La Voz del Interior (20/11/2023)
Córdoba debe prepararse para veranos más calurosos

El calentamiento global es una realidad innegable. Por lo tanto, la cuestión climática debe regir la reformulación de nuestra forma de vida y los gobiernos locales tienen que actuar en ese sentido.
Las altas temperaturas registradas en nuestra provincia durante las últimas semanas representan un argumento a favor de la alerta que emitió el Servicio Meteorológico Nacional: este verano será más cálido que el promedio histórico.
Ese pronóstico coincide con la advertencia de meteorólogos de todo el mundo desde el comienzo del evento climatológico que conocemos como “El Niño”, en medio de nuevas y preocupantes señales del calentamiento global.
El Niño está asociado a un aumento de la temperatura del agua de los océanos, lo que eleva la temperatura media de la Tierra. Pero nunca se han registrado temperaturas tan altas como este año.
El verano boreal fue extremadamente cálido, con récord de temperatura en muchos lugares. Aún nos falta un mes para que comience el verano austral y la semana pasada se registró en el estado de Río de Janeiro, Brasil, una sensación térmica de 59,3ºC.
En consecuencia, Córdoba debiera empezar a prepararse para afrontar veranos más calurosos y acaso de mayor duración. Porque una serie de indicios nos muestra que las autoridades no han tomado medidas en esa dirección.
Organizaciones de la sociedad civil, nucleadas en la Mesa Ciudadana para la Acción Climática Barrial ante el Calor Extremo, organizaron una serie de encuentros de discusión y capacitación en Córdoba capital para preparar a la población.
Estas reuniones apuntan a que los diferentes sectores sociales reconozcan el problema y cuenten con herramientas para prevenir, por ejemplo, las enfermedades que pueden ser ocasionadas por los calores extremos (insolación, aturdimiento por calor, golpe de calor).
Pero los organizadores también entienden que llegó la hora de promover un conjunto de medidas que las autoridades debieran poner en vigencia en el corto plazo.
Por ejemplo, se requieren políticas públicas de protección, de alerta temprana y de respuestas inmediatas, con manuales específicos para trabajar con segmentos de la población, como es el caso de los recién nacidos y los niños pequeños, de los adultos mayores, de personas enfermas, de personas con discapacidad y de trabajadores que realizan tareas en la vía pública o en exteriores.
Un segundo tema de relevancia para la Mesa es la instalación de un sistema de medición barrial de la temperatura, tanto diurna como nocturna, para que cada zona de la ciudad tenga una comprensión directa de cómo la afectan las altas temperaturas.
En tercer lugar, apunta que faltan árboles y otra vegetación para mitigar la concentración de calor que en numerosos barrios propician el pavimento, el cemento y los edificios.
Por último, resalta la experiencia de los centros de enfriamiento que implementó la ciudad de Buenos Aires. Son refugios climáticos donde los vecinos pueden refrescarse y resguardarse, por un momento, durante los días de calor. Son espacios cerrados, con aire acondicionado o que naturalmente tienen temperaturas más confortables que en el exterior, o espacios abiertos con sombra. Cuentan con agua potable, baños, enchufes y acceso a internet.
El calentamiento global es una realidad innegable. Por lo tanto, la cuestión climática debe regir la reformulación de nuestra forma de vida y los gobiernos locales tienen que actuar en ese sentido.
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