8 dic 2009
Fumigaciones rurales, eje de un duro conflicto
4:28 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (08/12/2009)
Las fumigaciones rurales, eje de un duro conflicto en un pueblo
Villa Ciudad Parque Registra hasta situaciones de violencia entre productores y vecinos que viven al lado de los campos / En varias localidades Se plantean controversias por los agroquímicos.
Villa Ciudad Parque es una pequeña comuna serrana, de 800 habitantes, vecina a Villa General Belgrano. Es también, por estos días, escenario de un conflicto en torno al uso de agroquímicos en zonas cercanas al área habitada y hasta de enfrentamientos. Ese debate, con matices, se viene registrando en numerosas localidades del interior provincial, donde los vecinos reclaman que las fumigaciones no se hagan a metros de donde viven.
La comuna de Villa Ciudad Parque sancionó, meses atrás, una norma local que restringía el uso de agroquímicos más allá de lo que establece la ley provincial. Algo similar hicieron San Francisco, Villa General Belgrano y algunas otras localidades cordobesas este año.
El dato más fuerte de esa norma local era la prohibición total de aplicación de agroquímicos en los 500 metros contiguos a viviendas o cursos de agua. La ley provincial, en cambio, permite en esa franja el uso de ciertos herbicidas –los calificados como de menor toxicidad– bajo algunas condiciones.
Un productor rural de esta zona interpuso un recurso de amparo al que la Justicia dio lugar, al considerar que una ordenanza local no puede tener mayor alcance que una ley provincial. Desde ese momento, volvieron a fumigar en esos campos. Y se agudizaron los conflictos en esta apacible comuna. Recientemente incluso hubo hasta agresiones y denuncias entre algunos productores y vecinos.
Los agricultores. “Hacemos todo dentro de la ley; lo único que queremos es trabajar tranquilos”, apuntó Matías Calarco (34), que trabaja un campo de 300 hectáreas junto a dos hermanos. El joven muestra abolladuras y vidrios rotos en una camioneta, que –según contó– fue apedreada por vecinos que se oponían a la fumigación, cuando estaba en esa faena. “Es casi una guerra, trabajamos custodiados por la Policía”, apuntó, tras relatar que también le hicieron disparos. Calarco aseguró que cumplen “a rajatabla” las normas sobre agroquímicos de la ley provincial, y que un técnico de la comuna controla los productos antes de comenzar cada aplicación. Dijo que usan glifosato y 2,4-D, permitidos para zonas vecinas a áreas urbanas.
El productor indicó que el juez les ordenó dejar un margen de siete metros para colocar una cortina forestal, y que decidieron ceder una franja de 20 metros.
Pablo Riveros es uno de los referentes del sector de vecinos que se plantó contra los agroquímicos. Ese grupo muestra una militancia activa e integra las agrupaciones que identificadas por el lema “Paren de fumigar” vienen reclamando por estos temas en varias localidades.
Sobre las casas. Riveros considera que aun los 20 metros de margen son insuficientes. “Están fumigando prácticamente sobre las casas”, apuntó. “Para algunos, los efectos son inmediatos: conjuntivitis, se brotan, dolores de cabeza. Pero lo más complicado es el riesgo de enfermedades como leucemia y deformaciones fetales. Limitar las fumigaciones al lado de las casas es algo razonable”, añadió. “Acá se usan productos que están prohibidos en otros lugares del mundo”. dijo. Ese grupo cuestiona la detención arbitraria de un vecino por una supuesta agresión a productores.
Héctor Polcan, jefe comunal, se mostró contrariado por los acontecimientos de violencia en el pueblo, aseguró que la comuna controla que cada aplicación en campos vecinos respete la ley vigente y anticipó que reclamará “a la Legislatura que reforme la norma para exigir una mayor distancia mínima para fumigar” los campos.
Pinta tu aldea y...
Lo de Villa Ciudad Parque puede ser contado como un conflicto local en un pueblo serrano.
O como una escena que tiene todos los condimentos para repetirse, con matices, en muchas otras localidades del interior.
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Puntos de vista
Sergio Rang
Presidente del colegio de ingenieros agrónomos de córdoba
Los agroquímicos no son inocuos. Pero también debe reconocerse que en el modelo de producción actual son necesarios.
A veces se plantea como solución fijar “zonas de resguardo”, donde no se apliquen. Esto puede dar una falsa sensación de seguridad a la población, ya que en realidad una aplicación bien hecha no tiene por qué afectar a quienes están a pocos metros, pero una hecha en forma irresponsable y negligente puede perjudicar a varios kilómetros de distancia. La actual ley provincial de agroquímicos es clara: establece el uso de la Receta Fitosanitaria para todas las aplicaciones de agroquímicos, con la correspondiente firma de un agrónomo, que se responsabiliza por las aplicaciones. A esto debe sumarse el uso de maquinaria habilitada y manejada por personal capacitado. Esa ley 9.164 contempla lo que hay que hacer a fin de proteger la salud humana y el ambiente, atendiendo a las condiciones de producción. La única forma de resguardar de manera eficaz la salud de la población es cumpliendo rigurosamente, todos los sectores involucrados, lo estipulado en esa ley de la Provincia.
Luis Ángel Gaviglio
De amad, organización ambientalista de san francisco.
La periódica exposición a plaguicidas ocasiona perjuicios en la salud de quienes viven en la periferia de muchos pueblos y ciudades.
A eso, se suman los riesgos por los depósitos de agroquímicos a veces sin normas de seguridad suficientes y el tránsito y lavado de equipos en zonas urbanizadas. En toda la provincia se están registrando conflictos entre vecinos, propietarios rurales, aplicadores y funcionarios municipales. Y se incrementarán en la medida en que no se atienda esos reclamos.
La ley provincial 9.164 no contempla bien esta situación, como tampoco lo hizo con las escuelas rurales. Ese déficit legislativo debe ser asumido por cada municipio, agregando normas locales para regular las fumigaciones en zonas vecinas a viviendas. Pero en el interior provincial hay funcionarios que son productores o aplicadores, e intendentes y concejales que temen costos políticos si deciden prohibir las pulverizaciones en las periferias.
En San Francisco se creó una reciente ordenanza que formó una zona de resguardo de 500 metros del área urbana. Esas normas son la única herramienta de protección para los vecinos de las periferias de las poblaciones.
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Las fumigaciones rurales, eje de un duro conflicto en un pueblo
Villa Ciudad Parque Registra hasta situaciones de violencia entre productores y vecinos que viven al lado de los campos / En varias localidades Se plantean controversias por los agroquímicos.
Villa Ciudad Parque es una pequeña comuna serrana, de 800 habitantes, vecina a Villa General Belgrano. Es también, por estos días, escenario de un conflicto en torno al uso de agroquímicos en zonas cercanas al área habitada y hasta de enfrentamientos. Ese debate, con matices, se viene registrando en numerosas localidades del interior provincial, donde los vecinos reclaman que las fumigaciones no se hagan a metros de donde viven.
La comuna de Villa Ciudad Parque sancionó, meses atrás, una norma local que restringía el uso de agroquímicos más allá de lo que establece la ley provincial. Algo similar hicieron San Francisco, Villa General Belgrano y algunas otras localidades cordobesas este año.
El dato más fuerte de esa norma local era la prohibición total de aplicación de agroquímicos en los 500 metros contiguos a viviendas o cursos de agua. La ley provincial, en cambio, permite en esa franja el uso de ciertos herbicidas –los calificados como de menor toxicidad– bajo algunas condiciones.
Un productor rural de esta zona interpuso un recurso de amparo al que la Justicia dio lugar, al considerar que una ordenanza local no puede tener mayor alcance que una ley provincial. Desde ese momento, volvieron a fumigar en esos campos. Y se agudizaron los conflictos en esta apacible comuna. Recientemente incluso hubo hasta agresiones y denuncias entre algunos productores y vecinos.
Los agricultores. “Hacemos todo dentro de la ley; lo único que queremos es trabajar tranquilos”, apuntó Matías Calarco (34), que trabaja un campo de 300 hectáreas junto a dos hermanos. El joven muestra abolladuras y vidrios rotos en una camioneta, que –según contó– fue apedreada por vecinos que se oponían a la fumigación, cuando estaba en esa faena. “Es casi una guerra, trabajamos custodiados por la Policía”, apuntó, tras relatar que también le hicieron disparos. Calarco aseguró que cumplen “a rajatabla” las normas sobre agroquímicos de la ley provincial, y que un técnico de la comuna controla los productos antes de comenzar cada aplicación. Dijo que usan glifosato y 2,4-D, permitidos para zonas vecinas a áreas urbanas.
El productor indicó que el juez les ordenó dejar un margen de siete metros para colocar una cortina forestal, y que decidieron ceder una franja de 20 metros.
Pablo Riveros es uno de los referentes del sector de vecinos que se plantó contra los agroquímicos. Ese grupo muestra una militancia activa e integra las agrupaciones que identificadas por el lema “Paren de fumigar” vienen reclamando por estos temas en varias localidades.
Sobre las casas. Riveros considera que aun los 20 metros de margen son insuficientes. “Están fumigando prácticamente sobre las casas”, apuntó. “Para algunos, los efectos son inmediatos: conjuntivitis, se brotan, dolores de cabeza. Pero lo más complicado es el riesgo de enfermedades como leucemia y deformaciones fetales. Limitar las fumigaciones al lado de las casas es algo razonable”, añadió. “Acá se usan productos que están prohibidos en otros lugares del mundo”. dijo. Ese grupo cuestiona la detención arbitraria de un vecino por una supuesta agresión a productores.
Héctor Polcan, jefe comunal, se mostró contrariado por los acontecimientos de violencia en el pueblo, aseguró que la comuna controla que cada aplicación en campos vecinos respete la ley vigente y anticipó que reclamará “a la Legislatura que reforme la norma para exigir una mayor distancia mínima para fumigar” los campos.
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Lo de Villa Ciudad Parque puede ser contado como un conflicto local en un pueblo serrano.
O como una escena que tiene todos los condimentos para repetirse, con matices, en muchas otras localidades del interior.
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Sergio Rang
Presidente del colegio de ingenieros agrónomos de córdoba
Los agroquímicos no son inocuos. Pero también debe reconocerse que en el modelo de producción actual son necesarios.
A veces se plantea como solución fijar “zonas de resguardo”, donde no se apliquen. Esto puede dar una falsa sensación de seguridad a la población, ya que en realidad una aplicación bien hecha no tiene por qué afectar a quienes están a pocos metros, pero una hecha en forma irresponsable y negligente puede perjudicar a varios kilómetros de distancia. La actual ley provincial de agroquímicos es clara: establece el uso de la Receta Fitosanitaria para todas las aplicaciones de agroquímicos, con la correspondiente firma de un agrónomo, que se responsabiliza por las aplicaciones. A esto debe sumarse el uso de maquinaria habilitada y manejada por personal capacitado. Esa ley 9.164 contempla lo que hay que hacer a fin de proteger la salud humana y el ambiente, atendiendo a las condiciones de producción. La única forma de resguardar de manera eficaz la salud de la población es cumpliendo rigurosamente, todos los sectores involucrados, lo estipulado en esa ley de la Provincia.
Luis Ángel Gaviglio
De amad, organización ambientalista de san francisco.
La periódica exposición a plaguicidas ocasiona perjuicios en la salud de quienes viven en la periferia de muchos pueblos y ciudades.
A eso, se suman los riesgos por los depósitos de agroquímicos a veces sin normas de seguridad suficientes y el tránsito y lavado de equipos en zonas urbanizadas. En toda la provincia se están registrando conflictos entre vecinos, propietarios rurales, aplicadores y funcionarios municipales. Y se incrementarán en la medida en que no se atienda esos reclamos.
La ley provincial 9.164 no contempla bien esta situación, como tampoco lo hizo con las escuelas rurales. Ese déficit legislativo debe ser asumido por cada municipio, agregando normas locales para regular las fumigaciones en zonas vecinas a viviendas. Pero en el interior provincial hay funcionarios que son productores o aplicadores, e intendentes y concejales que temen costos políticos si deciden prohibir las pulverizaciones en las periferias.
En San Francisco se creó una reciente ordenanza que formó una zona de resguardo de 500 metros del área urbana. Esas normas son la única herramienta de protección para los vecinos de las periferias de las poblaciones.
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