1 sept 2014

Todo contaminante termina en el Suquía



Día a Día (01/09/2014)
El Suquía es un "inodoro"

Los desbordes cloacales que se producen en la ciudad terminan en el río a través de los desagües. También llegan otras sustancias que contaminan al Suquía, pero no se puede determinar su origen.
El río es esa gran arteria por la que la ciudad se desangra en mugre. Todo lo que usualmente se ve en la calle (y lo que no), de una manera u otra termina en el Suquía: cloacas, basura, residuos de industrias y todos los derivados y mezclas que puedan surgir de estas tres “materias primas”.
La red de cloacas revienta en Alberdi y cuando esto sucede no existe barrera o filtro que pueda detener el curso del pútrido líquido por los caños de los desagües. Entonces, llega sin más, voluminoso, fétido, desagradable, a tomar contacto con el agua del río a la altura del Puente Cantón.
Debajo del Puente Sarmiento, a metros del Hospital de Urgencias, no quedan dudas de que los vertidos que salen por la boca del desagüe al Suquía son restos de excreciones humanas. Esto no sólo se puede deducir por el olor: al asomarse por la medianera de la Costanera Ramón Bautista Mestre, se pueden ver restos de papel higiénico y pequeños trozos amarronados que complementan el vomitivo paisaje urbano.
Más allá de los límites del Centro, en San Vicente, pasando el vado Sargento Cabral, a metros del Puente Bustamante, se ve cómo fluye una densa espuma de un caño que atraviesa al río, cuyo entorno en este tramo presenta todavía peores condiciones ambientales que aguas arriba.
A las autoridades provinciales les preocupan los derrames cloacales que se producen en la ciudad, ya que estos terminan directamente en el río. E indican que en reiteradas oportunidades le pidieron a la Municipalidad de Córdoba que trate de controlar estas situaciones.
En la comuna reconocen el problema, pero aseguran que con la cantidad de vehículos que conforman la flota de camiones que realizan desobstrucciones es muy difícil dar una respuesta inmediata a los derrames que empiezan en el pavimento y terminan en lecho del río Suquía.
Héctor Di Forte, secretario de Infraestructura de la Muni, indicó que el problema es hoy mucho más visible porque los desbordes en la red se están focalizando en la zona del Centro de la ciudad, pero asegura que no hay un incremento de estos problemas.
“Tenemos muchos casos de desechos que llegan a la vera del río o al río mismo. Por supuesto que todos los desbordes que tenemos van a los desagües y de ahí al Suquía. Se trata de un líquido al que no le podemos dar tratamiento. No podemos negar una cosa que es real”, aseguró el funcionario.
Según explicó Di Forte, en la ciudad existen 22 mil bocas de inspección para la red de cloacas y se producen en promedio unos 30 desbordes por día, lo que equivale a unos 11 mil vertidos de aguas negras anuales.
“Estamos trabajando en disminuir esta estadística y para eso planificamos un trabajo preventivo durante los fines de semana para que estas obstrucciones no se produzcan en la red, limpiando barros, sacando mugre. También estamos analizando la posibilidad de incrementar los insumos para realizar la tarea, por lo que se está analizando la compra de más camiones, ya que sólo tenemos siete para todo este universo”, aseguro el funcionario comunal.
Control difícil. Desde la Provincia aseguran que cuando se detectan estos inconvenientes se notifica a la Municipalidad para que les dé una solución inmediata. Pero indican que a través de los desagües al río no sólo llegan vertidos cloacales, sino también otras sustancias químicas.
Edgar Castello, secretario de Recursos Hídricos, explicó que periódicamente se realizan controles sobre la calidad del agua que llega al Suquía por los drenajes, pero resaltó que es muy complejo determinar de dónde provienen.
“Hay muchas conexiones clandestinas a los desagües pluviales y determinar su origen requiere de una tecnología que no tenemos. Alguna vez se pensó en controlar esto con robots que recorran las cañerías, pero también se complica porque la red se ramifica mucho”, justificó el secretario provincial.
Héctor Di Forte -Secretario de Infraestructura de la Municipalidad de Córdoba- Todos los desbordes cloacales que tenemos van a los desagües pluviales y de ahí al río Suquía. Se trata de líquidos a los que no podemos darle tratamiento. No podemos negar una cosa que es real.
Edgar Castelló -Secretario de Recursos Hídricos de la Provincia de Córdoba- Hay muchas conexiones clandestinas a los desagües pluviales y determinar su origen requiere de una tecnología que no tenemos. Es un trabajo que se complica porque la red se ramifica mucho.
Un río en permanente estado de emergencia. El sistema de tratamiento de líquidos cloacales viene castigando desde hace años al Suquía. Hace 19 días, la Municipalidad declaró la emergencia ambiental por la contaminación que produce la planta depuradora de Bajo Grande –ubicada en Camino a Chacras de la Merced, en el sudeste de la ciudad– en el río.
Esta medida le posibilita a la Secretaría de Infraestructura de la comuna disponer directamente de ocho millones de pesos para la reparación de la planta, evitando las demoras administrativas para la habilitación de esos fondos.
La emergencia fue declarada porque la depuradora no estaba trabajando con toda su capacidad, por lo que volcaba líquidos cloacales apenas tratados con cloro al río.
Además, la Justicia le ordenó a la Muni y a la Provincia que tomen medidas de mitigación ambiental para amortiguar el impacto de estos volcamientos en los vecinos de Chacras de la Merced.
Así, el río, en su paso por la ciudad, recibe una fuerte contaminación por volcamiento de líquidos cloacales.

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