6 oct 2008
Capital: la basura invade hasta el predio escolar
2:06 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (06/10/2008)
En Villa Urquiza, la basura invade hasta el predio escolar
Desesperado reclamo del Ipem 318 y la Escuela Municipal Baquero Lazcano para que se controle el trabajo de carreros y cartoneros. Los alumnos conviven con la basura.
El Ipem 318 Combate de La Tablada y la Escuela Municipal Baquero Lazcano de Villa Urquiza están muy lejos de cumplir con las condiciones higiénicas ideales para un centro educativo. Para llegar a clases, los alumnos y profesores deben caminar entre bolsas de residuos, animales muertos, ramas de árboles, vidrios rotos y todo tipo de desechos.
Sucede que buena parte de los vecinos del barrio trabajan como cartoneros y carreros, y en muchas ocasiones, clasifican la basura en las calles y veredas de la propia escuela.
“Hay días que esto parece el enterramiento de Bouwer”, relató Raúl Freire, director del Ipem 318, quien inmediatamente aclaró que no se opone al “trabajo lícito de los vecinos” sino a la forma como lo hacen.
“El problema es la desorganización. Este tipo de tareas demanda otros espacios y otros vehículos. No debe ser solamente sacarle la basura a alguien y tirársela a otros”, agregó.
Para Eva Córdoba, coordinadora del Equipo de Salud Mental del dispensario del barrio, la situación “es muy complicada porque además está mezclada con situaciones graves de violencia, propias de un contexto marginal”.
Freire puntualizó que el problema de la basura data de la inauguración de la Escuela Combate de La Tablada, en 2001. Desde entonces, han hecho reclamos ante el CPC Colón y otras autoridades municipales.
“Nos dijeron que la limpieza es responsabilidad de los vecinos y propusieron como solución hacer una campaña de concientización para evitar que sigan tirando basura”, indicó.
Por su parte, el director del CPC Colón, Daniel Montoya, señaló que una vez por semana la Dirección de Higiene Urbana de la Municipalidad limpia la zona comprendida entre Villa Siburu y barrio San Ignacio, pero que “al otro día hay basura de nuevo”.
“Es una cuestión cultural y de hábito de los ciudadanos. Es un problema muy complejo, que sobrepasa cualquier tarea que podamos hacer nosotros y los propios referentes sociales que viven en el barrio. Por eso hacemos la limpieza y una tarea social”, manifestó el funcionario.
La presencia de basura pone en riesgo la salud de los alumnos y profesores que asisten a ambos establecimientos. A mediados de la semana pasada, por ejemplo, las aulas de la escuela municipal se cubrieron de humo a causa de la quema de residuos de la calle.
Además, los colegios colindan con un terreno baldío que termina transformándose en un reservorio de desechos.
“La realidad nos sobrepasa y muchas veces los profesores tienen que dedicar horas de clase a organizar la limpieza de las calles y el baldío como una actividad extracurricular”, se lamenta Freire.
Melania, Janet, Celeste y Franco son alumnos de sexto año y también expresaron su malestar por las condiciones en las que tienen que estudiar.
“Así no se puede estar. La basura puede traer infecciones y enfermedades para nosotros y para los chicos de esas familias que todos los días están ahí. Cuando estamos en clase, entran el humo y el olor que desprende la basura”, dijo Melania.
Por su parte, los alumnos de cuarto año están trabajando en la elaboración de una nota que presentarán ante la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ambiente del municipio, a través de la cual reclamarán por la problemática de la escuela.
“Para nosotros es difícil dar clases en este contexto porque enseñamos a los alumnos sobre higiene, limpieza y ecología. Después, salen a la calle y se encuentran con semejante contradicción”, apuntó Freire.
“Lamentablemente, esto lleva años y la tendencia es a empeorar”, concluyó.
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Piden un área recreativa
Para Eva Córdoba, una de las formas de evitar que la basura siga avanzando es acondicionar algún terreno baldío para la práctica de deportes y actividades recreativas.
Desde el dispensario, Córdoba trabaja en un proyecto de contención para adolescentes y jóvenes en riesgo. “Se hace en base a la promoción de los valores, tomando como medio actividades artísticas y deportivas. Aunque disponemos de los recursos humanos y materiales, no podemos avanzar en el proyecto deportivo porque no tenemos espacio físico abierto para poder hacerlo”, reclama.
Daniel Montoya, titular del CPC Colón, recordó que la demanda fue tratada con éxito en la asamblea del presupuesto participativo. “Salió como una prioridad poner una baranda e instalar juegos y bancos en ese terreno para que no se tire basura”, señaló.
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En Villa Urquiza, la basura invade hasta el predio escolar
Desesperado reclamo del Ipem 318 y la Escuela Municipal Baquero Lazcano para que se controle el trabajo de carreros y cartoneros. Los alumnos conviven con la basura.
El Ipem 318 Combate de La Tablada y la Escuela Municipal Baquero Lazcano de Villa Urquiza están muy lejos de cumplir con las condiciones higiénicas ideales para un centro educativo. Para llegar a clases, los alumnos y profesores deben caminar entre bolsas de residuos, animales muertos, ramas de árboles, vidrios rotos y todo tipo de desechos.
Sucede que buena parte de los vecinos del barrio trabajan como cartoneros y carreros, y en muchas ocasiones, clasifican la basura en las calles y veredas de la propia escuela.
“Hay días que esto parece el enterramiento de Bouwer”, relató Raúl Freire, director del Ipem 318, quien inmediatamente aclaró que no se opone al “trabajo lícito de los vecinos” sino a la forma como lo hacen.
“El problema es la desorganización. Este tipo de tareas demanda otros espacios y otros vehículos. No debe ser solamente sacarle la basura a alguien y tirársela a otros”, agregó.
Para Eva Córdoba, coordinadora del Equipo de Salud Mental del dispensario del barrio, la situación “es muy complicada porque además está mezclada con situaciones graves de violencia, propias de un contexto marginal”.
Freire puntualizó que el problema de la basura data de la inauguración de la Escuela Combate de La Tablada, en 2001. Desde entonces, han hecho reclamos ante el CPC Colón y otras autoridades municipales.
“Nos dijeron que la limpieza es responsabilidad de los vecinos y propusieron como solución hacer una campaña de concientización para evitar que sigan tirando basura”, indicó.
Por su parte, el director del CPC Colón, Daniel Montoya, señaló que una vez por semana la Dirección de Higiene Urbana de la Municipalidad limpia la zona comprendida entre Villa Siburu y barrio San Ignacio, pero que “al otro día hay basura de nuevo”.
“Es una cuestión cultural y de hábito de los ciudadanos. Es un problema muy complejo, que sobrepasa cualquier tarea que podamos hacer nosotros y los propios referentes sociales que viven en el barrio. Por eso hacemos la limpieza y una tarea social”, manifestó el funcionario.
La presencia de basura pone en riesgo la salud de los alumnos y profesores que asisten a ambos establecimientos. A mediados de la semana pasada, por ejemplo, las aulas de la escuela municipal se cubrieron de humo a causa de la quema de residuos de la calle.
Además, los colegios colindan con un terreno baldío que termina transformándose en un reservorio de desechos.
“La realidad nos sobrepasa y muchas veces los profesores tienen que dedicar horas de clase a organizar la limpieza de las calles y el baldío como una actividad extracurricular”, se lamenta Freire.
Melania, Janet, Celeste y Franco son alumnos de sexto año y también expresaron su malestar por las condiciones en las que tienen que estudiar.
“Así no se puede estar. La basura puede traer infecciones y enfermedades para nosotros y para los chicos de esas familias que todos los días están ahí. Cuando estamos en clase, entran el humo y el olor que desprende la basura”, dijo Melania.
Por su parte, los alumnos de cuarto año están trabajando en la elaboración de una nota que presentarán ante la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ambiente del municipio, a través de la cual reclamarán por la problemática de la escuela.
“Para nosotros es difícil dar clases en este contexto porque enseñamos a los alumnos sobre higiene, limpieza y ecología. Después, salen a la calle y se encuentran con semejante contradicción”, apuntó Freire.
“Lamentablemente, esto lleva años y la tendencia es a empeorar”, concluyó.
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Piden un área recreativa
Para Eva Córdoba, una de las formas de evitar que la basura siga avanzando es acondicionar algún terreno baldío para la práctica de deportes y actividades recreativas.
Desde el dispensario, Córdoba trabaja en un proyecto de contención para adolescentes y jóvenes en riesgo. “Se hace en base a la promoción de los valores, tomando como medio actividades artísticas y deportivas. Aunque disponemos de los recursos humanos y materiales, no podemos avanzar en el proyecto deportivo porque no tenemos espacio físico abierto para poder hacerlo”, reclama.
Daniel Montoya, titular del CPC Colón, recordó que la demanda fue tratada con éxito en la asamblea del presupuesto participativo. “Salió como una prioridad poner una baranda e instalar juegos y bancos en ese terreno para que no se tire basura”, señaló.
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