26 jun 2011

¿Hasta cuándo Gamsur?

El Puntal de Río Cuarto (26/06/2011)
¿Hasta cuándo Gamsur?

Es cíclico, reiterativo y, por lo tanto, desgastante. Cada tanto, vuelve al centro de la escena Gamsur, una empresa que jamás aparece para anunciar obras, inversiones o un plan para mejorar el servicio sino sólo para requerir un nuevo, millonario y sorprendente desembolso de dinero del Estado municipal. Hoy, la mixta que nació en 2002 de la mano de Alberto Cantero, tiene un canon que está un 155% por encima del que regía hace apenas 10 meses y, aún así, no consigue salir de su eterna parálisis, de su perenne crisis.
En agosto del año pasado, el gobierno envió al Concejo Deliberante un proyecto para actualizar el precio de los servicios de higiene urbana y alumbrado público que había quedado estancado en 1.800.000 pesos por mes porque el déficit municipal impedía cualquier reajuste. Después de un tenso debate con la oposición, finalmente la cifra se llevó a 2.400.000 pesos pero con una fórmula de actualización que, aplicada cada tres meses, iba a evitar que otra vez la empresa anduviera pidiendo plata y acumulando deudas con el fisco y los proveedores.
Pero, poco tiempo después, en diciembre de ese mismo año, apareció otro proyecto que, por supuesto, preveía nuevos desembolsos. Ya entonces se hablaba de un canon de 3 millones de pesos pero con la posibilidad de inyectarle a la mixta otros 28 millones en concepto de capitalización y adelanto de servicios a prestar en el futuro.
Cuando ese mecanismo quedó exhausto y el gobierno ya no tuvo posibilidad de seguir usándolo y adelantándole millones a cuenta al directorio, en las últimas semanas tuvo que admitir que los números reales están muy por encima de lo que hasta ahora se admitió. Desde junio, el piso será de 4,6 millones de pesos, el 70 por ciento se pagará con subsidios para evitar el pago del IVA, se le condonarán a la mixta las deudas impositivas y los tributos por vencer y, además, por si fuera poco, se aplicará una fórmula de reajuste todos los meses para seguirle el tren a la inflación.
Lejos quedó aquella previsión presupuestaria de octubre, que señalaba que recolectar la basura y mantener el alumbrado iba a costar 38 millones de pesos en 2011. Como piso, Gamsur se llevará 55 millones, aunque, como se aprendió en este proceso, la cifra siempre puede ser provisoria.
Lo cierto es que, en los primeros tres meses del año, la mixta se llevó mucho más que 4,6 millones por mes. Según el informe trimestral que elabora la propia Secretaría de Economía, hasta el 31 de marzo se le habían transferido 21 millones de pesos, un promedio de 7 millones mensuales.
El primer interrogante que surge es hasta cuándo podrá seguir soportando la Municipalidad, a la que no le sobran precisamente los recursos, una factura de Gamsur que no para de crecer. Aquel argumento que a mediados de 2009 dio el intendente Juan Jure, de que la empresa pasaba mayoritariamente a manos del Estado para producir un ahorro significativo, ya ni siquiera se menciona en los discursos que usa el oficialismo para pedir más fondos. Porque el único ahorro que puede estar generándose actualmente es la ganancia que debería estar prevista para los socios privados, si es que se hubieran mantenido en sus puestos como ocurrió en los primeros siete años de vida de la sociedad mixta.
Por lo demás, la semiestatización dejó al descubierto fuertes gastos: una deuda de 17 millones de pesos con la Afip que está pagándose a duras penas, con cuotas que se atrasan y con un plan en constante riesgo de caerse, y un canon cada vez más oneroso.
Hay, en este panorama, un aspecto que debe reconocerse al gobierno: ya parece haber abandonado cualquiera de los otros proyectos que alguna vez barajó -venderle las acciones a un privado, incorporar un socio como pudo ser Crese, municipalizar Gamsur- y haberse decidido definitivamente por mantener una empresa con un 92 por ciento de participación estatal. Ya con un esquema establecido, al menos la mixta puede planificar en una dirección, sin la constante incertidumbre con la que debió transitar buena parte de los últimos tres años.
Pero lo que todavía abre un enorme signo de interrogación es el gasto en Gamsur. Cada vez que pidió autorización para girarle más fondos al directorio, el gobierno aseguró que era la solución definitiva, que con ese nuevo desembolso se terminaría la sed financiera de la mixta. Sin embargo, sólo fue provisorio lo que se presentó como permanente.
¿Hay alguna salida que no implique cada vez una nueva transferencia millonaria? En el gobierno dicen que no, que ni siquiera la municipalización, que en algún momento se barajó como opción para reducir la enorme carga salarial que hoy sufre la mixta, hubiera sido una solución porque lo único que aceptaba el todopoderoso Hugo Moyano, mandamás del gremio de Camioneros, era que los 225 empleados pasaran a la planta municipal con el mismo convenio que hoy está vigente y que fija salarios mínimos de 5.480 pesos -con picos de más de 10 mil- y una serie de beneficios impensables para cualquier otro gremio. En los últimos días se filtró el convenio entre el directorio y el gremio del Surrbac por el cual se le pagan hasta 9 mil pesos de plus a los representantes sindicales que hoy están en la empresa. Además, el directorio le paga 10 mil pesos mensuales a la mutual, le alquila la sede, le cede un vehículo y le paga tres empleados. Todo sale de las arcas municipales.
Ese convenio marca una posición de debilidad del Municipio, porque no pudo -ni quiso- desenredar un entramado sumamente costoso. Pero, también es cierto, Río Cuarto no es la única ciudad que sufre cada vez más la carga económica de recolectar la basura: el problema se agigantó en los últimos años, mientras Moyano fue acumulando poder y su gremio fue obteniendo aumentos salariales cada vez más difíciles de financiar para los municipios que, a la vez, no pueden cometer el suicidio político de aumentar los impuestos al mismo ritmo.
En el gobierno son conscientes de que, si bien no se dejó de recolectar la basura ningún día, la imagen de Gamsur es la de una empresa ineficiente, endeudada y siempre sedienta de nuevos salvatajes de última hora. Por eso, están diseñando para los próximos 40 días un plan para comprar ocho camiones nuevos, extender la recolección a seis días por semana en los barrios donde la frecuencia está reducida, y darle a la mixta una serie de obras de iluminación por 7 millones de pesos que serviría para aliviar aún más sus castigadas cuentas.
Si logra revertir la consideración pública de Gamsur con ese plan, será un logro. Mientras tanto, la empresa mixta seguirá siendo el sinónimo de una sangría peligrosa, permanente y cada vez más difícil de soportar.

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