2 mar 2009
Niños intoxicados
2:11 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (02/03/2009)
Niños intoxicados
Sin descartar los efectos de la contaminación ambiental, un estudio del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños de Córdoba muestra un incremento de 50 por ciento en los casos de intoxicación por ingesta de medicamentos.
En el imaginario colectivo se está instalando con mucha fuerza la necesidad de vivir lo más lejos posible de eventuales fuentes de contaminación ambiental.
Se trata de un fenómeno mundial, y en la ciudad de Córdoba y zonas aledañas hemos visto ejemplos de luchas vecinales que apuntan a preservar la pureza del aire que se respira en barrio Ituzaingó y en Bouwer, entre otros lugares donde los ciudadanos sienten que se están enfermando a causa de actividades que afectan el medio ambiente. En ese plano, ocupan los primeros lugares la fumigación con agroquímicos, el uso de PCB, las antenas para celulares y los enterramientos de basura.
Son conflictos de intereses casi inevitables –y muy difíciles de resolver– producidos por el creciente avance del hombre sobre la naturaleza, a partir del dominio de tecnologías que facilitan o incrementan la producción –y, por ende, las ganancias de los productores– a costa del medio ambiente y la calidad de vida de la población.
Cada vez con mayores argumentos, se atribuye a la contaminación, entre otros efectos nocivos, el incremento de las enfermedades cardiovasculares, broncorrespiratorias y cancerígenas. Pero sus promotores todavía se resisten a aceptarlo y no parecen muy dispuestos a limitar sus ganancias por no usar contaminantes. Es un tema complejo, como todo conflicto de intereses, al que el mundo todavía no le encuentra una salida consensuada y eficaz.
Más claras, cercanas y concretas son otras fuentes de enfermedades. Por ejemplo, los especialistas verifican a través de estadísticas un cambio en los factores causantes de mortalidad infantil. Mientras a mediados del siglo pasado ésta se atribuía a infecciones, desnutrición o afecciones hereditarias, en la actualidad suelen aparecer, en la franja etaria de los 5 a los 7 años, las enfermedades cancerígenas y las cardiopatías congénitas.
Más aún, un estudio realizado por el servicio de Toxicología del Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba revela que la internación de niños por intoxicación subió 50 por ciento entre 2007 y 2008. Además, establece que los accidentes y el ambiente, en toda su dimensión e implicancias, son la tercera gran causa de lesión y muerte infantil en la actualidad.
Pero donde el estudio hace hincapié es, fundamentalmente, en la automedicación. La directora del servicio, Nilda Gait, afirma que sólo 35,5 por ciento de los casos de intoxicación puede ser considerado accidental. Sería el caso de los chicos que encuentran una pastilla o un frasquito y se lo llevan a la boca. El resto es automedicación, tanto la provista por el adulto como el propio intento infantil de aliviarse el dolor por su cuenta.
"La automedicación es una causa sostenida de intoxicación infantil y las consecuencias pueden ser leves o severas –agrega Gait–. En vez de consultar al médico, hay madres que le dan al chico lo que le recomendó la vecina o se guían por las propagandas de antitusivos, antipiréticos y antialérgicos y se los dan en dosis no controladas, que derivan en cuadros que no son fáciles de resolver".
Uno de los rubros en los que más se nota el aumento de casos es, precisamente, en el de la ingesta de medicamentos, donde hubo 81 casos en 2007 y 122 en 2008.
Asimismo, los accidentes provocados por plaguicidas industriales de campo pasaron de 19 a 97 y también subió el número de casos de intoxicación alimenticia: de 4 a 52.
Sin descartar los probables efectos nocivos de los plaguicidas y otros elementos tóxicos que afectan el ambiente, lo real es que la casuística mostrada por el estudio que nos ocupa acusa un aumento de los casos vinculados con la automedicación o con los accidentes por dejar remedios al alcance de niños.
Es decir que, mientras nos preocupamos por la salud del planeta, debemos cambiar también conductas que tenemos al alcance de la mano, desterrando prácticas nocivas, como la de la automedicación, esto es, no ingerir ni administrar medicamentos sin la recomendación y el control de los especialistas.
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Niños intoxicados
Sin descartar los efectos de la contaminación ambiental, un estudio del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños de Córdoba muestra un incremento de 50 por ciento en los casos de intoxicación por ingesta de medicamentos.
En el imaginario colectivo se está instalando con mucha fuerza la necesidad de vivir lo más lejos posible de eventuales fuentes de contaminación ambiental.
Se trata de un fenómeno mundial, y en la ciudad de Córdoba y zonas aledañas hemos visto ejemplos de luchas vecinales que apuntan a preservar la pureza del aire que se respira en barrio Ituzaingó y en Bouwer, entre otros lugares donde los ciudadanos sienten que se están enfermando a causa de actividades que afectan el medio ambiente. En ese plano, ocupan los primeros lugares la fumigación con agroquímicos, el uso de PCB, las antenas para celulares y los enterramientos de basura.
Son conflictos de intereses casi inevitables –y muy difíciles de resolver– producidos por el creciente avance del hombre sobre la naturaleza, a partir del dominio de tecnologías que facilitan o incrementan la producción –y, por ende, las ganancias de los productores– a costa del medio ambiente y la calidad de vida de la población.
Cada vez con mayores argumentos, se atribuye a la contaminación, entre otros efectos nocivos, el incremento de las enfermedades cardiovasculares, broncorrespiratorias y cancerígenas. Pero sus promotores todavía se resisten a aceptarlo y no parecen muy dispuestos a limitar sus ganancias por no usar contaminantes. Es un tema complejo, como todo conflicto de intereses, al que el mundo todavía no le encuentra una salida consensuada y eficaz.
Más claras, cercanas y concretas son otras fuentes de enfermedades. Por ejemplo, los especialistas verifican a través de estadísticas un cambio en los factores causantes de mortalidad infantil. Mientras a mediados del siglo pasado ésta se atribuía a infecciones, desnutrición o afecciones hereditarias, en la actualidad suelen aparecer, en la franja etaria de los 5 a los 7 años, las enfermedades cancerígenas y las cardiopatías congénitas.
Más aún, un estudio realizado por el servicio de Toxicología del Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba revela que la internación de niños por intoxicación subió 50 por ciento entre 2007 y 2008. Además, establece que los accidentes y el ambiente, en toda su dimensión e implicancias, son la tercera gran causa de lesión y muerte infantil en la actualidad.
Pero donde el estudio hace hincapié es, fundamentalmente, en la automedicación. La directora del servicio, Nilda Gait, afirma que sólo 35,5 por ciento de los casos de intoxicación puede ser considerado accidental. Sería el caso de los chicos que encuentran una pastilla o un frasquito y se lo llevan a la boca. El resto es automedicación, tanto la provista por el adulto como el propio intento infantil de aliviarse el dolor por su cuenta.
"La automedicación es una causa sostenida de intoxicación infantil y las consecuencias pueden ser leves o severas –agrega Gait–. En vez de consultar al médico, hay madres que le dan al chico lo que le recomendó la vecina o se guían por las propagandas de antitusivos, antipiréticos y antialérgicos y se los dan en dosis no controladas, que derivan en cuadros que no son fáciles de resolver".
Uno de los rubros en los que más se nota el aumento de casos es, precisamente, en el de la ingesta de medicamentos, donde hubo 81 casos en 2007 y 122 en 2008.
Asimismo, los accidentes provocados por plaguicidas industriales de campo pasaron de 19 a 97 y también subió el número de casos de intoxicación alimenticia: de 4 a 52.
Sin descartar los probables efectos nocivos de los plaguicidas y otros elementos tóxicos que afectan el ambiente, lo real es que la casuística mostrada por el estudio que nos ocupa acusa un aumento de los casos vinculados con la automedicación o con los accidentes por dejar remedios al alcance de niños.
Es decir que, mientras nos preocupamos por la salud del planeta, debemos cambiar también conductas que tenemos al alcance de la mano, desterrando prácticas nocivas, como la de la automedicación, esto es, no ingerir ni administrar medicamentos sin la recomendación y el control de los especialistas.
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