11 abr 2008

Emergencias químicas en Río III

La Voz del Interior (11/04/2008)
Nuevo manual de actuación ante emergencias químicas

Río Tercero. Finalmente, el gobierno municipal dejó definido cómo funcionará el nuevo sistema de emergencias ante casos de incidentes químicos graves en la ciudad. El proyecto de ordenanza que detalla ese plan será elevado ahora al Concejo Deliberante, para su tratamiento.
En realidad, para su efectivo cumplimiento y puesta en marcha será necesario que antes se concrete la instalación de la nueva sala de monitoreo de las industrias y la colocación de las sirenas comunitarias que sirvan de aviso ante casos de gravedad.
Esta semana, en una reunión del gabinete municipal, el secretario de Protección Civil y Medio Ambiente, Daniel Bardella, y el director de Defensa Civil, Raúl Mari, explicaron el plan que desde hacía varios meses se venía discutiendo en esa área. La reunión sirvió además para cerrar varias semanas de conflicto interno por diferencias de criterio entre ambos funcionarios.

Esperar equipamiento
El nuevo sistema adapta una ordenanza vigente desde 2004. Primero, deberá aguardarse que se coloquen dos grandes sirenas en los barrios más cercanos al polo fabril, que se comprometieron a comprar las empresas Atanor y Petroquímica. Se trata de unidades importadas, de largo alcance, que cuestan unos 30 mil pesos cada una. El municipio agregará una tercera, de menor alcance, que tiene en su poder. También para que el sistema funcione deberá estar montada la nueva sala de control, para la que se está trabajando en el tercer piso del edificio municipal, en la que habrá monitoreo las 24 horas midiendo con sensores la existencia de escapes en el aire sobre el polo fabril, además de visualizar la situación con cámaras de TV.
Para esa sala de control y para la estación de monitoreo ambiental móvil prevista se aguarda la compra del equipamiento ya licitado, con los fondos aportados por la Secretaría de Ambiente nacional.
El mecanismo establece que habrá un solo tipo de sirena que se escuchará en los barrios y que se disparará cuando ocurran hechos graves que impliquen la necesidad de “protección bajo cubierta” (encerrarse en el lugar que estén) a todos los vecinos.
En realidad, nunca ocurrió hasta ahora en Río Tercero un episodio químico de gravedad suficiente que hubiese demandado esa acción. Sin embargo, el objetivo es estar preparados para circunstancias de ese tipo.
En el debate previo, se analizó la conveniencia de que hubiera dos tipos de sirenas (una para hechos graves y otra para sucesos menores). Pero se decidió, para no confundir a la población, que la sirena comunitaria represente un único mensaje: la necesidad inmediata de encerrarse los más herméticamente posible.
Otra cuestión de largo debate entre funcionarios, técnicos y directivos de empresas fue quién debía accionar el sistema de sirenas. Finalmente se acordó que la alarma será disparada por Defensa Civil municipal, pero que ante cada suceso que ocurra dentro de una planta fabril (más allá de su envergadura), las empresas están obligadas a informar en forma instantánea al municipio.
Con ese aviso y con lo que detecten los sensores y las cámaras del centro de control municipal, el director de Defensa Civil, el secretario de Protección Civil o el intendente, darán la orden de activar una, dos o las tres sirenas, según la evaluación de la zona involucrada. Si el hecho fuera muy grave (por ejemplo un escape importante de gas cloro hacia la zona urbana) un minuto pasará a ser relevante, por lo que se dejará abierta la posibilidad de que los operadores del sistema de control también puedan activar el sistema en situaciones extraordinarias.
El diagrama que forma parte del manual de procedimientos elaborado establece también el sistema de comunicación para estos casos con Bomberos, Policía, Cooperativa, centros médicos y emisoras de radio, para organizar las tareas en caso de necesidad de actuación por una emergencia.
El sistema será probado con varios simulacros previos.
Además, Protección Civil municipal se comprometió a iniciar, junto con bomberos voluntarios, una campaña de concientización incluso casa por casa, para informar cómo corresponde actuar ante una emergencia química.

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Paradojas de la realidad

Una paradoja plantó la realidad social sobre la intención de crear planes para que la gente sepa cómo actuar ante una emergencia química. Cuando en la reunión de gabinete municipal se explicó el plan a aplicar para que en casos de gravedad la gente supiera que debe hacer "protección bajo cubierta" (encerrarse donde esté) en vez de evacuarse, una funcionaria del área social pintó una situación que dejó con la boca abierta a más de uno. En los barrios más pegados al polo industrial hay viviendas que, por su precariedad, no tienen aberturas cerrables. Allí, encerrarse herméticamente, sería misión imposible. El dato generó la necesidad de empezar a buscar soluciones también a esos dilemas.

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Cómo avisarle a la gente lo que sucede

Si el centro de monitoreo permanente se pone en marcha y las sirenas comunitarias se suman al esquema –como se anuncia que ocurrirá en breve– se habrá dado un paso importante para que la ciudad pueda decir, después de décadas, que tiene un sistema más adecuado a su perfil para actuar ante emergencias químicas.
Pero, más allá del diseño técnico, queda en el esquema una cuerda que aún no suena aceitada y que es clave: la comunicación de lo que sucede a la sociedad, en forma rápida y creíble.
La noche de agosto de 2007 en la que media ciudad huyó por miedo a un escape químico, generando un riesgo mayor a ése en calles y rutas, mostró el estado psicosocial de la comunidad y las huellas que dejaron las explosiones de 1995 primero y el episodio con la muerte de dos operarios por un escape químico interno en 2007, luego. Esa reacción fue hija de la falta de información.
Aceitar los mecanismos para que no vuelva a ocurrir es vital. El esquema aconseja escuchar la única radio AM local, designada medio oficial para estos casos. Pero hasta hoy esa emisora no tiene equipos que le aseguren su continuidad en casos de cortes de energía ni se entrenó a su personal para semejante responsabilidad. Se asegura ahora que el informante será un funcionario de Defensa Civil, a minutos del eventual suceso, y no un locutor radial de circunstancia. Hoy, cada sirena de bomberos, genera que la gente encienda las radios, porque “quiere saber de que se trata”. Para generar confianza en el sistema, aún ante hechos menores como esas salidas de bomberos, debiera haber información rápida y confiable, a toda hora. También debería imaginarse con todas las emisoras radiales un esquema que evite que en una situación de emergencia compitan entre sí para ver quién dice algo antes, privilegiando la primicia a la precisión, bajo el riesgo de generar confusión y de complicar aún más la escena.

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