17 may 2008

La estupidez de los biocombustibles

El Diario de Villa María (17/05/2008)
“Es una estupidez transformar los alimentos en biocombustibles”

En una conferencia sin desperdicios, con una lluvia de preguntas al finalizar por el interés despertado por la temática entre los asistentes, se desarrolló en el área de Extensión de la Universidad Nacional de Villa María, de la calle Entre Ríos al 1450, una conferencia a cargo del ingeniero agrónomo Alejandro Castillo, investigador de la Universidad de California
Al presentar al visitante, el ex titular del INTA en Villa María, Angel Barrenechea, dijo: "Es un andador de la lechería en Argentina, ex INTA Rafaela, ex docente de la UNVM que ganó por concurso su cargo en la Universidad de California... No se podía desaprovechar la oportunidad para conocer sus reflexiones, experiencias, problemas y soluciones prácticas y científicas sobre la intensificación en tambos... Qué es lo que se viene...".
Y Alejandro Castillo cumplió con las expectativas. Comenzó por refrescar algunas cosas que pasan en el mundo y que tendrán un gran impacto en la lechería del futuro. En ese plano sugirió que si sigue creciendo la economía en China, India, México y otros países, crecerá la clase media y su poder adquisitivo, lo que aumentará la demanda alimentaria. Refirió enseguida que la FAO y las Naciones Unidas están trabajando con el problema de planificar el abastecimiento de alimentos”.
Dijo que está generado el debate de comida para humanos, para animales o combustibles y consideró que es una gran estupidez transformar los alimentos en combustible para automóviles de gran consumo, que son un insulto para los que están preocupados por la alimentación mundial.
En los últimos tiempos, hay inflación en términos de precios de alimentos, y se les exige a los países que puedan producir, los que están dentro del 14% del suelo mundial en condiciones productivas, aprovechar su máxima capacidad en alimentos. Hay que producir conscientemente, y en la Argentina cabe además la tranquilidad de bajísimo porcentaje de contaminación ambiental en la producción, y el gran desafío es producir en armonía con el ambiente y si logramos crecer en industrias agroalimentarias, también debemos crecer cuidando el ambiente”, señaló Castillo.
Con respecto a producir leche en confinamiento, expresó, entre otros conceptos:
La producción lechera tiene cuatro puntos bases indispensables a tener en cuenta, ya que producir leche es uno de los sistemas biológicos más complejos del planeta, no es lo mismo que cualquier otra producción, y estos son:
* Nutrición humana
* Bioseguridad
* Seguridad alimentaria
* Problemas ambientales
Luego, en cuanto a la intensificación de los tambos, comentó:
-El factor más importante al tomar esta determinación de confinamiento de vacas lecheras, son las instalaciones, que pueden ser galpones con movimiento libre, cerrados o corrales abiertos. Hay que tener muy clara la dimensión de las mismas en función de la cantidad de vacas en ordeñe, ya que requieren de un espacio determinado por vaca, y se debe analizar muy bien cómo hacerlo, asesorarse correctamente, ver, investigar. Debe estar planificada en altura y dimensión la laguna para el estiércol.
-Los corrales de manejo con pasillo central que separen las camas de los comederos, e infraestructura que permita que la vaca bostee fuera de la cama, que puede ser una barra a la altura de la nuca del animal, ya que de esa manera, al tocar la barra con la cabeza, retrocede dos pasos, y bostea afuera, lo que evita las mastitis ambientales, que merecen control permanente.
-Es indispensable la sombra, ya que las altas temperaturas son un grave problema. Es aconsejable que las sombras tengan orientación norte-sur, para que el sol seque y se aireen los pisos. Además los comederos deben estar a la sombra y deben contar con refrescaderos, que pueden ser chorros o rociadores, y ventiladores, para hacer el confort y bienestar de las vacas y controlar el estrés animal.
-En nuestro país aún está la discusión si confinamos o no las vacas de tambo, pero los precios alcanzados por la hectárea de suelo exigirán aprovechar al máximo los suelos y diversificar la producción, para poder amortizar tan alto valor de la tierra.
-Hay que tener en cuenta que en confinamiento es difícil superar los 25 a 30 litros de producción vacas-día, pero el manejo correcto lo puede hacer rentable, sumando al reconocimiento del Estado de incentivar la producción lechera.
-Para Argentina es ideal el piso firme, ya que resisten los caudales de lluvias, evitan el transporte de barro al tambo, también es indispensable no exponer la comida a la lluvia.
-Las camas pueden ser de arena, para quienes tengan pequeña escala productiva. Para mayor cantidad de animales no es aconsejable; resultan mejores las de estiércol seco, previamente aireado y secado, o sobre piso duro con paja o cáscara de algunos cereales. La limpieza es fundamental.
-El calor es uno de los mayores problemas. Al vislumbrarse que los veranos en nuestro país serán cada vez más intensos, este tema debe estar siempre presente (en el valle de California, en el año 2006, cuando la temperatura alcanzó los 45ºC, se murieron 30 mil vacas).
-Los comederos deben ser simples, pero indefectiblemente a diez centímetros del piso, ya que a mayor altura, impiden por la postura adoptada al comer por el animal, que se produzca la correcta salivación y por ende la digestión correcta.
-Los forrajes y concentrados deben ser ubicados en lugares que permitan la facilidad y practicidad para transportarlos.
-El manejo de estiércol, separados el líquido del sólido, deben ambos tener tratamiento acorde al uso que se le dé a cada uno, para fertilizar, solamente lo que requiera el suelo y manejarlo de acuerdo a las reglamentaciones.
“Hay que tener en claro que las instalaciones son fundamentales, que hay que proteger a los animales y minimizar los impactos ambientales, mejorando la calidad de producción”, concluyó.

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