.
En la actualidad viven en el sitio 133 monos aulladores. Además, aloja a pumas, llamas y animales de granja.
Carayá, en lengua aborigen, significa “jefe del bosque”. Y lo es, sin dudas, en esta espesura serrana de 360 hectáreas, tan distinta al del hábitat natural de este simio: la selva tropical del noreste argentino. Los aullidos de la especie conmueven al visitante y lo remiten al temor ancestral por lo desconocido.
El centro de rehabilitación es el único en su tipo en Latinoamérica y la responsable del proyecto sueña con conseguir tierras en Chaco para reintroducir a los primates más grandes de América del Sur en sus ambientes originales.
La deforestación, la captura furtiva para el mascotismo y la corta sobrevida en cautiverio, son las principales causas de la reducción progresiva de la población carayá en Argentina. A ellas se les sumó una epidemia de fiebre amarilla en Misiones, que la diezmó en extremo.
“Hoy se acepta que los carayá piensan, se organizan, planifican. Que son importantes regeneradores de selva y tienen mucho para enseñarnos”, afirma Alejandra.
La experiencia de pasar un día en la reserva no nos deja casi dudas de que es así.

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Tiú Mayú, sede en Argentina del Proyecto Gran Simio

El Centro de Rescate, Rehabilitación y Conservación de Primates de Tiú Mayú acaba de tener un reconocimiento importante.
Esa reserva de monos carayá ha sido designada sede en Argentina del Proyecto Gran Simio (PGS). Esta iniciativa internacional, fundada en 1993, reclama una extensión del “igualitarismo moral” para que el concepto comprenda a todos los grandes simios. Es decir, a chimpancés, gorilas, bonobús y orangutanes.
El PGS es una organización internacional de primatólogos, psicólogos, filósofos y otros expertos que proponen una Declaración de los Derechos de los Grandes Simios en el ámbito de las Naciones Unidas, reconociéndoles ciertos derechos morales y legales a los grandes simios, incluyendo el derecho a la vida, a la protección de la libertad individual y la prohibición de la tortura. De prosperar, la explotación comercial de los grandes primates en laboratorios, circos, espectáculos y zoológicos sería considerada una forma de esclavitud, recordando que el hombre actuaba así con sus semejantes hasta hace poco más de un siglo atrás. Esa explotación ha provocado una reducción drástica del número de grandes primates en las selvas africanas y asiáticas, sus hábitats originales, causando un impacto negativo en todo el equilibrio ambiental de los ecosistemas.
“La designación implica para nosotros un enorme desafío y una gran responsabilidad”, reconoce Alejandra Juárez.
En una primera etapa, el trabajo apuntará a determinar de manera fehaciente si hay chimpancés en el país para elaborar una estadística.
En la actualidad, la sede mundial de PGS está en Brasil, donde existen cuatro santuarios de chimpancé y se han rescatado 74 primates de esa especie.

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